“Los antiguos sabían algo que parece que nosotros hemos olvidado. Todos los medios no son más que instrumentos inútiles si detrás de ellos no hay un espíritu vivo”.
Albert Einstein
Como lo evidencia la historia, desde el inicio de la civilización el hombre ha buscado alterar su estado natural de consciencia, valiéndose de plantas sagradas, o de poder, empleadas para preparar elixires, brebajes, o como oráculos que establecían canales con otros mundos, debido a la facultad de estos elementales de alterar la percepción de la realidad. De igual forma mediante la fermentación de cereales, frutas, etc... Aprendieron a extraer alcohol con fines medicinales, y de igual forma para divertirse en sus fiestas y ceremonias, dejando un legado cultural importante, que permanece hasta nuestros días.
Es probable que en un comienzo estas experiencias sicodélicas fueran accidentales, y de acuerdo con la teoría evolucionista nuestros cazadores y recolectores llegaron a experimentar sensaciones diferentes al consumir cierto tipo de hongos, o plantas que en muchas ocasiones producían la muerte por envenenamiento, muchos antropólogos argumentan que existe una fuerte relación entre el uso de sustancias psicoactivas y el descubrimiento del fuego. Paulatino al desarrollo de las civilizaciones antiguas, dichas sustancias se empleaban con fines rituales y ceremoniales, conducidos por un sacerdote, o médico brujo, siendo el único con la llave de acceso a estos poderes.
Sin embargo toda esta ritualidad inicial se desvió de su propósito debido al egoísmo del hombre que pensó que podía controlarlo todo, incluso los efectos adictivos de estos elementales, algunos inmanejables, y es precisamente por la facultad que tienen estas sustancias para cautivar la voluntad que los antiguos se apoyaban en un guía; pero la humanidad al olvidar estos principios cayó en el vicio, de hecho un problema del hombre contemporáneo es que se enfocó en buscar la felicidad y trascendencia del espíritu en factores externos que terminan por esclavizarlo, olvidando que toda la magia para liberarnos está dentro de nosotros mismos y que la voluntad se puede entrenar, como nos enseñó el Mahatma.
¿Pero, qué diferencia al vicio de la virtud?
La palabra Vicio proviene de la raíz latina Vitium, referida en principio a un defecto físico; más específicamente representa un gusto desmedido por algo, que lleva a pensarlo, obtenerlo, y consumirlo desmedidamente, es decir pasar de la complacencia a la compulsión. También se manifiesta en la falta de conducta del individuo ante la sociedad que lo conduce a transgredir las normas constantemente, a consumir drogas, jugar compulsivamente, denigrar del prójimo, entre otros malos hábitos que se consideran inmorales o degradantes para la sociedad; obscenidad, lujuria, pederastia, la corrupción en nuestra clase dirigente, valerse del tesoro público para enriquecerse, en el orden de los vicios políticos que se volvieron normales, es más nuestra sociedad disfruta más hablando de sus vicios, que de sus virtudes. Desde una visión teológica los vicios específicamente las drogas en todas sus presentaciones son obra destructiva del enemigo, debido a los efectos que producen, muchos desastrosos, y no podemos excluir el licor, que es considerado por la organización mundial de la salud como el narcótico legal más poderoso del planeta. Lo que si sabemos a ciencia cierta es que el negocio de la droga produce jugosos dividendos, fortunas e imperios económicos que se levantan a diario en el mundo fortaleciendo la desigualdad.
¿Qué es la virtud? Del latín Virtus, es un concepto relativo que se refiere a un hábito selectivo determinado por la razón, instrumento mediante el cual debería decidir el hombre prudente, para alcanzar ese máximo ideal o Areté según el pensamiento griego. Para Aristóteles: “La virtud es una excelencia añadida a algo como perfección”. Aquí el estagirita se apoya en dos conceptos la naturaleza y la finalidad, en su ética a Nicómaco expresa: “La virtud humana no puede ser ni una facultad, ni una pasión si no un hábito”. Es decir que aparece no por naturaleza si no como consecuencia del aprendizaje y más exactamente por la práctica y repetición.
En este orden de ideas se pueden adquirir hábitos malos siendo aquellos que nos alejan del cumplimiento de nuestra naturaleza. Aunque en la práctica evidenciamos que no existe virtud perfecta, y dentro del vicio también encontramos personas con talentos y aptitudes excepcionales; es decir no hay virtud sin vicio, y para levantarnos es preciso caer.
Las Drogas en la Actualidad
En nuestro siglo el avance de la tecnología y la ciencia es asombroso, el desarrollo de las telecomunicaciones hace que la información circule a gran velocidad; la publicidad reproduce imágenes y mensajes cada milésima de segundo que incentivan el consumo a todo nivel. Es decir hoy más que nunca las drogas han adquirido fama internacional, y mientras los gobiernos fortalecen su brazo armado para seguir luchando contra el narcotráfico, día a día sigue aumentando el número de consumidores de una miscelánea de sustancias por todo el mundo, usadas para diversos fines; como llaves para visitar mundos desconocidos, meditación trascendental, para romper con la rutina, salir de rumba, trabajar, legislar, gobernar, otros para participar de rituales consumistas, “darle la espalda a los problemas”, o realizar actividades delictivas, etc… Todo depende del tipo de sustancia que se use, el grado de adicción a ella, y por supuesto el grado de educación que tenga la sociedad frente a la historia y las implicaciones que ha tenido las drogas en el desarrollo de la humanidad. Este es un tema complejo, pero no podemos seguirle dando la espalda a esta problemática pues si nos consideramos el objetivo de la evolución, deberíamos manejar con equilibrio todo lo existente.
Pero: ¿Que son las drogas? de acuerdo a (Mazzotti) “…Son substancias que alteran las funciones psíquicas del ser humano asociadas al desarrollo cultural de muchas civilizaciones a través de una estructuración natural de la medicina y del ritual mágico religioso”. La concepción de las drogas (Naturales) de nuestros pueblos aborígenes se fundamentaba en la ritualidad, con un profundo respeto por estos elementales, dichas sustancias se empleaban con fines curativos y de trascendencia viviendo en armonía con Pacha Mama. Según la visión del chaman andino, Juan Ruiz Nauparí, “…La coca es un planta de poder traumatizada, porque ella tiene muchos poderes ocultos, pero el hombre la profanó y cerró sus puertas…”
Desde una perspectiva contemporánea existen una cantidad de productos que se consumen en todo el mundo y parecen tener connotaciones muy adictivas un ejemplo común: Coca Cola, Cocaína, donde la primera parece hacer apología a la segunda. En nuestra era el uso y el abuso de la Cocaína representan lo opuesto de nuestras culturas aborígenes, ya que el uso ritual y medicinal que le daban a la planta de coca en Mesoamérica y los Andes, motivaba interesantes reuniones donde los miembros de la tribu compartían y le daban las gracias a Pacha Mama por todo lo creado.
En cambio en la Cocaína se materializa el culto al yo y al capitalismo. Donde el consumismo, la toxicodependencia, entre tantas adiciones de la nueva era aparecen como consecuencia de la modernidad. Esta es la idiosincrasia del capitalismo que convierte a las drogas como todo lo demás en mercancía, todos la pueden comprar, pero ¿Cuántos seres pensantes, han sido capaces de entender el sentido mágico y la ritualidad de las drogas? Por esta razón es que la sociedad reincide en el vicio, lo podemos ver por todos lados: primero realizando un examen sincero de nosotros mismos, luego al salir de compras, ir al bar, o al parque, etc… Por todos lados hay adictos a millones de cosas, especialmente en este momento histórico donde todo se puede conseguir en las porciones adecuadas, todo se hace de manera automática, solo es tener el poder adquisitivo. Es decir el ámbito de la ritualidad se ha transformando en un culto al individuo, que reduce al hombre a un simple autómata que tiene que cumplir metas, para llegar a ser, pero sin conocerse a sí mismo primero, y si no hace preguntas mejor, ya que esto lo hace más productivo.
Las drogas en la actualidad son la principal causa de los conflictos armados a escala internacional; ya que estas sustancias se convirtieron en la fuente de financiación de gobiernos, como de diversos grupos con su propia ley; de múltiples instituciones, empresas y organizaciones que lavan estos dineros. El negocio de la droga es tan productivo que estudios recientes lo han situado en el ranking de los más lucrativos, seguido del mercado negro de armas.
Con el avance de la ciencia y la tecnología ha permitido al hombre manipular la naturaleza creando nuevas sustancias psicoactivas con efectos y daños colaterales aún desconocidos, pero que generan curiosidad en nuestros jóvenes, curiosidad que aprovechan los traficantes para incentivar la venta y el consumo de drogas de diseño, en diversos ámbitos en los colegios, estadios, parques y discotecas, etc… y se convierten en mecanismos de control social, algunos ejemplos: el éxtasis, o los cristales de metanfetamina, flunitrazepam; sales de baño, cristales sintéticos o cuarzos, o solventes con extracto de gasolina de avión que garantizan un vuelo exitoso. Entre otras más potentes lanzadas al mercado diariamente y se salen de control rápidamente, mejor dicho la Kriptonita Verde de Superman se quedó en palotes. En resumen este fenómeno de la globalización de las drogas parece conducir a la humanidad a la autodestrucción.
*En palabras de (Gelke) el especialista en drogas este fenómeno consumista y compulsivo: “…Solo puede nacer en el seno de una sociedad donde la imagen religiosa del mundo se ha dislocado y donde en consecuencia, el saber concerniente a las implicaciones metaphisicas y el carácter simbólico de la embriaguez y de los medios para llegar a él se han perdido…” Si damos una mirada a la problemática del tráfico y consumo de drogas en América Latina, descubrimos que estamos frente a una nueva perspectiva sociopolítica y cultural en especial por las dinámicas de violencia generadas por el narcotráfico, aspectos que motivan el levantamiento de nuevos movimientos sociales, unos a favor otros en contra.
Reflexión
La Organización Mundial de la Salud declaró la drogadicción como una enfermedad incurable, progresiva y mortal; porque no escoge clase social, ni estilos de vida, destruye el individuo, su familia, etc…Sin embargo en un momento dado se puede tener el consumo y aprender a vivir sin drogas. Ojala esto le interesara a los narcotraficantes porque las consecuencias de este negocio son devastadoras, pero ello diran demasiado lucrativo como para invertir en la construcción de tejido social. Si sumamos a esto la inocuidad de las “políticas sociales” puestas en marcha por los gobiernos de turno, comenzamos a entender la crisis por la que atraviesan muchos de nuestros Estados, donde desafortunadamente la Carta Magna de cada país se convirtió en un saludo a la bandera, también por la cantidad de vicios políticos que existen y la adicción que estos generan.
Que interesante que la nueva bancada de gobernantes durante estos próximos cuatro años se preocupen más por elevar su amor por el conocimiento, y se sensibilicen frente al problema del tráfico y consumo de estupefacientes en nuestras ciudades, y departamentos, inviertan más en educación, salud y medio ambiente. Y tomen consciencia que cada peso que entra al Estado por concepto de licor, drogas, rifas, juegos y espectáculos, termina invertido cien o más veces, al tener que cubrir gastos médicos, gastos en cárceles, hospitales, cuidar y mantener los presos, rehabilitación, reeducación, orientación en organismos sociales, compra de terrenos para cementerio, en consecuencia el vicio se lleva casi una tercera parte del presupuesto de las naciones; también es una de las principales causas de la indigencia en nuestro país, según cifras del año 2009, el número de indigentes en Colombia era de 8.000.000 de personas de todas las edades. Y no necesariamente por consumir drogas pues sabemos otra de las causas de indigencia son el desplazamiento por violencia, y por enfrentamientos entre grupos armados ilegales, reposicionamiento de estructuras guerrilleras y paramilitares. En consecuencias todas estas personas acostumbradas a la vida del campo viajan a las ciudades a buscar oportunidades y al no encontrarlas comienzan un tortuoso camino hacia la pobreza.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015