LA PATRIA | MANIZALES
El agente Luis Fernando Ramírez nació el 17 de abril de 1967 y se crió en el barrio Minitas de Manizales. En la cuadra, donde lo recuerdan por juguetón y alegre durante su niñez, lo conocían como Papito. Se convirtió en un joven serio y responsable. Tras terminar el servicio militar, que prestó a los 17 años, trabajó principalmente en construcción.
Su esposa, Alba Libia Ospina, estuvo con él gran parte de su vida. Fueron compañeros de infancia, amigos de adolescencia, novios y se casaron el 17 de febrero de 1990.
"Ingresó a la Policía por la estabilidad económica que le brindaba para estar conmigo. Lo mandaron para Leticia (Amazonas) en agosto del 1989. Me mandaba cartas, tantas que el mensajero preguntaba con confianza por la relación. En noviembre de ese año me dijo: '¿Se va a casar conmigo?, ¿sí o no?' Organizamos la boda y llegó el día antes", cuenta.
Ramírez y su mujer tuvieron dos hijos, Luisa (1993) y Simón (1995), con quienes viajaban hacia donde mandaban a Luis Fernando. Él, aunque estuviera a una distancia corta de Alba Libia, seguía escribiéndole.
"Mis hijos me hicieron quemar todas sus cartas. Eran 280. En estas me expresaba que me amaba, que solo deseaba estar cerca de nosotros. Luisa tiene que estudiar, para que no se aguante a un mal marido, aconsejó en el último escrito, una semana antes de la toma guerrillera en Arboleda".
Ese día el agente dejaba el corregimiento: "Luisa, Simón y yo vivíamos en Filadelfia, porque él no quería que nos fuéramos para allá. Como le había resultado traslado para Anserma, quedó de llamarme ese sábado temprano para que nos encontráramos en Pensilvania, porque no estaba dispuesto a que nos separáramos otra vez. Me manifestó que se iba de Arboleda con traslado, familia y corotos", recordó Alba.
Agregó: "Asocié el presentimiento con los nervios por verlo. Después, me llamó una vecina para que escuchara la radio... Era un héroe y cuánto hubiera dado yo porque fuera un cobarde".
Tras 16 años, aún no se sabe qué pasó con el agente Luis Fernando Ramírez. "De mi negro todo era bonito. La mamá de él, mis hijos y yo fuimos sus cuatro amores", finalizó la eterna enamorada.
Según un compañero de la Policía, mi negro dijo durante la toma: "Me mataron sin ver a mis hijos, pero los dejo con una mujer valiente", cuenta la esposa.
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