Un escrito de... Michael Heredia
El esstudiante del Colseñora nos sorprende con una novela inédita de 11 capítulos. Una historia de amor y desamor, de alegrías y tristezas, que escribió dos años atrás. "Amor en llamas es una obra sobre el amor imposible de Lady Bella y Jonathan. Bella es secuestrada por celos por su exmarido Anthony, y, Jonathan, sin resignarse a llorar su perdida, decide ir a buscarla y enfrentar al malvado. En la trama se enredan personajes y se descubren hechos de espantos y leyendas". A continuación compartimos su obra literaria.
Capítulo I
Inicio de la decepción
Dicen por ahí que al casarse con alguien es porque se está seguro de que es la persona indicada, por lo menos eso era lo que pensaba Leidy Bella.
Bella se casaría con su amado hombre, el más cotizado entre todas las mujeres del pueblo, y con el que ella había esperado tantos años. En el altar se prometieron, uno al otro amarse y respetarse por toda la vida, hasta que la muerte los separara, o eso creían, ya que no duró tanto como lo esperaban.
Después de tan poco tiempo, Bella se había fastidiado de Anthony Lima -su esposo-, él cual todos los sábados, domingos, y demás días de la semana que tuviera libre se iba a beber con sus primos, hermanos, y amigos a la taberna de Don Enrique o 'Quique', como le decían sus clientes de confianza. Un sábado, ya casi domingo por la tarde, Anthony llegó más tarde de lo acostumbrado, pero no solo fue eso lo que puso triste a Bella, sino que además traía consigo en el cuello de su camisa rastros de labial rojo. Fue precisamente este acontecimiento lo que entristeció aún más a Bella; sin saber qué hacer, decidió acudir al apoyo incondicional de Santa Ana –su hermana mayor-…
- Te lo dije, nunca debiste haberte casado con él, le dijo Ana.
- Pero es que yo…. No lo veía así… yo….yo…, responde Bella con los ojos entristecidos.
- Pero nada Bell, desde que Anthony perdió su empleo no ha hecho nada más que beber y beber, derrochando lo pocos pesos que logras conseguir -le refuta su hermana-. Lo mejor es que te separes de él.
- ¿Será?...
¡toc-toc-toc!
- Señorita Bella, le busca su esposo- anuncia la empleada de Ana-
- Enseguida voy, responde su Bella, mientras se limpia las lágrimas.
- Acuérdate de lo que te he dicho, suplica Ana.
- Sí… claro
Enfurecida por los acontecimientos transcurridos, se llena de la ira más grande nunca antes poseída en su interior, con la cual le pega una cachetada dejándole el cachete rojo como un tomate mientras le grita: -¿Cómo te atreves basura de alcantarilla?
- Anthony se pregunta, mientras medio soba su colorado cachete, y le responde: ¡Como te atreves TÚ a pegarme india malagradecida!...
En ese entonces los dos comienzan a discutir sobre un largo tiempo, todos los habitantes se asombran al ver austero espectáculo, hasta que llega Ilda Pernul, la peor persona que haya podido conocer Bella.
Anthony, al ver que Bella ya sabía todo, se arma del poco valor y honor que le quedaba y se va a su casa nueva. Para recomenzar desde cero al lado de Ilda. Bella estaba muriéndose de odio en su interior, pero a la vez de satisfacción por no tener que volver a verlo.
Uno días después se empieza a sentir sola y desorbitada, se sentía deprimida por haber perdido al hombre que tanto había amado, además por haber sido tan ingenua, y no darse cuenta de todo lo que Anthony le hacía a espaldas, los morados y heridas que le había provocado en todo su cuerpo, tanto en el interior como en el exterior.
Siguieron transcurriendo los días, semanas y meses… pero a pesar de todo el tiempo transcurrido… seguía sintiéndose en soledad plena.
- ¡Toc-toc-toc!
Sonó la puerta de su casa, era su hermana. Casi que llorando y con cara de angustia, la cual le venía a contar una noticia devastadora que terminaría con sus falsas esperanzas…
- "Ilda y Anthony tendrán un hijo"…
A Bella casi le da un infarto, se puso pálida y empezó a respirar más rápido de lo normal, sintió que el piso se hundía, se demoró mucho para entender el porqué de la situación, pero no pudo resistir más, desmallándose de la rabia que le provocaban lo demás, pero por suerte Ana corrió al rescate, la agarró del antebrazo antes de que se cayera, y la recostó con suavidad en el sofá.
- ¡Ayuda!...
De entre la multitud, sale un hombre distinguible bien portado, de cabello corto y castaño, con ojos azules.
- ¿Qué sucede?... ¿Por qué gritas?, dice el hombre con cara de medio susto.
- ¡Ayúdame, mi hermana está muy mal y necesita ayuda pronto!, le dice Ana.
Después de saber lo que pasaba, mezcló unas yerbas extrañas que estaban en la casa de Bella, sorpresivamente se despierta golpeándose frente a frente con el extraño hombre, quien después de un rato se ha de presentar adecuadamente.
- Muy buenos tardes señorita, mi nombre es Jonathan Cligen, llevo muy poco tiempo por aquí, desde mi llegada de España.
Bella no lo podía creer, era el hombre de sus sueños, con el que había soñado toda su vida, era como si el universo supiera lo que ella quería. En ese preciso momento se sintió flotando entre nubes por todo el espacio; esa frondosa pero corta cabellera color castaño, y esos ojos azules como el mar que la inundaban hasta el fondo que le daban ganas de desmallarse de nuevo. Al rato se fueron yendo dejando a Bella sola de nuevo, pero ya no se sentía triste ni abandonada, sino complacida por la visita del doctor corazón.
Capítulo II
El amor vuelve
Bella aún con un poco de mareo sale de su casa a dar una caminata, en la ruta se acuerda de Anthony y decide ir a su nueva casa para ajustar cuentas, pero en el camino se topa con Eduardo, el esposo Ana.
- Hola Bella, ¿ya sabes de la noticia?
- Sí, pero trato de no recordarla…
- ¿Y vas a ir?, le pregunta Eduardo.
- ¿A dónde?, cuestiona Bella.
- ¿Ana no te lo comento?... ella me dijo que venía de tu casa, dice Eduardo con una voz de ansiedad y tristeza, como si no quisiera decirle a Bella.
- Sí… me contó lo del bebe de Anthony
- Pero no te contó lo de la boda… cierto… - Le contó Eduardo con la misma intensidad de voz de cuando narra algo que le duele a él también.
- !¿QUÉ?!...
En esos momentos Bella vio a Anthony abrazado con Ilda, fue tanta la ira y a la vez la tristeza, que deseaba que la tierra se la tragara, lastimosamente no sucedió.
En ese instante Bella salió corriendo a donde Anthony, y pegándole de nuevo una cachetada le grito: "¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡TRAIDOR!!!!!!!!!!!!.....Eso eres, un traidor, ojala tu hijo nazca mal…".
Después de un rato, Bella se calma y empieza a llorar.
- Sabes qué Ilda?,… maldigo a tu hijo.
Anthony y su prometida se quedaron callados, mientras Eduardo se llevaba a Bella a su casa. En la casa de Ana se encontraba Jonathan con un ramo de flores y una nota que decía... "Para Bella de Jonathan"…
Jonathan se acerca a Bella y le dice: -"Te regalo estas rosas porque te aprecio". Acto seguido le cuenta que el hermano dará una reunión para celebrar su primer aniversario de casado, y que había un pequeño problema y era que el no tenia pareja.
- Quieres ir conmigo, le pregunta Jonathan.
Bella saltando de felicidad, acepta la invitación, le dice que sí y lo abraza.
Jonathan se despide y Ana se queda hablando con Bella unos momentos, cuando llega Eduardo alarmado, con dificultades para respirar y gritando: - ¡Arrestaron a Anthony!
Bella y Ana reaccionaron y salieron a ver. Bella se encontró con Anthony, mientras lo arrestaban y con sarcasmo lo abrazó y le susurró al oído con rabia, pero a la vez, con mucha satisfacción.
... Ojalá te pudras en la cárcel…
Al día siguiente Bella se alista para ir con Jonathan al aniversario de su hermano Paul.
- Toc, toc, toc, suena la puerta
- Buenas noches Bella, estás preciosa. Le admira Jonathan.
- Gracias Jonathan, contesta Bella con gratitud.
- Nos vamos. Le invita Jonathan.
Y al frente de la casa estaba una carroza con tres caballos blancos como la nieve, se sintió como en un cuento de hadas. Al llegar a la fiesta todo el mundo admira el vestido azul de Bella, con esos bordados tan originales, ese collar de perlas tan adorable. Bella se sentía nuevamente en las nubes.
Muy buenas noches damas y caballeros, (se escuchó la voz de Jonathan), hoy quiero felicitar a mi hermano Paul por su primer aniversario de casado, (se escucharon los aplausos de todos los invitados).
- Jonathan, dice:
- Ah… se me ha olvidado dar un gran anuncio, después de tanto tiempo, he encontrado mi pareja perfecta.
Y agrega con admiración y ansias:
- Bella ¿te casarías conmigo? ...
Bella, entra en shock y dice:
- Acepto Jonathan…
Después de todo esto, empezó una gran fiesta que duró hasta muy entada la noche.
Al llegar a casa Bella fue a su recámara y se tiró en su cama con muchas ganas de que ya fuera su gran día, el día de su soñada y esperada boda.
Capítulo III
Al fin es martes
Pasaron los días, semanas y meses, y ya estaba todo preparado para el gran día de Bella,… martes 21… el día de su boda, aunque Bella estaba tan feliz de casarse con Jonathan, presentía que algo malo iba a suceder, pero en medio de su felicidad no le puso cuidado a ese mal pensamiento.
Precisamente ese día, Bella recibió el diario con una noticia impactante:
- ¡¡¡Se fugó Anthony de la cárcel!!!… “dejando un nota de alerta”.
Bella empezó a temblar, se puso pálida como si hubiera visto un fantasma, aunque pronto lo vería… En ese momento llegó Ana con el diario, mostrándole la noticia, mientras se miraban fijamente a los ojos, era difícil decir cuál de las dos estaba más asustada, tenían su corazón a mil, sus palpitaciones se sentían muy fuertes, hasta el punto de pensar que exploraría el corazón.
Después de tanto problema, al fin llegó el momento esperado, su gran boda. Sus amigos, familiares y la cara de Ilda, con su nuevo hijo Heter, que miraba a Bella como un angelito. A Bella se le inundaron los ojos de ternura hacia esa carita de ángel, que parecía caído del cielo.
Capítulo IV
!Yo me opongo!
Se llegó la hora, el hermano de Jonathan, Paul, traía a Bella hacia el altar, adonde la esperaba Jonathan; se escuchaba sonar la marcha nupcial; toda la gente apreciaba el hermoso vestido color blanco crema de Bella, con un velo largo.
Al llegar al altar se suspende la música y Jonathan toma la mano de Bella, se le acerca y le retira el velo de la cara. Comienza la ceremonia, el padre le da la bendición y comenta lo normal en una boda:
- … ! El que tenga alguna razón por la cual esta boda no se deba realizar, que hable ahora o calle para siempre ¡…
En ese momento…. Vaya sorpresa… apareció Anthony, vistiendo un gabán color café; la barba larga, de varios días sin afeitar; desgastado; y un revólver en su mano. Aproximándose a Bella, le enredó el brazo por el cuello (como queriendo decir ya es mía y de nadie más), y apuntándole a Jonathan, le dijo:
- Sí, yo me opongo.
Luego le apuntó a Bella en su cabeza.
- ¡ Basta Anthony! ¡Suéltame, suéltame!, dijo Bella.
Habiendo reducido la voluntad de Bella, Anthony rapta la novia, aborda la hermosa carroza dispuesta para el viaje de bodas, y emprende su huida.
La gran boda de ensueño se había convertido en una gran pesadilla, una boda gris, arruinada por Anthony.
Jonathan trata de apaciguar a los familiares e invitados a la boda. Paul y Edward, los dos hermanos de Jonathan, salen corriendo en sus caballos finos y blancos para tratar de alcanzar al infeliz de Anthony. De un momento a otro se unieron el comisario Hernández y su compañero Orrego a la persecución.
Pum…Pum…Pum se oyeron los disparos contra los buenos, lamentablemente solo pudieron esquivar dos balas, la tercera le impactó a Paul en el hombro. Todos tres se detuvieron a brindarle primeros auxilios, mientras lo llevaban al hospital más cercano. Perdieron a Anthony, pero quedaron con la duda ¿hacia dónde cogió?
- … lo mejor fue que siguió cabalgando en la carroza hacia las montañas gemelas, en donde tenía su casa de verano.
Cuando Jonathan se enteró de que le dispararon a Paul, salió hacia el Hospital Central, para ver como estaba. Al llegar encuentra a Adriana, la esposa de Paul, y Edward muy preocupados y llorando.
- ¿Qué sucede Adriana, por qué lloran?, dice Jonathan
- Fue algo terrible Jonathan -dice Eduardo-, la bala impactó muy cerca del nervio principal del brazo derecho de Paul... Tanto que probablemente pierda su movilidad.
Viendo todos estos acontecimientos, Jonathan se llena de valor y le pide a Eduardo que lo acompañe en su aventura para encontrar a la sabandija de Anthony. El Comisario Hernández los escucha y les brinda ayuda y compañía para dicha misión. A ante esta buena intensión surgieron dos inconvenientes: el primero, no tenían armas ni caballos. El segundo, eran muy pocos, si se tenía en cuenta que Anthony contaba con un gran número de matones a sueldo.
- Para todo problema hay una solución, dijo Bob el jefe número 1 de la Armería Estrella. Permítame ofrecer mi ayuda ...
- Oh, mi fiel amigo Bob, con mucho gusto lo aceptaríamos… pero... no tenemos suficiente dinero para pagarte, comentó el Comisario.
- Por eso no se preocupen, dice Bob, además la rata de Anthony me debe una.
Se dirigen los cuatro hombres a la Armería para conseguir sus armas y municiones para la pelea.
Se montan en sus caballos y se dirigen hacia las montañas gemelas, en donde la familia de Anthony tiene su casa de verano. Lo más seguro era que él estaba allá.
Pero los caballos, en los que se transportaban no resistieron tanto camino hasta la montaña, a duras penas lograron acercarse un poco, así que tocó seguir a pie desde ahí. En la travesía por las montañas, encontraron una cueva que los atraía con una hermosa melodía como de sirena. El misterio no les permitió continuar escalando la montaña y entraron a dicha cueva. Era como un túnel sin fin, las paredes y el piso eran húmedas y pegajosas, era como caminar en pantano. Mientras más caminaban, más se alejaban del final; los pobres hombres no se daban cuenta de que estaban entrando a arenas movedizas.
- ¡Alto! …., se escuchó la voz de Bob.
- ¿No se dan cuenta de que estamos en un campo peligroso de arenas movedizas?
Todos se quedaron quietos y luego empezaron a caminar lento, pero cuando miraron hacía atrás se dieron cuenta que no han avanzado nada. Pero tenían un problema aún más grande. Por mucho que se movieran, corrieran o saltaran, no se movían, pero si se hundían, en esta cueva nada tenia sentido.
Para beneficio de ellos, las paredes y el techo estaban cubiertas por lianas largas y fuertes, y en la entrada de la cueva había ramas finas. Por lo tanto idearon un plan para escapar de aquella cueva de película, pero era muy difícil.
Edward le pidió al comisario Hernández que le prestara el rifle y la escopeta que tenían, el plan consistía en usar las armas largas y enredarles unas cuantas lianas largas para ensamblarlas en los troncos que había en la entrada, lo intentaron dos y hasta tres veces y nada, hasta que en el cuarto intento lo lograron. ¡Por fin ensamblaron las lianas en los troncos! Ahora solo faltaba columpiarse en ellas para salir de la arena movediza.
Como el comisario Hernández era tan gordo, la liana no resistió el peso y se rompió, de inmediato, los tres que ya habían salido (Eduardo, Bob y Jonathan) acudieron a ayudarlo cogiendo la liana, fue un trabajo muy arduo, pero cuando ya estaba saliendo, una especie de pez estaba cogiéndolo por los pies. Era un pez grande, casi parecía una serpiente, al halar más duro, salió el comisario más el pez. El pez era largo, las escamas eran gruesas y duras, casi tan duras como el carapacho de un cangrejo y por esto lo apodaron… ¡El pez cangrejo¡...
- Ya está anocheciendo, dijo Bob.
Sí… es mejor acampar aquí solo por esta noche, concluyó Eduardo, quien estaba cansado por tanta sorpresa desagradable en el día.
Capítulo V
Una noche de locos
Armaron una tienda para cada uno y para no morir de hambre, decidieron cocinar al pez cangrejo. Jonathan mandó a Bob y Edward a conseguir leña y hojas secas para encender una buena fogata. En dicha búsqueda descubrieron gran variedad de pájaros e insectos… de pronto algo pasó, escucharon un ruido, un rugido parecido al de un león o un animal salvaje ... De repente, un gran oso pardo se lanzó sobre Bob dejándolo inmovilizado en el piso.
- ¡Cuidado Eduardo!, se escuchó la voz del Comisario, alertando de la presencia de otro oso que se acercaba.
Jonathan no pensaba bien en ese momento, por lo tanto trató de saltar sobre el gran oso, intentó ahogarlo con el cañón de la escopeta, pero no se dio cuenta de que otro venía detrás de él; cuando reaccionó, todos estaban subidos en el árbol que estaba a unos cuantos pasos de donde estaban.
Se escuchaban los gritos de sus compañeros, desde aquel árbol, que le decían:
- Sube Jonathan, sálvate de esas bestias de cuatro patas, corre hermano... corre.
En ese momento Jonathan reaccionó y corrió hacia ellos, con un dolor en su pierna, del golpe que le dio el oso. Aún trepando con dificultad, logró llegar hasta la cima, en donde acampó con sus compañeros de aventura en las montañas.
Pasaron la noche en aquel árbol, mientras los osos se iban.
A la mañana siguiente, se dieron cuenta del destrozo que hicieron los osos en su campamento, rompieron las carpas, sacos de dormir, linternas, todo lo que tenían; se comieron hasta el último trozo del delicioso pez cangrejo, solo dejaron el espinazo.
Al bajar del árbol, la pierna de Jonathan, para ser mas exactos, el tobillo estaba infectado, casi que destrozado, estaban asustados y aterrorizados, no sabían qué hacer, ya no tenían municiones ni víveres, lo último que tenían era un pedazo de esqueleto de pez, pero Bob tuvo una grandiosa idea. Con las espinas de pez hicieron una forma de cuchilla debido a que eran muy grandes u resistentes.
Fue un día eterno.
Capítulo VI
Un ladrido de salvación
¡Es el fin!, gritó Jonathan, pero cambió de idea cuando escuchó el ladrido de un perro que venía de los matorrales más cercanos. La tentación por averiguar que había mas allá de los matorrales no le permitió quedarse ahí sentado; así que reunió al equipo y se dirigió a aquel matorral, todos estaban ansiosos por saber que había en ese matorral, menos Bob, quien no mostraba mucho interés. De repente se escuchó el ladrido más fuerte y ¡pum!, de aquel matorral saltó un cachorrito. Eduardo se asustó mucho, tanto que casi se desmalla.
- ¡Amigos sigamos a este perrito, tal vez nos lleve a la civilización!, dijo Eduardo.
En ese momento, se escuchó un silbato, como si estuvieran llamando al perrito, pues este salió corriendo, dejando huellas en el camino.
- ¡Síganlo!, agregó Eduardo.
Bob, Eduardo, Jonathan y el Comisario Hernández comenzaron a perseguirlo, eran muy rápidos, pero el perrito mucho más. De un momento a otro apareció de nuevo, lo persiguieron por casi todo el bosque hasta llegar a una especie de comunidad.
- ¡Es una trampa!, gritó Jonathan,
Mientras Jonathan se quejaba del dolor de su tobillo, todos esperaban salir de ese caos. Pero... Jonathan no soportó tanto dolor y se desmayó.
Cuando despertó estaba dentro de una choza de paja y madera, un poco aturdido.
- ¿Jonathan ?… despertaste hermano, no te preocupes, todo está bien. Escuchó la voz de sus compañeros, quienes tenían un olor especial, como a pescado.
Jonathan esto es increíble, es una especie de campamento de la milicia, le comenta el Comisario Hernández, asombrado por tanta ciencia militar.
Bienvenido Jonathan, lamentamos todo lo que te hicimos pasar, sobre todo por tu tobillo. El enfermero Ramírez le sanó un poco la herida, espero que esté un poco mejor y si está mareado puede ser un efecto secundario de los medicamentos, le comenta el coronel Rivera, jefe de la unidad 103 de la milicia inglesa, quienes buscaban a unos delincuentes y se encontraron con Jonathan y sus amigos.
- Muchísimas gracias, dice Jonathan.
Jonathan empieza a ver el lugar en dónde se encuentra, sentía que todos los observaban estaba muy mareado y aturdido por todos los medicamentos que le habían suministrado.
Luego de unas horas empieza a sentirse mejor, y le comenta su historia al Coronel Rivera. Le tocó tanto el corazón al Coronel que este decidió brindarle la ayuda necesaria para rescatar a su amada.
Con la cogida de la trampa en el bosque, se le había quebrado demasiado el tobillo por lo que tuvieron que operarlo y enyesarlo, pero el problema no terminaba ahí, por la sutura tan grande que le hicieron tuvieron que acomodarle muletas. Ahora la pregunta que Jonathan se hacía era:
- ¿Cómo voy a salvar a Bella?
Por suerte los militares tenían la solución, era una media gruesa que se ponía sobre el yeso para dar soporte a la pierna.
Para poder seguir tendrían dos opciones, la primera sería que dejaran a Jonathan y la segunda, esperar a que se recuperara de la pierna, lo que podía durar hasta dos semanas.
Este tiempo perdido les podría costar mucho, hasta la vida de Bella.
Capítulo VII
Al otro lado de la montaña
Mientras tanto, al otro lado de la montaña, colina, loma o como lo quieran llamar, estaba Bella amarrada de pies y manos contra una cama. Bella se arrepentía de haberlo conocido, no entendía cómo pudo haber estado enamorada de esta vil bestia.
- Eh... Jefecito..., dice uno de los secuaces de Anthony y continúa: Ya montamos las cámaras de seguridad para vigilar el perímetro, solo falta que nos dé nuestra paga.
- Señor Anthony…. Por favor puede darme un poco de agua, dice Emilio, un jovencito secuestrado por Anthony.
- No, no te daré más, te has tomado casi toda tu ración del liquido.
Emilio se enciende en llanto, mientras Bella lo consuela. Emilio era un niño de granja, tan solo tenía 11 años, cuando Anthony asesinó a sus padres, porque no lo quisieron hospedar. Al quedar Emilio huérfano, Anthony lo reclutó para que le ayudara a lograr sus objetivos con Bella.
Bella y Emilio tenían un plan para escapar, pero necesitaban mucha cautela.
Después de un largo tiempo, lograron obtener la ayuda de una persona que sabía todo el funcionamiento de las cámaras, era Pablo, uno de lo secuaces de Anthony, al cual lograron sobornar, prometiéndole una gran recompensa. Pablo había escuchado a Anthony decir algo de una reunión en las afueras de la casa y tardaría uno o dos días, -¡ esa era la oportunidad que estaban esperando!, decía.
De lo que no estaban enterados era que la reunión había sido cancelada, por lo que todo lo planeado se fue al piso. Anthony saltó con una escopeta y los atrapó y los encerró en un cuarto oscuro, empolvado y maloliente.
Capítulo VIII
¡Regreso a la aventura!
Volviendo con nuestros grandes exploradores, regresamos al campamento del Coronel Rivera, en donde Jonathan descubre algo nuevo, algo que estaban escondiendo los militares, el mismo perrito que los guió hacia la civilización, los llevó hasta el cuarto y oficina del Coronel en donde encontró unos archivos que indicaban que Anthony era buscado desde hace años por el asesinato de los padres de un niño llamado Emilio. En ese momento entró el Coronel Rivera con el cadete Becanol para buscar sus pagas. Jonathan y el Comisario Hernández le preguntan sobre esto.
El Coronel Rivera, con cara de sorpresa, prende un micrófono para llamar al teniente Mileno, el cual se había encargado de la operación desde hace 8 años.
- Teniente Mileno, explíqueme porque estos archivos tan importantes estaban rechazados, le pregunta el Coronel con tono desafiante.
- Mi Coronel, lo que pasa es que le perdimos el rastro desde hace ya 3 años, hemos investigado, pero no tenemos paradero de él, responde el Teniente un poco asustado.
En la conversación interpela el Comisario Hernández.
- Coronel, Teniente, con todo el respeto el tal Anthony ha estado viviendo en nuestro pueblo desde hace 4 años.
- Y usted, ¿tiene idea en dónde puede estar?, pregunta el Teniente.
- Por supuesto, de hecho lo estamos buscando porque es él quien secuestró a Bella.
De repente, Jonathan, Edward, Bob y el Comisario Hernández sintieron un ambiente de justicia para ellos, así que empacaron todo lo que tenían importante, y todo lo que tenían de armería para salir a la caza de la rata de Anthony.
Capítulo IX
Una semana en el bosque
Luego de tener todo listo para la cacería, tomaron un trago de whisky y se montaron en un jeep de guerra. Eduardo pensaba que era una bobada, puesto que posiblemente eran los únicos que estaban en aquella montaña tan extraña.
- Mi Coronel, creo que es mejor que sigamos caminando, el carro ya se va a quedar sin combustible.
- Tiene razón Teniente... Ya mismo me comunico al cuartel para que traigan combustible y se lo lleven, dijo el Coronel.
Capítulo X
Un reencuentro de felicidad
Después de empacar todo el equipaje, se despidieron. Jonathan, Eduardo el Coronel Rivera, el Sargento López y el Comisario Hernández salieron armados con escopeta de doble cañón y revolver en el cinturón, pero Bob simplemente usó las dos espinas del pez – cangrejo que casi se los come, y que se comieron los osos. Y en plena madrugada, salieron a buscar a la amada Bella, pero no sabían lo que les esperaba del otro lado.
Cuando iban caminando, sintieron que la tierra se movía, pensaron que estaban mareados por el recorrido y la altitud que tenían, pero en realidad era un terremoto, y de repente se abrió una grieta gruesa en la tierra que también se volvió a partir formando un pequeño círculo en el que quedaron atrapados Eduardo y Jonathan.
- ¡Cuidado Jonathan y Edward!, no intenten nada de lo que se puedan arrepentir, les gritaron.
Jonathan, sin saber que hacer, tomó su morral y sacó una cuerda de escalar con una pica en la punta, y con toda la fuerza posible que aún le quedaba, la lanza, la clavó en el suelo, lo mismo hizo Jonathan del otro lado para formar una clase de jumping, primero lo intento Jonathan sosteniéndose con el cinturón que tenía puesto, todo salió con éxito, pero no pasó lo mismo con Eduardo. El pobre saltó con el cinturón bien amarrado en las manos para sostenerse bien en la cuerda, pero por el desgaste de su correa se reventó y cayó en el voladero que quedaba después de aquel terremoto; era muy doloroso escuchar como se rompía la cuerda poco a poco, pero ellos no se quedaron quietos, los héroes de la historia rápidamente sostuvieron la soga que también se rompió y rápidamente lo halaron, era increíble lo hondo que era la grieta que atravesaron, pero gracias a Dios lo rescataron, aunque tenía leves heridas en las manos y los brazos.
Descansaron un poco mientras curaban a Eduardo, para luego continuar con la misión de encontrar a Bella. Después de caminar casi kilómetro y medio llegaron a una casa muy elegante, una hacienda, parecida a la de un mafioso, si se puede decir así, pero entre la niebla densa, se alcanzaba a observar la silueta de una persona, y esa persona era Anthony, a todos les dieron ganas de dispararle y rescatar a Bella, pero lo que no sabían era que estaba acompañado de otras personas, quienes estaban muy armados, por lo que tuvieron que parar y organizar un plan.
Plantearon ideas durante 15 minutos, hasta que Bob se dio cuenta de que estaban rodeados de cámaras de seguridad, y que un movimiento en falso los pondría en evidencia.
Y así fue, el Comisario Hernández encontró a Arturo, uno de los hombres de Anthony, quien era buscado desde hace unos cuatro años, por haberlo ayudado en el asesinato de los padres de Emilio.
Luego Bob agarró a otro hombre con una escopeta de doble cañón, tomó sus dos espinas de pez-cangrejo, y se las enterró en los hombros, y sorpresivamente lo desmalló sin saber por qué. Las espinas eran venenosas.
En la búsqueda de Bella, el Comisario Hernández y el Sargento López llegaron al amplio parque verde de la casa, se enfrentaron con varios facinerosos, entre ellos un fortachón de elevada estatura, quien portaba un lanzallamas.
Habiendo dejado fuera de combate a estos delincuentes, ingresan a la casa, y varios minutos después, por sorpresa encontraron el cuarto de las cámaras, procedieron a apagarlas, salieron con mucha cautela y sigilo. Pero el Soldado López, sujeto de torpeza ligera, no atinó a detectar al sujeto del lanzallamas, quien recuperado de la golpiza, estaba de vigilia y en búsqueda de los invasores. Se estrelló con la espalda de este, quien al maniobrar su arma prendió fuego a la casa, la que empezó a ardió sin cesar, cubriéndose poco a poco en llamas.
Capítulo XI
Amor en llamas
Mientras que todos gritaban, envueltos en un gran combate, Jonathan se encontró con Anthony, y le dijo a Eduardo que fueran a buscar a Bella, mientras que él se enfrentaba con Anthony … era un duelo de vida o muerte. Sin saber qué hacer, Jonathan desenfunda su revolver mientras distraía a Anthony con palabras y tarareos, hasta que de un momento a otro, Anthony toma a Jonathan por el pecho y lo empuja contra una pared que se derrumba por el peso, y justo al otro lado estaba Bella, con su vestido de bodas que nunca pudo estrenar, sin pensarlo más, Jonathan corre a abrazarla, mientras que Anthony toma el arma y les apunta a los dos, diciéndoles ...
- Digan sus últimas palabras antes de morir...
Pero lo que él no sabia, era que detrás suyo estaba Eduardo con una pierna lastimada, empuñando un fusil, apuntándole por la espalda, por lo que Jonathan le responde, con confianza, pero con ira ...
- Nos veremos en el infierno, rata de alcantarilla…
- Y ¡pushccc!
Suena el disparo que le quita la vida a Anthony, mientras que Bella le dice a Jonathan lo que no pudo decir en el altar...
- Te acepto como mi esposo, Jonathan...
Y lo besa con mucha pasión. Se acordaron, entonces, que debían abandonar aquel lugar que amenazaba con derrumbarse por acción del fuego y salieron mientras veían cómo todo se caía. Una patrulla de la policía llegó hasta la hacienda de Anthony, los recogieron y los llevaron hasta el pueblo.
Tiempo después, Jonathan y Bella adoptaron a Emilio, nuevamente acordaron casarse, designando a Pablo como su Padrino, y en primera fila estaba el equipo de rescate. Superada la experiencia del secuestro y rescate de Bella en aquella montaña, los dos jurándose amor eterno, pudieron decir ...
- Acepto padre...
Y felizmente casados continuaron sus vidas, dejando toda esta odisea en el pasado, y comenzando una nueva aventura en sus vidas, con dos hermosos hijos propios, y una muy bella amistad de familia y amigos.
Fin
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