***El señor Ernesto Gil, ex docente del Instituto Universitario de Caldas, envío una carta al correo abierto de nuestro diario LA PATRIA, criticando en breves líneas la indiferencia de la comunidad manizaleña con respecto a la conmemoración del centenario de dicha institución. Gil, habló de un “centenario que no se siente” y propuso varias actividades que podrían desarrollarse con el fin de homenajear el importante centro educativo que formó a “tantos hijos de provincia”. A pesar de ser una corta opinión, el texto del señor Ernesto nos invitó a reflexionar. ¡Un jalón de orejas para quienes nacimos y crecimos en esta tierra!
En respuesta a la solicitud de Ernesto Gil hemos decidido publicar en nuestro “Patio” algunos archivos concernientes a la historia del colegio. Esperamos que el rector, la alcaldia, universidades y comunidad académica en general atiendan el llamado de don Ernesto y este humilde escritor:
“EL INSTITUTO UNIVERSITARIO ES ORGULLO DE MANIZALES Y CALDAS”
“Para sustentar el proyecto de acuerdo presentado al Concejo en relación con la próxima celebración del Cincuentenario del Instituto Universitario, el doctor Jaime Villegas Velásquez, rector de ese centro educativo, elaboró la “exposición de motivos” que es una afortunada síntesis histórica del Instituto.
En el proyecto se pide la vinculación del Concejo a estas efemérides, ordenando la decoración del Aula Máxima de ese plantel y el pago de los servicios municipales por cuenta de aquella entidad.
HISTORIA DEL INSTITUTO
La exposición de motivos trae esta relación histórica, elaborada por el doctor Villegas Velásquez:
Fue a principios de este siglo cuando un grupo de manizaleños comenzó a agitar la idea de fundar un colegio que impartiera enseñanza superior a la juventud del departamento y que sirviera como antesala a la Universidad que sería creada en una etapa posterior.
Abanderado pregonero de esa idea fue el doctor José Ignacio Villegas quien se dedicó a interesar a la ciudadanía y al gobierno para que se cristalizara tan encomiado proyecto, que le abriría para siempre las puertas de la educación y la ilustración a las juventudes de Caldas, evitando así que se tuviera que emigrar a otras capitales a realizar sus estudios.
La primera Asamblea que se elegía por votación popular en el recién creado Departamento de Caldas se reunió en marzo de 1911 y la segunda Ordenanza que aprobó aquel cuerpo legislativo, fue la creación de un Colegio Mayor en Manizales y para construirlo dedicó la suma de cinco mil pesos oro.
Dos años más tarde, el 15 de abril de 1913, el doctor José Ignacio Villegas presenta a la consideración de la Asamblea Departamental y ésta aprueba su proyecto que se convirtió en la Ordenanza número 23, por medio de la cual se suprimía el llamado Colegio Mayor de Manizales y se creaba en cambio el INSTITUTO UNIVERSITARIO que de acuerdo con su artículo 1° “Tendría por objeto dar instrucción gratuita a las personas que lo soliciten”.
En 14 artículos reglamenta la mencionada ordenanza el funcionamiento del Instituto y se le da vida real y fisonomía propia, a lo que en el futuro sería el primer plantel de segunda enseñanza en el Departamento de Caldas.
El edificio que se había comenzado a construir el 1° de noviembre de 1.912 con 80 obreros y estando todavía inconcluso, abrió sus puertas bajo la rectoría del doctor Valerio A. Hoyos en los últimos días de febrero de 1914, a 228 alumnos que habían venido de todos los rincones del departamento y que constituían la primera semilla de una larga y copiosa cosecha de éxitos y renombre.
Fueron sus primeros maestros, entre otros: doctor José Ignacio Villegas, de Historia Antigua, doctor Emilio Robledo, de Historia Moderna y de Historia Natural, doctor Ricardo Jaramillo A., de Química, doctor Daniel Gutiérrez y Arango de Física y de Inglés Inferior, doctor Emilio Arias Mejía, de Retórica R. Hermano Adalbony, de Francés Superior, R. Hermano Antonio, de Francés Inferior, don Francisco Marulanda, de Latín Inferior, don Elías Arango, de Dibujo Lineal, doctor Arturo Salazar Grillo, de Economía Política, doctor Antonio Arango G., de Código de Comercio, doctor Francisco Velásquez de Higiene, etc. etc.
Con una visión superior, los educadores de la época quisieron hacer del Instituto una verdadera Universidad y así fue llamada respetuosamente por sus fundadores y primeros profesores. El artículo 3° de la mencionada Ordenanza del 18 de abril de 1913 establecía que: “Los estudios del Instituto se clasificarán por ahora así:
1°Enseñanza de Filosofía y Letras.
2° Enseñanza de Agricultura y,
3°Enseñanza de Artes y Mecánica.
Posteriormente cuando los recursos del Departamento lo permitan podrá establecerse otras Facultades”.
El doctor Valerio Antonio Hoyos, poseído del más noble afán de dotar al Instituto con los mejores sistemas de enseñanza se esmeró porque el colegio contara con todos con todos los elementos necesarios para una adecuada educación. En el año de 1918 pidió a los Estados Unidos un Laboratorio de Química, pedido que hizo bajo la dirección del doctor Denevé, profesor de la materia en la Escuela de Minas de Medellín y quien personalmente vino a caballo, desde la ciudad a Manizales, para instalar el mencionado Laboratorio. Igualmente por indicaciones del sabio colombiano doctor Julio Garavito, pidió el doctor Hoyos al extranjero un Observatorio Astronómico, que contaba con instrumentos de muy alta presión y que sirvió durante muchos años para la enseñanza de la Cosmografía. Desafortunadamente hoy no se encuentran en el Instituto vestigios de este tesoro histórico.
Por los años de 1.918 se enseñaba en el Instituto además del Bachillerato clásico y del Bachillerato Técnico, cursos de Agricultura, Topografía, Mecánica, la agricultura la regentaba el general Jesús María Arias, autor de la “Guía Práctica del Agricultor Colombiano”.
Los tres primeros alumnos que obtuvieron Medallas de Oro, las primeras que otorga el Instituto Universitario, fueron adjudicados a los jóvenes Pedro Emilio Gil, José Manuel Escobar y Eliseo Arango. La primera oración de estudios para clausurar labores escolares, la pronunció el 15 de noviembre de 1.917 el doctor Emilio Arias Mejía, Profesor de Retórico. Los primeros Bachilleres que se graduaron en el año de 1.915 fueron:
Juan C. Castrillón
Jesús María García Z.
José Manuel Gutiérrez
Ramón Londoño Peláez
Alejandro Ormaza
Gonzalo Restrepo y
Jorge Luis Vargas.
Igualmente, no sobra recordar los nombres de bachilleres que le han dado lustre a la ciudad y que han sobresalido en la vida nacional por su preparación e inteligencia. Entre otros se cuentan:
Néstor Villegas, Raúl Uribe, Juan de Dios Villegas, Carlos Arturo Jaramillo, Guillermo Londoño Mejía, Alberto Hoyos, Luis Ángel Velásquez, Eliseo Arango, Alfonso Carvajal, Gustavo Mejía J., Jaime Robledo Uribe, Silvio Villegas, Alfonso Naranjo López, Rafael Henao, Jesús Villada, Gonzalo Ríos, Enrique Velásquez J., Jaime Ocampo Avendaño, Manuel Cuartas, Bernardo Mejía Rivera, Alfonso Ramírez, Efraín Villegas, Alberto Henao, Carlos Márquez Villegas, Enrique Espinosa, Javier Mejía E., Guillermo Guingue, Manuel Lombana Villegas, Juan Pablo Botero, Leónidas Hurtado, Alcides Ocampo, Telmo Echeverrri, Alfonso Gómez Velásquez, Fernando Valencia H., Carlos Rómulo Marulanda, Gonzalo Escobar, Arcesio Ramírez, Eduardo González Robledo, Jorge Jaramillo Echeverri, Marco Estrada, Ernesto Arango Tavera, Aurelio Londoño Mejía, Jorge Velásquez L., Hernán Calle, Rogelio Escobar Ángel, Alix Saffon, Arturo Londoño, Jesús Montes S., Jorge Pinzón Urdaneta, Antonio Gómez Calderón, Gildardo Velásquez, Hernán Cordobés, Rafael Marulanda, Gonzalo Botero Zuluaga, Gustavo Robledo Isaza.
Interminable y pesado sería enumerar los mil seiscientos cincuenta y ocho bachilleres, que son otros tantos pregoneros de la fama del Instituto Universitario.
Veinte rectores han tenido el Instituto desde su fundación y es preciso reconocer que todos se interesaron hasta el máximo por el adelanto material y espiritual del colegio, imprimiéndole siempre el sello de seriedad que lo ha caracterizado.
En 1.959 y bajo la acertada Rectoría del doctor Alfonso Giraldo Rivera, se hizo el traslado del edificio que fue su primera cuna al contiguo moderno y como que hoy ocupa.
Hay que rendir justicia y reconocimiento y gratitud al doctor Guillermo Ocampo Avendaño quien como Secretario de Hacienda del Departamento impulsó la obra material del nuevo edificio, asegurando financieramente su total terminación; la obra intelectual ya la había cimentado el doctor Ocampo cuando ocupó la Rectoría del Instituto el año de 1944.
El Instituto es hoy orgullo de Manizales y de Caldas. Su Aula Máxima se ha convertido en el más importante sitio de reunión para toda clase de actividades culturales: Conferencias, conciertos, Recitales, Sesiones Académicas, y es solicitada constantemente por diversas entidades cívicas para la presentación de voceros de la Industria y del Comercio. Esta es la razón para solicitar del Honorable Concejo la ayuda económica que le daría al Aula Máxima una decorosa presentación digna del plantel y de la ciudad.
En la actualidad cursan estudios 1.245 alumnos y cuenta con 62 profesores que son un lujo de educadores por sus condiciones personales e intelectuales.
Este es Honorables Concejales, quemando etapas, omitiendo muchos nombres y fechas ilustres, la historia muy resumida del INSTITUO UNIVERSITARIO y estamos seguros que dentro de 50 años cuando ya el musgo y el olvido crezcan sobre nuestras tumbas, la generación de entonces reconozca la labor del Instituto y sea para aquella época paradigma de sabiduría, orgullo de Manizales y gloria de Colombia”.
REFERENCIA: “El Instituto Universitario es Orgullo de Manizales y Caldas”. LA PATRIA, Manizales, lunes 18 de mayo de 1.964. pág.15.
Twitter:@lopez583
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