LA PATRIA | MANIZALES
Todo fue planeado. Sabían que a esa hora los habitantes del resguardo indígena de San Lorenzo estaban encarretados con Loquito por ti, novela del Canal Caracol. "Nadie se dará cuenta de lo que pase. Los habitantes de la casa y los vecinos la estarán viendo", dijo uno de los tres sujetos.
Gustavo Adolfo Tapasco Tapasco, alias Camilo y alias Varela -un cabo tercero que se retiró del Ejército el pasado 12 de octubre, después de siete años en esa institución- decidieron que se meterían a la casa del coordinador del colegio de San Lorenzo, César Arturo Díaz Tapasco, de 32 años.
Oyeron en las calles del resguardo que el indígena tenía dos graneros y una finca, no le gustaban los bancos y prefería encaletar el dinero en la casa. Les hablaron de que en el predio guardaba $300 millones.
Así se planeó el frustrado robo que terminó en el triple homicidio, en la noche del pasado viernes 23 de noviembre. Fallecieron baleados, además de César Arturo, sus padres María Gabriela Tapasco Bueno, de 52 años, y Serafín Díaz Guevara, de 63. La otra hija, Carolina, de 30 años, sobrevivió y fue clave para dar con los supuestos responsables.
La investigación arrancó esa misma noche de la masacre. La sobreviviente les contó a la psicóloga y a familiares que le alcanzó a quitar el pasamontañas y a rasguñarle la cara a uno de los tres. Después se estableció que se trataba de Tapasco Tapasco.
En la escena del crimen, los investigadores de la Sijín de Caldas y unos que llegaron de Manizales, a apoyar a la Fiscalía Octava Unidad de Vida, encontraron un morral Totto, vacío. Pese a eso, un uniformado decidió esculcarlo, bolsillo por bolsillo. Encontró una tirilla de recarga de celular. Al día siguiente se comunicaron con el número que aparecía en ella. Era el de la mamá de un capturado.
La mujer terminó entregando sus datos y el del lugar de residencia. Fueron y no lo ubicaron. Lo habían capturado en junio por uso de documento falso. En la Fiscalía dejó, como sus datos, el mismo número. Ya contaban con la primera prueba técnica. Luego, los investigadores recibieron información de que en Facebook un sujeto montaba fotos con armas de fuego. Ese sería el segundo implicado. También les manifestaron que un militar (r) estaría implicado en la masacre. Se trataba de Varela, señalado por las autoridades, el pasado martes, de ser el cabecilla del grupo que ejecutó el crimen.
La sobreviviente contó que entre los sujetos había uno muy alto y fuerte. Que cuando le quitó la capucha a uno, el otro la cogió del cabello y la lanzó al piso. Con esas informaciones, la Fiscalía logró las órdenes de allanamiento. A Camilo no lo hallaron y a Tapasco Tapasco, el rasguñado, lo encontraron en la casa del que se tomaba fotos portando armas. Se había echado caladril para disimular las lesiones.
En el lugar de los hechos, los investigadores hallaron un guante de tela negro y en la casa de Tapasco Tapasco había otro similar, lavado. Él no supo explicar dónde estaba el otro y cuando los investigadores lo hicieron ubicarse donde había luz le notaron los rasguñones. Aseguró que se cayó en la moto, cuando venía de trabajar minería en Marmato.
A las 2:00 de la mañana trasladaron a Tapasco Tapasco hacia la estación y allá asumió su responsabilidad, contó todo y estableció un acuerdo con la fiscal. Delató a los otros dos: Camilo y Varela, quienes también son del resguardo.
En su relato indicó que el robo era sencillo, solo necesitaban conseguir las armas, entrar, amarrar a sus víctimas y llevarse la plata durante la emisión de la novela.
Narró que al entrar a la casa, el primero que los recibió fue el adulto mayor, quien salió de una habitación y les enfrentó a golpes, pese a estar encañonado. Uno le dio una patada, lo mandó al piso y cuando quiso levantarse, le dispararon.
Cuando se escucharon los tiros salieron de otra habitación César y la mamá, a enfrentarlos. Los asesinaron. Carolina también luchó contra ellos y le tumbó el arma a un delincuente. Le iban a disparar, pero se acabó la munición. Escapó y pidió ayuda.
El domingo en la mañana estaba casi resuelto el caso, pues en audiencia, Tapasco Tapasco dio los nombres de los otros dos. "Al negro (Varela) no sé si lo echaron del batallón o anda de permiso", anotó. Según las investigaciones, se aburrió en el Ejército, le dijo al papá, quien vive en el exterior, que quería salirse y regresar al resguardo, "porque eso estaba muy duro". Perteneció a un batallón móvil de Miraflores (Boyacá).
Personas indagadas por este medio manifestaron que de pequeño, Varela fue mal estudiante y lo cambiaron varias veces de colegio.
A alias Camilo lo buscaron en su casa del resguardo, pero no lo encontraron. Sin embargo, una fuente indicó que estaba en Riosucio, donde una tía. Allá lo capturaron. Varela se dio cuenta del movimiento y decidió escapar ese domingo. Ya estaba cerca de Medellín. "A mí no me cogen y para hacerlo se tienen que matar conmigo", les habría dicho el militar a unas allegados.
Un investigador riosuceño conocía a la mamá de Varela y dialogó con ella durante cuatro horas, para darle a conocer a qué se enfrentaba su hijo y las pruebas que había en su contra. La señora, luego de convencer a su hijo de entregarse, acudió a la estación, decidida a colaborar. Condujo a los uniformados hasta donde se escondía. A las 6:00 de la tarde del lunes ya estaban de nuevo en Riosucio.
Los investigadores analizan otros dos casos de robo que habrían ocurrido en los últimos meses en el resguardo, pero no se denunciaron. Se habla de que fueron tres hombres armados, con uniformes de uso privativo de las Fuerzas Militares.
Se cree que las armas y las vestimentas eran aportadas por el militar, quien, según expresó la secretaría de Gobierno de Caldas el pasado martes, quería meter miedo en la zona para luego delinquir sin inconvenientes. En el allanamiento le encontraron cuatro uniformes y aseguró que los compró porque en el Ejército se lo exigían.
Las autoridades tradicionales del Resguardo, por medio de un boletín de prensa, agradecieron la solidaridad de la sociedad y el trabajo de las autoridades.
"Al tener claridad sobre los móviles que llevaron a estas personas a cometer este acto de barbarie, desvirtuamos las aseveraciones que algunos medios de comunicación y personas mal intencionadas lanzaron sobre el hecho, en el que lo relacionaban con procesos de restitución de tierras, defensa territorial, venganzas, presencia de grupos ilegales, bandas criminales en el territorio, enlodando el buen nombre de un resguardo ejemplar en muchos procesos".
Pidieron que sobre los responsables caiga todo el peso de la ley.
1. A alias Varela le nació un hijo la misma noche que lo capturaron. Lo señalan de ser el cabecilla de la masacre.
2. Alias Camilo pagaba una condena de siete años, con vigilancia electrónica, por porte de armas.
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