MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | Manizales
¿Cómo llegar de Manizales a Murillo (Tolima)? La ruta más rápida que recomienda Google Maps es La Esperanza-Alto de Ventanas, una carretera destapada que bordea el Volcán Nevado del Ruiz: 82,5 km, en 3 horas y 45 minutos. La realidad es otra.
El jueves, Jorge Eliécer Acosta, conductor de Rápido Tolima, tardó 7 horas y 30 minutos en recorrerla. “Está en pésimas condiciones… toda la vía es complicada”, afirma.
El ibaguereño se conoce esa trocha desde que trabaja en la empresa de transporte hace 34 años, se la asignan cada 20 días. “Ahoritica no hay por dónde caminar. Lo que más sufre son las latas, porque el carro es bajito. Se raya el bomper y se rompe el guardabarro, pero es obligatorio venir”, sostiene con resignación.
Propone que el servicio se suspenda mientras arreglan la carretera. Jorge Eliécer se refiere al proyecto del corredor vial Cambao-Manizales, que ahorraría 1 hora y 51 minutos en el recorrido. Se pasaría de las 4 horas y 27 minutos, que hoy se calculan hasta Cambao (Cundinamarca), a 2 horas y 36 minutos.
Sin embargo, la obra aún no comienza y está en negociaciones ante un tribunal.
La demanda
En julio del 2015, el Gobierno de Juan Manuel Santos le asignó el contrato a la Concesionaria Alternativas Viales, una Alianza Público Privada (APP), para intervenir el trazado de 256 kilómetros, dividido en cinco tramos o unidades funcionales (Ver infografía). La inversión de $1,33 billones la recuperarían con el cobro de dos peajes en La Esperanza y Armero, durante 30 años.
La ambiciosa meta de otro cruce por la cordillera Central, esta vez por la zona amortiguadora del Parque Nacional Natural (PNN) Los Nevados, fue lo que detuvo el proyecto antes de arrancar.
PNN advirtió el impacto ambiental que causaría la ampliación y mejoramiento de la vía en el páramo, por lo que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) contempló cambios. La Concesionaria los demandó en el 2017 ante un tribunal de arbitramento para liquidar el contrato, porque financieramente era inviable.
El Ministerio de Medio Ambiente, a través del Departamento de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, negó el 18 de junio del 2018 la sustracción de la Reserva Forestal Central de las unidades funcionales 4 y 5, es decir La Esperanza-Alto de Ventanas-Murillo. Confirmó que la calzada no se puede ampliar a 9,30 metros, como la diseñaron.
Con el corredor vial cojo, Alternativas Viales reiteró en la imposibilidad ambiental para ejecutar los tramos 4 y 5, lo que generaría un impacto en la percepción del riesgo del negocio, haciendo imposible superar la etapa de preconstrucción porque no se podía hacer el cierre financiero.
La negociación
Esta obra ya debía estar entregada, pero está en conciliación entre el Gobierno de Iván Duque y la Concesionaria.
Las mesas de trabajo se iniciaron en noviembre del año pasado. La ministra de Transporte, Ángela María Orozco, y el viceministro de Infraestructura, Manuel Felipe Gutiérrez Torres, anunciaron durante el Taller Construyendo País en Fresno (Tolima), el 19 de enero, que había luces de un acuerdo.
En este se plantea pavimentar la carretera existente de seis metros de ancho. “Así se puede cruzar la montaña. Esto implica una menor inversión del concesionario y ajustes en el contrato”, apuntó Gutiérrez Torres.
Luis Eduardo Gutiérrez Díaz, vicepresidente de Gestión Contractual de la ANI, sostiene que la negociación no es fácil porque deben valorar el impacto de cada decisión. “Uno de los dos peajes no estaría. Por eso las conversaciones son largas, porque dado que el riesgo por la imposibilidad de no tener el peaje genera un efecto en el recaudo”.
Se trata del peaje de La Esperanza, porque al no ampliarse la vía, implica que no van a circular vehículos de carga pesada, se trataría de un carretera para carros livianos. “El Concesionario requiere que hagamos el análisis para definir el cierre financiero”, apunta.
Para Francisco Romero Ferro, gerente de Alternativas Viales, eso cambia el esquema del modelo financiero que se basaba en atraer el tráfico de la vía Fresno-Letras. “Se volvería un tráfico muy local, turístico en lo ambiental, y aquellos carros que no quieran coger por Letras, prefieran irse por ahí, porque no se van a encontrar tráfico pesado”.
Insiste en que la negociación se basa en cómo quedará ese modelo financiero y cuál será su alcance con el nuevo estudio de tráfico. Las partes no revelan cifras, porque eso es lo que está en discusión. El monto de la inversión que se usaría en la nueva ejecución de la obra también superaría el billón de pesos.
¿Y si se liquida?
El vicepresidente de la ANI agrega que también preparan la documentación técnica para que el Ministerio de Medio Ambiente les dé el aval para pavimentar el carreteable actual. Esto lo harán cuando definan la estructura de cómo será el nuevo contrato. “Con esta autorización podríamos arrancar obras y se desmontaría el tribunal”
Gutiérrez Díaz sostiene que el tribunal de arbitramento es el que decide el fin del contrato, no la ANI, porque el proyecto está en el programa de vías de cuarta generación (4G). “Con los inconvenientes de terminar el túnel de La Línea, esta es otra alternativa para el cruce de la Cordillera”.
Romero Ferro indica que esperan terminar el acuerdo entre este mes y abril, para que la ANI lo presente en su comité, pase los filtros, y radicarlo en mayo ante el tribunal de arbitramento y la Procuraduría.
En caso de que no se llegue a un pacto con la Concesionaria o que el tribunal indique su inviabilidad, Gutiérrez Díaz señala que entrarían en liquidacion, etapa en la que se haría un cruce de cuentas.
Según un artículo del periódico El Nuevo Día, en el que se consultó a la ANI: “El dinero producto del recaudo de los peajes a cargo de la Concesión se encuentra en una subcuenta creada para este fin en la Fiduciaria. En caso de terminación del contrato deberá procederse con su liquidación, de acuerdo con lo dispuesto en el capítulo XVIII del contrato, en cuyo caso los recursos existentes en las diferentes subcuentas del patrimonio autónomo quedarán afectos a la liquidación”, es decir quedarían para Alternativas Viales.
Despertar de Murillo
Martha Cecilia Sánchez León, alcaldesa de Murillo, resalta que el corredor vial Cambao-Manizales ha permitido unir a los municipios del norte del Tolima y de Cundinamarca. “Nos hemos puesto las botas para liderar el proceso. La vía fue trazada y se dio apertura hace unos 60 años, es la oportunidad para que Murillo supere el rezago y deje de ser un pueblo terminal”.
Para ella, esta alternativa no le generará competencia a corredores como el Alto de la Línea y Fresno-Letras, porque será una vía liviana y ecológica.
“El daño ambiental que se iba a generar ya lo causamos con la apertura de la vía. En virtud al progreso, a la competitividad y al desarrollo, en busca de un interés general, se estima que esas consecuencias se deben compensar, hace parte de la Responsabilidad Social Empresarial”.
Agrega que la pavimentación de la vía le dará mejor acceso a servicios de educación, salud y cultura a las personas que albergan y cuidan el páramo.
Integración
Para el gobernador, Guido Echeverri Piedrahíta, los municipios del norte del Tolima tienen una integración directa con Caldas. “Cualquier medio de comunicación que nos acerque es importante”.
Aclara que el desarrollo de la vía Cambao-Manizales no se opone a la viabilidad del mejoramiento de la vía Manizales-Mariquita. “Se complementan”, anota.
Tribunal de arbitramento
Es un mecanismo de solución de conflictos jurídicos, en este caso en obras de infraestructura. Se puede llegar a esta instancia por fallas en los contratos, temor de los funcionarios, cambios en las reglas de juego, voracidad de algunos contratistas y otras razones.
Según Portafolio, el 25% de los contratos de las vías 4G del país, de las 29 en desarrollo, han pasado por un tribunal de arbitramento para ser revisados, de acuerdo con reportes de la Contraloría.
Costo
El proyecto Manizales-Cambao comprende el mejoramiento de 131 kilómetros de vía y la rehabilitación de 125 km. Las obras inicialmente costarían $1,33 billones, de los cuales $527 mil millones eran para construcción y $807 mil millones para mantenimiento.
La Concesionaria
Alternativas Viales es una sociedad compuesta por ICEIN Ingenieros Constructores, Mota Engil Engenharia y Construcão sucursal Colombia; Gaico Ingenieros Constructores, Alca Ingeniería, Fortress; y Construcción y Desarrollo Ingeniería.
Mota Engil es conocida en Caldas por tener a cargo obras en 21 instituciones educativas del departamento, con recursos nacionales del Fondo Financiero de Infraestructura Educativa, en algunas se han presentado retrasos y parálisis, como en Pensilvania, Manzanares, San Félix (Salamina) y Neira.
El gerente de Alternativas Viales, Francisco Romero Ferro, indicó que entre los socios de la Concesionaria han aportado $112 mil millones, 33% corresponden a Mota Engil. “Ellos han puesto los recursos suficientes para que esta operación funcione”.
En la entrada a Murillo, pintaron ese mensaje.
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