Fernando-Alonso Ramírez | En Twitter: @fernalonso
"En adelante serás mi maestro". Así se lo dice Marta Sofía, periodista con poca experiencia y muchas ganas de figurar, a Santi, el sesentón que lleva casi 40 años ejerciendo el periodismo, reportero de televisión y que días antes había sido atacado por ella, que queriéndolo entrevistar, lo sometió a una acusación. Al mejor estilo de la W o de la FM.
El guardián del fuego es una novela sobre el periodismo y como quien la escribe es el mayor experto en ética periodística en este continente, Javier Darío Restrepo, es, por supuesto, una lección de ética. Santiago, además, se adentra en la vida del primer periodista que denunció las injusticias en nuestro país, Antonio Nariño. Reconstruye su historia.
Aparece de nuevo un tema recurrente de Restrepo, escarbar en la vida del prócer y traductor de los Derechos del Hombre. Ya lo había hecho en el ensayo La libertad según Antonio Nariño, cuando escribió: "Nariño resume su dimensión transformadora y dignificadora de la sociedad en cada uno de esos periodistas convencidos de que cualquier cosa puede fallar, la vista, el oído, el olfato periodístico, la oportunidad, la ortografía o la sintaxis, pero nunca se puede echar en falta la independencia".
Es en La niebla y la brújula (Editorial Debate, 2008), que recoge varios de sus ensayos, en el que se encuentra un texto sobre la comunicación médica, en donde exalta el papel del profesional de la medicina. En El guardián del fuego vuelve sobre el dilema del galeno, ese que cumple con su juramento de salvar la vida de todo ciudadano, incluso el de una guerrillera, pero hacerlo lo lleva a la cárcel.
A medida que avanza la novela son inevitables los paralelos entre el periodista perseguido de hoy y el precursor de la Independencia. 200 años de distancia y la misma historia.
La novela puede en momentos tomar el tono del relato periodístico, cosa que sucede mucho a quienes desde el oficio de escribir noticias intentan la literatura, pero también ahonda en los rasgos de los personajes con éxito.
A sus pupilos parece olvidárseles que Javier Darío Restrepo es un recorrido reportero de guerra, todo porque con los años ha tomado ese aire de viejo sabio de la tribu, una aureola que lleva sobre sus hombros el maestro ganador del Reconocimiento a la Excelencia Periodística, del Premio Gabriel García Márquez 2014.
Por eso en Cartas de guerra (Universidad de Antioquia, 1995) Javier Darío publicó siete textos en los que, a través del género epistolar, envía mensajes sobre la guerra a una niña, a un universitario, a la madre de un soldado, a un soldado, a un dirigente, a un policía y a un hombre de buena voluntad. Ese es también el tema de su novela, pues es cómo en un país que toma partido, el periodista que quiere contar la verdad completa es visto como enemigo y señalado desde el poder, como colaborador de los delincuentes.
Es El zumbido y el moscardón (Fondo de Cultura Económica - FNPI, México, 2004), ese texto obligado de ética periodística de Javier Darío, hecho novela. Es la ética relatada en la casuística del día a día de un periodista. Para la muestra, nueve botones, de entre muchos otros:
Pd. Los tuits que aparecen en el libro se pasaron de los 140 caracteres.
Pd. 2 Hay que decir, sin temor a equivocarnos, que a Intermedio le está haciendo falta un buen corrector de estilo o editor de textos. Lástima.
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