Si algo nos ha mostrado la llegada del coronavirus a los colombianos es que somos un pueblo abrazadorcito y besador. Tanto es así, que a pesar de las recomendaciones de las autoridades de salud, da pena dejar a alguien con la mano estirada cuando nos la extiende para saludarnos o, peor, con el pico como pato, a quien nos ofrece su mejilla.
Esto tiene todo que ver con los usos y costumbres sociales, y lo difícil que resulta cambiarlos. Empieza a entender uno por qué a una sociedad desordenada como la nuestra le cuesta tanto empezar a organizarse. La autoridad que llega con ganas de lograr que nos ordenemos es tratada como dictatorial o cosas peores. Aborrecemos el orden, en términos generales, y eso explica buena parte de nuestros males.
En la misa de hoy, si es que se animan a ir, presten atención al momento de darse la paz. Cómo segundos antes de que el sacerdote anuncie que es hora, empezarán las miradas temerosas, algunos de soslayo se harán los que no ven al vecino, otros darán un pasito a un lado para no tener que tener contacto con la persona que seguro le ofrecerá su mano y algunos más abandonarán antes de verse en calzas prietas. Ya estarán en el atrio cuando suene la frase: "dense la paz". Cundirán las miradas nerviosas, pero sobrarán los que por mera vergüenza estrecharán igual la mano del que se la ofrece, porque es de mala educación dejarlo así y porque pesa el protocolo, más en Manizales, ¿o no, doña Olguita?Además, es un acto reflejo que se ha alimentado durante años.
Guillermo Culel dijo en una conferencia en el Encuentro de Periodismo de Investigación que organiza Consejo de Redacción, que en la mayoría de los casos vamos a las oficinas porque nos queremos, porque buena parte de esos trabajos ya los podemos hacer desde cualquier terminal remota. Lo dicho, vamos al trabajo por el abracito, pero entiendan que algunos repelemos tanta melosería y manoseadera. Aprovechemos para dejar de una vez por todas tanta tocadera.
***
El sobrero. Sacan pecho los viudos del poder de la anterior Alcaldía de Manizales en muchas cosas, pero se quedan callados en temas tan serios como la falta de responsabilidad con las finanzas de empresas como el cable aéreo. No se nos puede olvidar que las malas decisiones se tomaron en la Administración en la que primaron las oportunidades de sus amigos y de "los pelutidos".
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015