LA PATRIA | MANIZALES
Juan Carlos Galvis Duque, de 20 años, llevaba cuatro meses evadido del Ejército. Regresó a su natal Aguadas, en busca de Jenny Lorena Tangarife González, su pareja sentimental a principio de este año, tal y como aparece en el Facebook de la mujer. “Pase lo que pase, siempre te amaré mi amor”, publicó ella, el 3 de enero.
Días después esta relación tendría un desenlace fatal: una menor muerta, una mujer herida y un hombre en la cárcel.
Juan Carlos, enceguecido por los celos y la ira, buscó a Jenny Lorena, pues estaba molesto porque ella tenía una nueva relación y “quería que fueran solo amigos”. La citó en el Plan del Oro, sector Naranjales, vía entre Arma y Aguadas. Lo hizo, supuestamente, para hablar y darles unos regalos a los dos hijas de la mujer, de 18 meses y 4 años de edad. Ella le expresó que iría con una prima, pero el sujeto se negó, porque "quería ver la cara de sorpresa de las menores".
Sin embargo, los planes del fugado militar eran tenebrosos. Cuando se reencontró con ella le dijo que le vendaría los ojos para que la sorpresa por los regalos fuera mayor. Lo hizo, pero era para atacarla con un puñal en el cuello y agredirla con piedras y a patadas. Aprovechó que ella quedó indefensa y huyó con la dos niñas.
"Así como se lo indicó el hombre, la víctima llegó con sus niñas. Cuenta la mujer que caminaron unas 15 cuadras para llegar al sitio donde les entregaría los regalos y después de vendarle los ojo la apuñaló y la lanzó con golpes por un despeñadero que conduce al río Arma. Mientras ella le rogaba que no les hiciera daño a sus hijas y que no las fuera a matar, el hombre le tiraba piedras. Cuando el sujeto bajó con las niñas hasta el lugar donde Jenny Lorena, esta fingió estar muerta", narró la Fiscalía.
Por su parte, el hombre le relató a la Fiscalía que estaba enceguecido por la ira que le produjo que la mujer le dijera que tenía una relación con otra persona, pero que aceptaba ser su amiga, y por eso quiso vengarse de ella. También indicó que atravesó el río Arma con las niñas, por un tramo en donde el agua no le llegaba ni a las rodillas, con la intención de llegar a Antioquia, pero que en el trayecto la niña de 18 meses se le resbaló y casi se le cae por lo que soltó a la mayor y ella se ahogó.
Esta versión fue desvirtuada con la necropsia, ya que en ella se determinó que la muerte de la niña fue violenta, que tenía signos de maniobras para borrar todo lo que pudiera conducir a su identificación, marcas de haber sido inmovilizada y señales que demostraban que intentó defenderse.
En un principio Jenny Lorena indicó que lo conoció por redes sociales, pero luego se determinó que hubo una relación de por medio.
A la mujer la encontraron gravemente herida y la llevaron a un centro asistencial. Luego la remitieron a Manizales. La Policía Judicial y la Fiscalía Gaula empezaron con las indagaciones e investigaciones. El 10 de enero pasado ubicaron a Juan Carlos en zona rural del corregimiento de Pantanillo, jurisdicción de Abejorral (Antioquia), en compañía de la menor, de 18 meses.
No logró justificar su parentesco. Lo aprehendieron. El paso siguiente era dar con el paradero de la otra niña, María Ángel Molina Tangarife, de cuatro años.
El tipo expresó que no sabía de su ubicación, pero por fuera de proceso contó que la había arrojado al río Arma, la sacó, pero ya no tenía signos vitales, por lo que abandonó el cuerpo sobre una piedra. Esa teoría tomó fuerza cuando hallaron unas prendas y zapatos al lado del afluente. Una tía de la niña confirmó que le pertenecían a la desaparecida.
En audiencia negó que desapareció forzadamente a la menor, pero aceptó tentativa de homicidio agravado y secuestro simple agravado.
La búsqueda se desplegó 8 kilómetros abajo del afluente de Arma, rumbo al río Cauca, por tierra y agua. En ella participaron Jhon Faber, bombero aguadeño y padre de la menor; sus compañeros de socorro; Policía; Ejército y otros organismos.
La Alcaldía de Aguadas y la Gobernación de Caldas ofrecieron recompensas, para no descartar otras hipótesis, como que la tuvieran escondida en algún lugar. Mientras que la mamá de María Ángel se recuperaba en el hospital Santa Sofía de lesiones en cabeza, oído y maxilar, la comunidad en el país se mostraba indignada por la situación de la niña.
El pasado jueves ocurrió lo que nadie quería. A orillas del río Arma estaba el cuerpo de María Ángel. Lo hallaron con unos drones que detectaron la presencia de aves carroñeras.
La Fiscalía Segunda Especializada Gaula debía esperar el resultado de la necropsia para imputarle un nuevo delito a Juan Carlos: feminicidio. El viernes, el ente acusador acudió al lugar de los hechos, en compañía del señalado, su abogado, topógrafos y planimetristas del CTI, para reconstruir lo ocurrido. Allí el hombre reconoció que mató a la menor por odio contra la mamá y que lo que pretendía inicialmente era asesinar a Jenny Lorena.
El lunes, a las 10:00 de la noche, terminó la otra audiencia, donde el exmilitar aceptó los nuevos cargos. La necropsia de Medicina Legal determinó que la niña murió ahogada. Se desconoce si fue accedida.
“Cometió estos hechos porque se enteró de que la madre de la niña tenía otra relación. Felicitamos a la Fiscalía por resolver el caso”. Jhon Jairo Castaño, secretario de Gobierno de Caldas.
“Hemos sufrido mucho por el tema, nos sentimos tristes. No le dimos mal ejemplo para que hiciera eso. No tiene perdón de Dios”, le dijo a LA PATRIA la familia del asesino.
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