VANESSA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Una cinta de precaución de la Secretaría de Transito impide la entrada al salón de la Institución Educativa Las Granjas en Villamaría, que habita hace seis años Sandra Arévalo. Desde el pasado viernes empezó a sentir el olor a mortecina. Ni con cloro desapareció el aroma que desesperó a los vecinos indispuestos por la situación.
El domingo en la mañana una menor revisó el salón contiguo al suyo. Por sorpresa, encontró muerto a Marco Fidel Valencia, de 50 años, el vecino que vivía solo, y al parecer padecía de VIH y tuberculosis.
"Llamamos a la Policía que vinieran a hacer el levantamiento; estaba muy descompuesto. A las familias que vivimos cerca nos pidieron que nos saliéramos de acá que porque había peligro de contagio de la enfermedad. Sabíamos que tenía tuberculosis porque a veces venían los médicos a visitarlo y a darle medicamentos", señaló Sandra.
Indicó que el domingo estuvieron fuera de la vivienda, que es un salón escolar, dividido por lonas y debieron recolectar dinero para pagar una habitación entre cuatro familias ante el peligro de contaminación. "Los funcionarios del CTI nos dijeron que los técnicos de saneamiento tenían que venir a hacer una limpieza para volver a la casa, sino nos toca mantenernos aislados", agregó la joven.
Mónica Díaz, gerente del Hospital San Antonio, de Villamaría, indicó que no se puede asegurar que el motivo del deceso se debió a la tuberculosis, pues la historia clínica es un documento reservado. No obstante, dijo que Marco Fidel sí recurrió varias veces al centro asistencial, pero no puede revelar los motivos de consulta.
"Ayer un equipo de saneamiento visitó la zona y la unidad extramural verificó que no hubiera pacientes con síntomas de tuberculosis ni de otra enfermedad. Por fortuna en el chequeo ninguno dio positivo. Sin embargo, después de que la persona fallece desaparece el riesgo, el peligro está cuando el paciente está vivo y con la tos contamina a quienes lo rodean".
Añadió que en conjunto con la Alcaldía de Villamaría iniciaron la implementación de acciones para que las familias regresen a la vivienda y dijo que solo la autoridad municipal puede decretar la cuarentena, pero hasta ahora no ve la necesidad de hacerlo al igual que la fumigación.
LA PATRIA llamo en cuatro ocasiones a Juan Alejandro Holguín, alcalde de Villamaría, para conocer la medida para los habitantes, pero no fue posible comunicarse con él.
Desde la Territorial
Carmenza Osorio, epidemióloga de la Dirección Territorial de Salud de Caldas, aseguró que el caso no ha sido notificado a la entidad, pero la muerte por tuberculosis puede estar asociada a otras enfermedades que afectandirectamente el sistema inmunológico.
"La diabetes, cáncer, VIH, enfermedades autoinmunes o quienes consuman esteroides pueden empeorar esta condición. Si el paciente no recibe un tratamiento a tiempo o su sistema está muy debilitado puede llevarlo a la muerte, pero en este caso desconocemos cuál era su condición", sostuvo.
Sobre la enfermedad
El neumólogo Carlos Blandón explicó que la tuberculosis se transmite de persona a persona a través del aire. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. "Basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada", explica.
Señala que cuando la forma activa de la enfermedad se presenta, los síntomas (tos, fiebre, sudor y pérdida de peso) pueden ser leves durante muchos meses. Como resultado, en ocasiones los pacientes tardan en buscar atención médica y transmiten la bacteria a otras personas. "A lo largo de un año, un enfermo tuberculoso puede infectar a unas 10 a 15 personas por contacto estrecho. Si no reciben el tratamiento adecuado, hasta dos terceras partes de los enfermos tuberculosos mueren".
Respecto al caso que se presentó en Las Granjas dijo que tendría que analizar el contacto que tuvo con sus vecinos, aunque recomendó hacer una evaluación exahustiva de la condición de salud, sobre todo, de los menores porque pueden ser asintomáticos.
En contexto
En el plantel educativo Las Granjas viven los afectados por el incendio de marzo del 2010 en el barrio Santa Ana, que acabó con 14 casas y que dejó sin vivienda a 40 adultos y 24 menores. Los damnificados viven en salones. Comparten baños y cocina.
Carlos Hector Ospina habitante de Villamaría sostiene que la condición en que las 64 personas viven es deplorable. "Es infrahumano. Llevan seis años esperando un lote para que los reubiquen, pero no les han cumplido y esta vez pasó con un muerto qué más puede pasar a futuro", afirmó.
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