Tener este libro en mis manos es posible gracias a quien fue mi pupilo y ahora es mi maestro, Alexánder Marín (@alexmarin55).
Hace poco mi hija me descubrió oliendo un libro recién comprado. Me hice un nudo para explicarle que hay personas a las que los libros nos gustan no solo por lo que dicen, sino por lo que significan. Para mí es normal palpar la textura de sus hojas, olfatear su tinta. Es una sensación casi erótica, lo confieso.
Cuando la edición es como la de Gabo Periodista muchos entenderán lo que significa ese acto para nosotros los bibliófilos, los que queremos los libros, por los libros mismos. Se trata de una edición de lujo, cosida, impresa en propalcote y una exquisita presentación. La edición la hizo el maestro Héctor Feliciano, quien incluye una maravillosa entrevista con Mercedes Barcha, en la que intenta llegar, con poco éxito, a territorios íntimos de la vida de esta mujer fundamental en García Márquez. No obstante, termina hablando del Caribe y de ella como buena representante de ese territorio.
Gerald Martin, Héctor Abad Faciolince, María Teresa Ronderos, Juan Villoro, José Salgar (fallecido), Jon Lee Anderson, Teodoro Petkoff, Sergio Ramírez, Enrique Santos Calderón, María Jimena Duzán, Álex Grijelmo, Martín Caparrós, Antonio Muñoz Molina, Juan Cruz, Jean-Francois Fogel, Joaquín Estefanía, María Elvira Samper, Alma Guillermoprieto y Jaime Abello son las plumas que recrean la maravillosa antología de textos periodísticos de Gabo, en todos sus tiempos. Para mi gusto hay dos ausencias notables: Miguel Ángel Bastenier y Javier Darío Restrepo, maestros clave y escritores de la FNPI.
Alguna vez le leí una declaración al nobel colombiano en la que les decía a los estudiantes de periodismo que querían ser como él, que lo fueran desde el principio como cuando él empezó y no era conocido y debía corregir todos los días sus errores. No obstante, leer sus primeras piezas periodísticas, desde las columnas ligeras, hasta los profundos artículos de prensa permiten entender que él era bueno desde el principio. Ya varios libros habían recopilado sus mejores trabajos, pero ahora la mirada de otros maestros permite verlos en contexto y mejores dimensiones.
Seguramente la ortografía le jugó malas pasadas al novel periodista, aún no nobel escritor, como lo deja entrever en Hay que tener mala ortografía (1952), en la que con total desparpajo escribe:
Las disposiciones ortográficas no se inventaron para que el hombre escribiera correctamente, sino para que pudieran existir los errores de ortografía. Sin ellos, escribir no implicaría ningún sobresalto. Y las cartas de las mujeres no tendrían nada de particular.
Podría hablar de cada artículo que recoge esta antología, pero me detendré en los finales. Hay grandes narradores que prestan poca atención al cierre, pero García Márquez, con su habilidad literaria, entiende que toda historia necesita un punto final o, al menos, unos provocadores puntos suspensivos...
Hundidos en él solo oíamos el ruido rebelde, impotente, de nuestra respiración, como si allí afuera en la bahía, estuviera Francis Drake, con sus naves de abordaje. (Primer escrito periodístico. El Universal, Cartagena, 21 de mayo de 1948)
Mientras las damas van y vienen por las calles, unas con ropa ligera, otras con trajes de luctuosa severidad, hay algunas, las nudistas de nacimiento, las que lo son a pesar de sí mismas y aun sin saberlo, provocan ese comentario: 'va completamente desnuda debajo de la ropa'". (La manera de ser nudista. El Heraldo, La Jirafa, Barranquilla, 2 de noviembre de 1950).
Un hombre como Mr. Shaw es capaz de aparecer la semana entrante en el jardín de su casa, todavía con su sonrisita de viejo maligno, satisfecho de haber hecho una nueva burla a la humanidad. El genio, sobrellevado con terquedad, puede servir incluso para eso. (La última anécdota de G.B.S. El Heraldo, La Jirafa, Barranquilla, 3 de noviembre de 1950)
Meritoria labor de una ciudad sensata, saludable, que oportunamente se ha dado cuenta de que le hace falta un bobo, y ha tenido el valor de reconocerlo. (Una ciudad reclama su bobo. El Heraldo, La Jirafa, 20 de junio, de 1952)
Oiga usted el acordeón, lector amigo, y verá con qué dolorida nostalgia se le arruga el sentimiento. (El Universal, Punto y aparte, Cartagena, 22 de mayo de 1948)
El heroico pueblo de Caracas, con piedras y botellas, descongestionó el sector a la mañana siguiente. Horas después, el párroco experimentó una inmensa sensación de alivio. La misma sensación de alivio que experimentó Venezuela. Era la madrugada del 23 de enero. El régimen había sido derrocado. (El clero en la lucha. Momento, Caracas, 7 de febrero de 1958)
Mientras se alejaba entre sus escoltas militares condecorados y amigos de la primera hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país. Y el otro, un ilusionista que podía pasar a la historia como un déspota más. (El enigma de los dos Chávez. Cambio, Bogotá, primero de febrero de 1999)
Hace unos meses le dije a Jomi García Ascot que lo único mejor que la música era hablar de música, y anoche estuve a punto de decirle lo mismo sobre la literatura. Pero luego lo pensé con más cuidado. En realidad, lo único mejor que hablar de literatura es hacerla bien. (Está bien, hablemos de literatura. El Espectador, Bogotá, 6 de febrero de 1983).
Esa es, tal vez, la dimensión más exacta de Hemingway. Probablemente, este no sea el final de alguien, sino el principio de nadie en la historia de la literatura universal. Pero es el legado natural de un espléndido ejemplar humano, de un trabajador bueno y extrañamente honrado, que quizá se merezca algo más que un puesto en la gloria internacional. (Un hombre ha muerto de muerte natural. Novedades. México en la Cultura, México D.F., 9 de julio de 1961)
Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir solo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con mas ardor que nunca en el minuto siguiente. (El mejor oficio del mundo. Palabras pronunciadas por G.G.M., ante la 52ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Los Ángeles, el 7 de octubre de 1996)
Estos finales, no necesariamente felices, siempre me gustaron, tanto en periodismo como en literatura. Es tan importante el último párrafo como el lid, en cualquier información, sobre todo para quien no existe la pirámide invertida.
Hablando de finales, cómo no pensar en que él también puede tener el suyo, aunque me reconforta saber que no es cierto. Seguramente esté enfermo, los años le pasen cuenta de cobro, pero desde el principio escribió para ser inmortal. Seguirá siendo ídolo para muchos, entre los que me cuento. Nunca tendrá final, así en algún momento deje de sorprendernos con nuevas historias de su pluma. Igual, cada que lea o relea algo suyo, estoy seguro de algo: me sorprenderá. Seguirá siendo mi maestro.
A continuación algunas frases que destaqué en Twitter del libro #GaboPeriodista. Muchos me preguntan donde se consigue. La FNPI debe tener pronto una respuesta para saciar la gabomanía periodística:
#GaboPeriodista 1952 sobre ortografía: pic.twitter.com/EhiPb1Ofv5
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) March 29, 2014
"...hay algunas, las nudistas de nacimiento, las que lo son a pesar de sí mismas y aun sin saberlo..." García Márquez 1950 #GaboPeriodista
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) March 28, 2014
El escepticismo indispensable de todo periodismo de calidad fluye en estos textos de forma espontánea: @mtronderos sobre #GaboPeriodista
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) March 30, 2014
"Desde hace décadas, la crónica latinoamericana se ha especializado en el arte de dar bien malas noticias": Juan Villoro en #GaboPeriodista
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) March 31, 2014
En aquella época bogotana de Gabo, su vida diaria se partió en 2: en día el periodismo a sueldo y en la noche la literatura gratis: J.Salgar
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) March 31, 2014
"Como mero corresponsal extranjero de El Espectador, -#GaboPeriodista- se las arregló mamando gallo y lo hizo de maravilla": @jonleeanderson
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 2, 2014
"Yo no le hago a la revista ese favor político". Dice #GaboPeriodista 1977 que dijo Alfonso López cuando le pidieron clausurar Alternativa.
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 3, 2014
la entrevista abandonó hace mucho tiempo los predios rigurosos del periodismo para internarse en manglares de la ficción #GaboPeriodista 81
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 3, 2014
"El artículo -de prensa- es para el escritor una suerte de defensa personal": Álex Grijelmo en #GaboPeriodista
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 4, 2014
"El periódico es un espacio tan propicio para la literatura como la geografía de Macondo": Antonio Muñoz Molina en #GaboPeriodista
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 4, 2014
"¿Es novela o es verdad? Es novela porque es verdad, minuciosa, tal como fue": #GaboPeriodista 1995 sobre Relato de un náufrago.
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 6, 2014
"Facultades de periodismo se han convertido en centros teóricos donde se sueltan rollos filosóficos y metafísicos tremendos" #GaboPeriodista
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 6, 2014
"Yo creo que ni siquiera lo que hay más teórico en el periodismo, que es la ética, tendría que ser académico": #GaboPeriodista 1994
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 6, 2014
"Uno de los fallos más grandes que encuentro en el periodismo actual es que le falta una base cultural": #GaboPeriodista 1994
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 6, 2014
Empecé como redactor de notas editoriales y fui subiendo con mucho trabajo hasta el máximo nivel de reportero raso: #GaboPeriodista 1996
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 8, 2014
"En la carrera en la que andan los periodistas debe haber un minuto de silencio para reflexionar sobre la enorme responsabilidad que tienen"
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 9, 2014
https://t.co/qQkWNgHuxz La frase es la última en el libro #GaboPeriodista Tremenda lección esta lectura. Gracias @Jaime_Abello y @FNPI_org
— FernandoAlonsoRamíre (@fernalonso) April 9, 2014
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