Warren Avis el fundador de una de las compañías más grandes de alquiler de carros en el mundo tubo la visión de iniciar su negocio al detectar una necesidad como lo puede hacer cualquiera pescando oportunidades y observando las necesidades de la gente, pero lo que sí era claro para él era que quería ser su propio jefe, ser el mejor en lo que emprendiera y ganar dinero, dejando una lección importante para alguien que se quiera aventurar en un negocio.
Hay que ser creativo para estirar los recursos limitados con que el empresario cuenta, aprovechar las amistades para cimentar relaciones comerciales y reinvertir las utilidades en cosas productivas dedicando gran parte de la vida al sueño que se tiene en mente para que se convierta en realidad sin esperar que las cosas prosperen de la noche a la mañana aplicando formulas mágicas y estar preparado para las dificultades y la incertidumbre.
El empresario debe poseer una llamada personalidad empresarial para convivir con la incertidumbre y los obstáculos, asumir los riesgos, tener capital para impulsar el nuevo negocio o idea, hacer que su producto o servicio sea rentable y ser práctico para tomar decisiones.
El empresario también posee pasiones como la pasión por el dinero pero sin que éste se convierta en la única medida del éxito, por que si se elevan indefinidamente las metas en este sentido se puede llegar a una insatisfacción permanente. A la larga si uno maneja bien las finanzas se tiene que encontrar otro interés grande en la vida, Lo mismo que la pasión por el poder que puede ejercer una influencia constructiva o destructiva, o la pasión por obtener una posición de prestigio que guarda una estrecha relación con obtener dinero y poder. El empresario nunca debe perder de vista la concepción de lo que significa estar realmente satisfecho con la vida para no ser esclavo de su empresa sino mas bien para disfrutarla.
Desde que la compañía "Avis" empezó no fue directamente al éxito, también hubo errores, fracasos y dificultades como son de esperar en cualquier negocio o proyecto que se emprenda, éstos les fueron útiles para aprender las claves del éxito, para esperar lo inesperado, para ser consiente en su estrategia de la importancia de la estética, el buen servicio, el equilibrio entre el entusiasmo, la experiencia, y el control en los gastos que son algunas de las cosas que se aprenden de estos experimentados empresarios.
Un buen empresario dedica parte de su tiempo a pensar, participa de las decisiones a los empleados de todos los niveles y sabe delegar. Para el fundador de Avis la mayoría de los fracasos se deben a una mala administración, un producto deficiente o de una adversa situación económica. No es más eficiente el que más trabaja, lo es el más estratégico.
Por: eduardoggiraldo@gmail.com