JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
"Hola, mi nombre es Juliana Hoyos, vivo en Los Alcázares, busco posición como empleada doméstica o niñera, soy joven activa, honesta y responsable, y busco quien me dé la oportunidad para trabajar honradamente en una buena familia".
Volantes como este circulan por estos estos días en barrios y calles de Manizales, después de que Juliana optó por esta estrategia en busca de trabajo.
Aunque reconoce que es difícil recorrer las calles para entregar los 200 volantes que ha repartido, dice que es peor quedarse en su casa a la espera de que algo le llegue.
"No tengo sino el bachiller que hice en el colegio Boston, por eso me ofrezco para estas labores, pero tengo experiencia, y con estos volantes, a veces me sale trabajo, y me llaman por días", dice.
Laboró por casi un año y medio con las hermanas de la Sagrada Familia (templo de La Valvanera), haciendo de comer, junto con otra amiga. Recuerda que era un trabajo duro, pues debía estar en pie desde las 4:00 a.m hasta las 7:00 p.m.
"Desde entonces no tengo un empleo fijo. La ventaja es que soy soltera, no tengo hijos y vivo con mi madre, María Helena García, y a veces el marido de ella también le ayuda", sostiene.
El caso de esta joven de 25 años se repite en la ciudad y el país, debido, no solo a la falta de oportunidades, sino a la de una mayor formación.
Aún así, este panorama lo complementan personas que aunque están mejor preparadas y han tenido opciones labores en su campo profesional, finalmente han sido requeridos por sus empresas, para hacer lo que normalmente se califica como "llamarlos a negociar".
Fue el caso de Luis Hernán Botero López, quien laboró por 26 años y medio en el Banco Caja Social, pero, según él, por una razón desconocida, a sus 46 años le plantearon su salida.
Por ello, después de buscar nuevas opciones y de conseguir algunos empleos temporales en su profesión como contador público, finalmente al cabo del año compró un taxi, y aunque no es su campo, se dedicó a esta profesión en la que destaca que es su propio jefe.
Esta mezcla de desempleo, subempleo e informalidad es la que hace que varios analistas no estén plenamente satisfechos con los resultados que arroja el DANE, y que indican que la tasa de desocupación sigue bajando, tanto en Manizales y Villamaría, como en el resto de Colombia.
Entre enero y marzo esta índice fue del 13,4% en Manizales, una notable reducción frente al 16,9% del año pasado. Así, la ciudad pasó del deshonroso segundo puesto en el 2008, al undécimo lugar.
Son 26 mil personas que buscan trabajo, 8 mil menos que en el primer trimestre del 2011.
Este factor le hizo sacar pecho al exalcalde de Manizales, Juan Manuel Llano, quien adoptó la estrategia de los call centers, con la meta de terminar su administración con unos 10 mil empleos.
Aún así, la contradicción y el debate entre varios expertos se mantiene, por la rotación de personal, y el cuestionamiento de exempleados, por ser mal remunerados o incumplidos con los pagos.
El exdirector del DANE y presidente de Cifras y Conceptos, César Caballero Reinoso, destaca que aunque hay que celebrar que la desocupación esté cediendo, también hay que analizar la calidad del empleo, pues en la actualidad más del 60% de las ocupaciones son informales, y el grueso de quienes laboran devengan menos de un salario mínimo ($566 mil 700).
El último reporte indica que si bien hay personas laborando, están insatisfechas por competencias, ingresos o insuficiencia de horas, y por eso buscan otro empleo. Esto es lo que se denomina como subempleo objetivo, que pese a todo bajó frente al 2011. Hoy es del 9,7%. Aún así, son unas 19 mil personas que están en estas condiciones y en muchos casos sin plenas garantías laborales.
Como si fuera poco, a esto se suman los que el DANE califica de subempleados subjetivos que, aún insatisfechos, no buscan uno nuevo por temor a perder el que ya tienen.
Este indicador creció del 22,5% en el primer trimestre del 2011 al 26,2% este año, y de 45 mil personas insatisfechas a 51 mil este año, lo que conduce a deducir que la presión laboral se redujo.
Para Caballero esto también demuestra la importancia de articular una base de datos para saber quiénes hoy están trabajando, y si cotizan o no al sistema general de pensiones.
"Además hay serio desencaje entre la oferta y la demanda laboral, pues hoy la economía crece en sectores tecnológicos, mineros y de servicios con bilingüismo, pese a lo cual no se encuentran profesionales en este campo, al punto de tener que traer personal de otros países como Venezuela".
Esto vuelca las miradas a entidades como el Sena. Según Caballero Reinoso es vital mirar qué está haciendo en intermediación laboral, en capacitación y en los observatorios de empleo, pues hay que ponerle un gran signo de interrogación, justo cuando se vienen nuevos retos con los TLC.
Para el analista, ya no se puede pensar en un empleo para que las personas dependan de un ingreso, sino además para que su trabajo sea lo mejor posible, y su vinculación lo más formal.
En la economía de servicios las dudas se prenden más con el TLC con EE.UU, pues aunque no hay un dato exacto de la formación en inglés, el propio zar Hernando José Gómez destacó que estamos en pañales y se requiere mayor formación en este campo.
En este punto coincide el Decano de la Facultad de Ciencias Contables, Económicas y Administrativas de la Universidad de Manizales, Duván Emilio Ramírez. Destaca que el mundo se dividió en dos: productores de conocimiento y quienes producen manufacturas de materias primas.
Pese a esto, y al apelativo generalizado que se le ha dado a Manizales como "ciudad universitaria y educadora", un estudio realizado el año pasado por la Universidad de Manizales para la Fundación Lúker concluyó que solo el 8% de la población en edad de trabajar, mayor de 25 años, tiene formación profesional, y apenas un 3% tiene posgrados. Sin contar el bajo número de maestrías.
"Estamos hablando de una población con un bajísimo nivel de formación, en medio de una economía del conocimiento, con lo que estamos condenados a producir materias primas".
De allí su eterna crítica, en que si bien los call centers son una gran salida, terminan siendo un commodity o un servicio con poco valor agregado que en cualquier momento se puede perder.
"Cualquier ciudad lo puede montar, y por eso la idea sería tratar de avanzar al segmento de mayor calidad, con gente de mayor formación profesional, con una segunda lengua".
Ante ello, los expertos resaltan el interés de la administración municipal de que los call centers sean más especializados, y pasen a BPO (Business Process Outsourcing, por sus siglas en inglés).
El director encargado del Sena, José Froilán Ramírez, reconoce que en el 2002 se formaban apenas un millón de aprendices en el país, pero el año pasado se terminó con 6,6 millones, luego del revolcón del Decreto 249 del 2004, que reestructuró la entidad.
La duda es si se necesitan más cambios, ante la llegada de los TLC. El director resaltó que en una reciente reunión con el nuevo director Nacional, Luis Alfonso Hoyos, se planteó esta necesidad.
El llamado desempleo friccional también tiene su cuota, y sigue vigente, pues mientras los desempleados tienen una aspiración, por el otro, los empleadores tienen necesidades diferentes.
Aunque Ramírez resalta que esto se ha superado, en la actualidad existen personas que llegan a solicitar empleo con el famoso pedido: "en lo que haya".
Para el director de Confamiliares, Juan Eduardo Zuluaga Perna, la discusión sobre un empleo de mayor calidad es interesante, porque esto quiere decir que la región está siendo más exigente, no solo porque llegó el TLC, sino porque se está en una plena economía competitiva.
Celebró que en medio de este dilema, esta entidad al cierre del año pasado haya reportado 102 mil 351 trabajadores afiliados, un aumento del 6,2% con respecto al año pasado.
Pese a ello el presidente de la CUT, Óscar Arturo Orozco, plantea la necesidad de que haya una mirada más firme del gobierno para acabar con las cooperativas y empresas temporales.
Además de un trabajo decente, en el que se respeten plenamente los derechos de los trabajadores.
Mientras tanto, Juliana Hoyos tocó ayer nuevas puertas y repartió más volantes, pero pese a ello, hoy tendrá que celebrar otro Día del Trabajo como desempleada.
11,6, la tasa de desempleo en Colombia entre enero y marzo, 2 millones 641 mil desocupados.
2 millones 714 mil, el número de subempleados objetivos en Colombia.
La Central Unitaria de Trabajadores convocó hoy a su tradicional marcha en homenaje al Día del Trabajo. Saldrán del Hospital Infantil a las 9:30 a.m, se extenderá por la avenida Santander, sigue por la carrera 22 hasta la calle 18 y regresan por la carrera 23 hasta el Parque Ernesto Gutiérrez.
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