El triunfo del Once Caldas sobre Patriotas en Palogrande (que pudo ser mayor) ratificó aquello que muchos sectores de la prensa y la afición habían pronosticado desde la temporada pasada: el club no logra consolidar un estilo de juego firme, confiable y estable. Las debilidades en el medio campo y el bajo rendimiento de sus delanteros han dejado en evidencia, con tan solo dos partidos jugados, las peladuras de un club cuyos refuerzos no surten los mejores efectos. El Once empezó ganando, pero su futbol no convence.
Bonjour demostró ser un jugador con carácter y la calificación de 6.5 en su debut me parece acertada. Leandro Díaz, halagado por el simple hecho de ser argentino, jugó mal y su desempeño no promete nada distinto en relación con su pasado futbolístico. Jamás jugó en la titular de Boca y su recorrido por España estuvo lleno de tropiezos. Como si fuera poco, también le sacaron amarilla.
La delantera no es cosa de otro mundo y los dos goles de Izquierdo no deben generar falsas expectativas. Lo digo porque el equipo tuvo oportunidades para cerrar el encuentro por lo menos con dos goles más y demostrar su estatus. ¿Por qué no sucedió? La respuesta es muy simple, Romero desperdició dos opciones claras, Izquierdo, que no es el super crack, solo acertó dos, y Edward Jiménez, suponemos, estaba en un planeta cercano al de Kaio-sama.
Sin necesidad de entrar en detalles acerca del desempeño de cada jugador, el equipo, como lo expresó cierto periodista deportivo, necesita, definitivamente, contratar un goleador. Un jugador más habilidoso que Izquierdo, más efectivo que Romero y en mejores condiciones que Jiménez. Una figura digna de comandar la delantera de un campeón continental; rápido, recursivo y que pueda concretar las ideas de quienes se encargan de transportar el balón como Patricio Pérez. Jugador que, a pesar de su impresentable expulsión, ha demostrado un manejo técnico interesante que podría explotar si está bien acompañado.
La afición caldense es inteligente y nota la inestabilidad del equipo. Se contenta con los triunfos, obvio, pero exige un mejor desempeño técnico y administrativo. Lo anterior, no significa que el club no deba contratar más defensas o mediocampistas, sino que la delantera brinda menos confianza que las demás líneas y por esta razón debe fortalecerse.
Como dice la abuela Sara: “desde el desayuno se sabe que va ser el almuerzo”.
@lopez583
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