***La última final de la COPA LA PATRIA, realizada en la cancha sintética del Polideportivo de Villamaría, ratificó el buen momento en que se encuentra el futbol caldense y manizaleño. Con la presencia de diferentes personalidades del futbol profesional y aficionado, y un número considerable de asistentes y periodistas, los equipos Juventud F.C JJ Perforaciones y Once Deportivo Fast, brindaron un verdadero espectáculo lleno de goles y situaciones.
Sus propuestas tácticas, claramente definidas por un 4-1-4-1 de Juventud y 4-3-1-2 del Once Deportivo, hicieron de este un gran encuentro donde Juventud, gracias a su línea de 4 en la mitad de la cancha, logró establecer una superioridad numérica (en el primer tiempo) en el lugar donde se disputaron rebotes y posibilidades de creación. Esta situación, que le permitió a Juventud salir adelante en el marcador, cambió en el segundo tiempo, entre otras cosas, por la participación del jugador del Once Deportivo marcado con el número 7, quien se encargó de romper la compacta línea de 4 previamente enunciada, sosteniendo el balón y distribuyéndolo del centro a las bandas. Once Deportivo, empató un partido que parecía escurrirse entre sus manos.
Sin embargo, citando al técnico Gustavo Costas, “el futbol es un deporte de momentos”, y Juventud supo aprovecharlos. Pese a la expulsión de uno de sus jugadores, el joven equipo, con una base de 8 jugadores de Chinchiná, cerró el partido con un gol en el último minuto desde el punto penal.
Comentábamos durante la ceremonia de premiación, mientras comíamos chicharrón y veíamos al “Loco Darío” caminar a un ritmo que nos provocaba nostalgia, que esta final había sido más emocionante que algunas presentaciones del Once Caldas a lo largo del semestre. En efecto, el nivel del encuentro fue interesante y algunos jugadores demostraron ser posibles soluciones para el equipo local: mediocampistas jóvenes con habilidad para resolver situaciones de defensa-ataque y delanteros con características que actualmente el Once necesita.
Se avecina una posibilidad de clasificar nuevamente a la Copa Libertadores y el equipo necesita evidentemente jugadores con experiencia y trayectoria; sin embargo, aunque gran parte de los refuerzos pueden estar afuera, también debe ser tarea de las directivas ofrecer oportunidades para que estos muchachos, que han demostrado carácter en las canchas de la ciudad, puedan proyectarse en términos profesionales.
Recientemente, en su conferencia de apertura como técnico del Deportivo Cali, Fernando Castro dijo que su llegada debía servir para que el club fortaleciera sus divisiones inferiores. Este tipo de propuestas deben ser común denominador en las ciudades del país donde tenemos talento esperando oportunidades.
En definitiva, deben establecerse puentes mucho más fuertes entre el futbol de “barrio” y los clubes profesionales; en nuestro caso específico el Once debe contemplar la posibilidad de ahorrar dinero invirtiendo menos en “toritos”, “tiburoncitos”, “moñitas” y extranjeros que demuestran bajo rendimiento, e incluir, como lo ha venido haciendo de manera moderada (sin citar casos particulares) muchachos de la cantera regional. Lo anterior no significa que deba llenarse de jugadores de Chinchiná, Manizales y Villamaría, sino que debe brindar más oportunidades de profesionalización a personas que, con disciplina deportiva, puedan reforzar las bases de nuestro amado blanco.***
@lopez583
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