Foto | Cortesía CTI | LA PATRIA
Augusto Echeverry Giraldo.
Esta vez nada podía salir mal. Quizá así pensaba Augusto Echeverry Giraldo, de 37 años, al recordar cuando un cura lo agarró con la mano en la limosna de las alcancías en la catedral de El Espinal (Tolima). En sus bolsillos tenía $39 mil y las herramientas con las que abrió las cajas para sustraer monedas y billetes. El clérigo llamó a la Policía y desde diciembre del 2012, época del hecho, al sujeto lo procesaron por hurto.
Su fallido robo no lo hizo recapacitar. Por el contrario, se fijó una meta más ambiciosa. Entró como un feligrés más el lunes en la noche al templo Nuestra Señora de La Candelaria de Riosucio. Allí adelantan trabajos de reconstrucción en algunas partes de la estructura.
Sigilosamente se ocultó. Esperó hasta que cerraron la iglesia y apagaron las luces. Con el tiempo a su favor y la soledad, amontonó unas herramientas avaluadas en $5 millones. Recorrió el sitio sagrado como Pedro por su casa, buscó alcancía por alcancía, rompió candados y cerraduras, hasta que ya no vio una moneda más para sustraer..
El botín lo juntó, lo echó en un improvisado talego y salió de la casa de Dios. Siempre creemos que el de arriba mira, pero se queda callado, porque su justicia es diferente. Sin embargo, un ciudadano sí se percató de la acción de Echeverry, que cruzaba el umbral de la puerta a eso de la 1:00 de la mañana.
Casi seguro de que hubo gato, o mejor rata, encerrado en la iglesia, llamó a la Policía. Una patrulla de vigilancia que estaba cerca atendió el caso. El denunciante les dio la descripción precisa del hombre, a quien hallaron en la terminal de transporte.
Aún tenía las herramientas y el dinero, calculado en $600 mil. La captura, segunda para Echeverry, por hechos similares a los del Espinal, y en flagrancia, le permitió a la Fiscalía imputarle cargos, de nuevo por hurto.
Hasta el momento de la captura en Riosucio, las autoridades desconocían el caso pasado. Sin embargo, realizaron la rutina de verificación de antecedentes. Así se enteraron de que el sujeto tenía cuentas pendientes con la justicia.
El CTI de la Fiscalía le comunicó a Augusto Echeverry que un juzgado de ejecución de penas de Ibagué lo tenía en lista para hacerle cumplir una condena de 72 meses de prisión por hurto calificado y agravado.
De acuerdo con el informe del CTI, los hechos por los cuales fue condenado Echeverry Giraldo ocurrieron en diciembre del 2012. Violentó la seguridad de la Catedral Nuestra Señora del Rosario de El Espinal. En ella hurtó dos urnas que contenían dinero en efectivo producto de la ofrenda entregada por la comunidad. El condenado quedó recluido en el Centro Penitenciario para Varones de Riosucio.
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