La siguiente ponencia participó en la 1er. versión del Foro Juvenil: Imaginando al mandatario ideal, organizado por el Programa Prensa Escuela y apoyado por la Corporación Cívica de Caldas. Este se efectuó el 1 de septiembre del 2015.
El tema que me convoca a escribir es de suma importancia para nuestro país, ya que compete a todos los ciudadanos de nuestra hermosa Colombia. Al pensar en la pregunta sobre ¿cuál sería el mandatario ideal para nuestro territorio? Me surgen diferentes ideas y pensamientos y a su vez, me llena de indignación pensar en algunas cosas que he presenciado a lo largo de mi vida.
Sin embargo, en este escrito no me centraré con detalle en tales acontecimientos, sino que intentaré dar una opinión sobre lo que pienso del tema propuesto, es decir hablaré de lo que debe hacer un mandatario en estos tiempos en los que los ciudadanos poco creemos en promesas que muy posiblemente no pasan de ser simplemente eso, y lo cual conlleva a que la gran mayoría estemos indignados.
Como segunda medida, hablaré acerca del aporte que pueden dar los jóvenes a la sociedad y lo que a mi juicio debería tener en cuenta un mandatario para que pueda solucionar diferentes problemáticas, que hacen que el país se vea cada vez más sumido en pobreza y desigualdad.
Por último, daré mis propias conclusiones sobre el tema, sin pretensiones de convencimiento, sino con el propósito de generar una serie de preguntas que queden resonando en la memoria de cada uno de nosotros.
Para nadie es un secreto que la política de Colombia ha cambiado a lo largo de la historia y que debe seguir cambiando para mejorar, anteriormente con la constitución de 1886 se tenía que la elección de los gobernadores se hacía a través del presidente de la república, mientras que la constitución actual (1991) permite que el pueblo sea el que elija a sus mandatarios, esto ha sido un hecho importante para la historia de Colombia, dado que se puede considerar un país democrático.
Sin embargo, y a pesar de este gran avance, algunos mandatarios actualmente han entendido de una mala manera este procedimiento y en determinados casos, buscan al pueblo simplemente para la elección y así poder ocupar un cargo político, olvidando después su plan de gobierno y las promesas hechas a la ciudadanía. No pretendo generalizar, porque también conozco los otros casos de mandatarios que buscan el bien común y no solamente el bien individual, este último tipo de mandatario es el que debe expandirse en cada rincón del territorio nacional.
Lo que se necesita, es un mandatario que cumpla con sus deberes, con sus promesas, que tenga una buena relación con las familias, tanto urbanas como rurales, que trabaje por la salud y la seguridad social, que haga inversiones que beneficien a todos los habitantes, que invierta en el campo, ya que es éste el que genera el sustento para un gran porcentaje de las familias colombianas, que se preocupe por la educación de los niños, niñas y jóvenes, que genere políticas públicas que contribuyan con el mejoramiento de todos los aspectos. (Vivienda, seguridad, salud, bienestar, educación, igualdad social).
Otros aspectos que debe tener en cuenta un mandatario, es el cuidado y protección de los recursos naturales, entender que nosotros no estamos por fuera de la naturaleza, sino que somos naturaleza, pensar muy bien antes de firmar convenios con compañías extranjeras que explotan nuestros recursos naturales, sin importarles las consecuencias que trae ello para el ambiente y los seres vivos.
Además, se necesita un mandatario que posibilite la creación de nuevas empresas que generen empleo para mejorar las condiciones de vida de cada familia, que invierta en el campo para que el campesino no se vea obligado a emigrar a la ciudad, a formar cinturones de miseria, que preste atención a la salud, mirándola como una prioridad para prolongar la vida y no como un negocio que enriquece a unos pocos.
Después de encontrar a un mandatario ideal, los jóvenes debemos poner nuestro granito de arena, dando ideas y participando de los eventos democráticos en las Instituciones educativas, en las veredas, en los municipios, en los departamentos y en el país, consiguiendo con ello formarnos como líderes que en un futuro no muy lejano podamos ayudar a tomar las decisiones para construir una sociedad mejor.
Para concluir, necesitamos mandatarios en los que podamos confiar, responsables y honestos que piensen en el beneficio de nuestra zona cafetera que tan abandonada ha estado en los últimos años, generando políticas educativas para los campesinos y así convertirlos en empresarios educados para que tengan un mayor reconocimiento en nuestra sociedad.
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