“Cuando yo era un muchacho de diecisiete años mi padre era tan ignorante que a duras penas soportaba su presencia pero cuando cumplí los veintiuno me sorprendió comprobar cuánto había aprendido en cuatro años.”
Mark Twain
El día del padre, de la madre, o del niño es todos los días, sin embargo nuestra sociedad de consumo ha encasillado estas fechas especiales dentro de unos días específicos para incentivar el comercio, eso está bien porque de aquí se benefician muchas personas. El asunto es que cuando pasan estas efemérides todo vuelve a la normalidad y olvidamos con facilidad los grandes sacrificios que han tenido que hacer nuestros padres para que hoy en día seamos lo que somos. Quienes no han contado con la fortuna de tener un padre biológico consagrado a los asuntos del hogar por diversas razones que no entraremos a discutir acá, o tal vez porque ya falleció, seguramente también se han encontrado en el camino un ser especial que les ha tendido una mano amiga cuando los problemas tocan nuestra puerta. Porque los padres no necesariamente tienen que ser de sangre, pues con los años descubrimos que hay personas que son más especiales con nosotros que nuestra propia familia.
Por eso cualquier día del año es propicio para hacer esa llamada, dedicar una canción, dar un abrazo, escribir una carta, o simplemente decir te quiero, a ese ser especial. Motivado en esto, hoy en este día quiero darle gracias a ese poder superior, cualquiera que sea la concepción que tengamos de él por haberme dado un Papá maravilloso, que tal vez no me colmó de bienes materiales pero siempre nos inculcó ante todo la sabiduría, que es más importante que cualquier bien material sobre esta tierra, pues es gracias a ella que hoy podemos movernos por las espesas junglas del mundo, donde existen muchas fieras al asecho que desafortunadamente cuentan con importantes posiciones en el poder, claro que también hay gente buena.
De mi padre siempre he admirado su inmensa paciencia una gran virtud que ha servido de bálsamo cuando en ocasiones las tormentas amenazaban con derribar nuestro hogar; tantas anécdotas y enseñanzas que seguramente sería insuficiente el papel para narrarlas, pero con que estén presentes en nuestra memoria basta. Es cierto que todos los seres estamos llenos de defectos pero nos hemos acostumbrado a enfatizar en lo negativo desconociendo la virtud que está presente en todos los seres humanos, o veamos un ejemplo sencillo: ponemos en una pared un pliego de cartulina blanca y le pintamos un punto negro diminuto en el centro ¿Qué vemos? Es decir cuando las personas cometen un error tenemos una tendencia a olvidar los buenos detalles que ellos han tenido con nosotros.
Hoy quiero darte las gracias Papá por estar siempre con nosotros en las buenas y en las malas, seguramente no alcanzarían todos los brindis del mundo para enaltecer tu importante labor. Aprovecho para felicitar a todos mis amigos que aún los tienen vivos, y felicito a todos los padres biológicos o espirituales de todo el mundo, por dar lo mejor de sí para sacar adelante a sus familias. Acerquémonos sin temor a nuestros mayores y aprovechemos su experiencia y sabiduría para que juntos logremos construir el país y el mundo que todos soñamos.
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