La empresa manizaleña que tiene el arte como un propósito de libertad

EQUIPO BALANCE

LA PATRIA | MANIZALES

En el 2017 Leidy Tatiana González Hernández fue a la cárcel de mujeres de Manizales para participar de unos talleres con las reclusas y aprender a confeccionar accesorios. “Queríamos hacer algo, llegamos con pinzas, agujas y un par de hilos. Así empezamos”, recuerda Leidy Tatiana.

A medida que perfeccionaron la técnica se dieron cuenta de que era necesario ir más allá, hacer arte con propósito de libertad. Así nació Bird Accesorios, emprendimiento manizaleño que hoy toca las puertas en Estados Unidos, para exportar collares, manillas y aretes.

Leidy Tatiana cuenta que el nombre se debe a que bird, pájaro en inglés, es símbolo de libertad. En su equipo emplea a mujeres pospenadas o que recuperaron su libertad, luego de cumplir la condena. Hoy genera cinco empleos y ganó una convocatoria del Fondo Emprender del Sena. “El alma de la empresa es el trabajo social que se materializa en accesorios”, dice la emprendedora, que estudió Tecnología en Formulación de Proyectos en el Sena.

Tejido femenino

Leidy Tatiana asegura: “Me siento realizada y satisfecha, no solo por cumplir el sueño de crear empresa, sino que este proyecto social ayuda y apoya a otras personas a construir los suyos”.

Este emprendimiento también ha impactado las cárceles de varones y militar de Caldas, y a 40 internas de la cárcel de mujeres de Manizales.

¿Por qué escogió personas privadas de la libertad? La empresaria contesta: “Me invitaron a un desfile de moda a la cárcel, allí me encontré con personas jóvenes y no con condenadas. Cuando escuché sus anhelos nació esta nueva oportunidad”.

Hoy esta administradora pública adelanta un proceso con Procolombia para exportar, por ahora solo está en Caldas. “Tenemos 4 líneas productivas: collares, manillas, aretes y manillas para hombres. Además, en la cárcel de varones haremos prototipos de bolsos, estamos perfilando el nuevo diseño”.

Los accesorios los elabora en acero, piedras naturales, cuero y en tejidos en hilo. Sus proveedores son de Manizales y de Cali. En el barrio Palermo está el taller, la oficina y la sala showroom. Cuenta esta anécdota: “No sabía hacer accesorios y con las internas aprendí, no sabía de tejidos, tenía algunas bases. Fui a enseñar, pero me enseñaron. Con ellas aprendí la elaboración”.

La meta de esta unidad de negocio es trabajar en la misión 10 mil, así la llama Leidy Tatiana. Elaborar 10 mil manillas desde las cárceles para comercializarlas en el país. “Nuestra tarea es impactar las siete cárceles que hay en Caldas para poder cumplir esa tarea, porque cada accesorio cuenta una historia, en ellos están grabados los sueños de libertad”.