Publicación enviada por Dra. Liliam Barrios Herrero y Otras Autoras
INTRODUCCIÓN
En la actualidad estamos asistiendo a una lucha donde la erotización del ambiente contrasta con el silencio de la comunidad en esta área. Esta influencia de una civilización hipererótica en una sociedad que no proporciona una educación sexual suficiente y adecuada, hace que niños, niñas y adolescentes se sientan influenciados en sus valores y actitudes. La mayoría de las veces esta influencia es negativa ya que el aprendizaje no se realiza en un sentido humano y trascendente. Pareciera que, lejos de ayudarlos, la sociedad abandonara a sus jóvenes. En oportunidades- como si se quisiera quedar bien sin comprometerse- se simula dar educación sexual en algunas escuelas, lo que no suele pasar de la proyección de un vídeo sobre biología. Otras veces se limita a charlas sobre los aspectos negativos de la sexualidad, lo que hace que se piense sobre esta también en términos negativos.
Los y las jóvenes se sienten bombardeados/as por mensajes eróticos mientras que están preocupados/as por los cambios a que se ven expuestos como consecuencia de su desarrollo. La aparición, en su edad, de una sexualidad que transita el camino hacia la adultez hace que fijen su atención sobre todo lo relacionado con el sexo. El silencio que habitualmente sienten en sus familias y la falta de una directriz educativa coherente les obliga a buscar información y consejos en los amigos que consideran más experimentados pero que, desgraciadamente, no suelen ser buenos maestros ya que han pasado por la misma experiencia. De este modo, la fuente de información se convierte en un manual de consideraciones surgidas de la experiencia, pero una experiencia sin una guía adecuada. 1
A pesar de esto, aún hay personas que piensan que la experiencia es el mejor camino para comprender todo lo referente a lo sexual. Pero como expresa Michael Schogield al presentar las estadísticas de una extensiva investigación sobre el comportamiento sexual adulto... “una de las conclusiones principales de este estudio es que el conocimiento sexual es algo que la mayoría de las personas no han sido capaces de sacar de su experiencia”. La educación sexual “de la calle” suele falsear el conocimiento, y es por medio de esas ideas equivocadas que deben estructurar su propia sexualidad.
Atendiendo a todo lo anteriormente expuesto, es lógico pensar que la comunicación juega un papel importantísimo en todas sus esferas y, entre ellas la sexual, la cual debe comenzar en el seno familiar con el nacimiento, hasta extenderse al medio social en el que el individuo se desenvuelve. Ahora bien, esa comunicación para educar para el sexo debe ir cargada de un conocimiento científico, del cual carecen en sentido general los progenitores, los cuales en su gran mayoría continúan sordos a las demandas educacionales que sobre el sexo y la sexualidad les solicitan sus hijos. Este silencio parental se origina principalmente por los tabúes surgidos de la mala educación sexual que han tenido, los que condicionan represiones inconscientes difíciles de superar. Aún en los casos en que pueden brindar tal educación, la vergüenza, la turbación y la ambigüedad con la que contestan a la mayoría de las preguntas que los hijos formulan, suelen causar más perjuicios que beneficios. Tenemos que darle la razón a Baen cuando dice: “Frente a muchos educadores y pedagogos que han puesto todas sus esperanzas en los padres, y condenan toda intervención extrafamiliar, creo que podemos afirmar que la familia seguirá ausente en la educación sexual de sus hijos.
Las autoras aprueban lo referido por Baen, de hecho esta realidad se expresa continuamente en nuestros estudiantes universitarios, que es el nivel educacional en el cual se desenvuelven como profesoras de ciencias médicas; esto nos obliga a trabajar en función de alternativas y estrategias que ante todo ayuden a estos jóvenes a alcanzar una educación sexual plena y sana, empleando diferentes métodos y técnicas que partan ante todo de la base de que el amor y el placer forman un todo en la dimensión sexual del individuo y que, lejos de separarlos, deberíamos tratar de que se manifestaran juntos, única manera de hacer de la sexualidad un elemento trascendente. Por esta razón debemos considerar la educación sexual como una educación para el amor, una educación para poder cumplir con nuestro destino de hombre y de mujer, y una educación para la genitalidad, que al integrar los dos conceptos anteriores definirían como tal a la sexualidad adulta en sus expresiones conductuales y psicoemocionales, donde al amor y el acto sexual constituyen formas de comunicación de la pareja humana.
Teniendo en cuenta la gran importancia que tiene la comunicación en todas las esferas de la vida y, en particular de la sexualidad, que es la que nos ocupa, abordaremos como objetivo en nuestro trabajo algunos aspectos teóricos vinculados a la sexualidad y la comunicación, pues no podemos enseñar ni aprender si no utilizamos una buena y adecuada comunicación.
DESARROLLO:
El término comunicación proviene del latín, y significa común. Cuando una persona se comunica con sus semejantes, trata de compartir informaciones, una idea, una actitud, sentimientos, etcétera. Lo esencial en la comunicación está dado en mantener al unísono “sintonizados” al que envía el mensaje y al que lo recibe.2
La comunicación es un proceso complejo, de carácter material y espiritual, social e interpersonal que posibilita el intercambio de información, la interacción y la influencia mutua en el comportamiento humano, a partir de la capacidad simbólica del hombre. Se considera también que la comunicación es un proceso mediante el cual un individuo plantea estímulos para modificar las ideas, costumbres, actitudes y prácticas de otros. Es decir, toda comunicación lleva implícita una modificación.2
La comunicación, desde el punto de vista más estricto, puede considerarse como un intercambio de significados entre las personas. Es la comunicación la que hace posible la interacción en que se basan las relaciones de los hombres y las mujeres.2
Corresponde a Shannon-Weaver la identificación de cinco factores que intervienen en el acto de comunicar: el discurso (señal), una fuente (persona que emite el mensaje), el destino (que es el sujeto que lo recibe), un transmisor (aparato electrónico que envía) y un receptor (aparato electrónico que recibe). Estos cinco componentes nos dan una dirección unidireccional.3
Resulta evidente que la comunicación humana no puede referirse sólo a enviar información nueva en forma unidireccional. De una manera más amplia, se definiría la comunicación humana como “...el sistema de actividades, que mantiene, regula y hace posible las relaciones humanas” (Scheflen). Esta definición rompe el esquema unidireccional y propone una dimensión bidireccional. Boszormenyi- Nagy define la comunicación humana, como “un intercambio de conductas”. En un sentido más amplio, comunicación humana como lo concibe Ruesch, es todo el conjunto de procedimientos por medio de los cuales una mente afecta a la otra. Esto implica naturalmente, no sólo el lenguaje oral y escrito (a lo que Bateson denomina “lenguaje digital”), sino también la música, el teatro, las artes plásticas y, de hecho, todas las conductas humanas (lenguaje analógico).3
Alberto Orlandini en su Diccionario del Amor 4, define varias formas de comunicación las cuales son muy empleadas en el campo de la sexualidad:
Ø Comunicación auditiva:
La voz humana representa el vehículo de comunicación simbólica que llamamos lenguaje, y de comunicación no simbólica o emocional que denominamos paralenguaje. El paralenguaje se expresa a través de variaciones del volumen, timbre, velocidad, inflexión y ritmo de la voz; y transmite el efecto o la actitud emocional ante el otro. Salvo en los actores y algunos profesionales, el paralenguaje “desnuda” el estado de ánimo del que habla. Los seductores saben que el modo de decir es tanto o más importante que los contenidos del decir. Los locutores nocturnos de música romántica utilizan lo que ellos llaman “voz masturbatoria”, sugerente de secreto, complicidad, intimidad y picardía. Muchas mujeres, y a veces los hombres, se lamentan del “silencio sexual” de sus amantes, en la cama y fuera de ella. El silencio no es bueno para el sexo ni para el amor, y parece saludable que las personas “desbloqueen” su expresividad, reprimida por una educación castradora. Los educadores sexuales alientan a la gente a que giman, gruñan, jadeen o griten si así lo desean, y aseguran que las alcobas no tienen por qué ser silenciosas.
Ø Comunicación táctil:
La comunicación más importante e imprescindible del sexo resulta el tacto. Los gestos de amor se ofrecen con las manos, la boca y el sexo, y se reciben en toda la piel, y en la mucosa de los orificios de la boca, el sexo y el ano. Las variantes de las señales táctiles son: soplar, apoyar sobre, apretar, enlazar, abrazar, sostener, sacudir, empujar, guiar, acariciar, frotar, pellizcar, arañar, rascar, palmear, besar, lamer, morder, y mordisquear. La estimulación táctil adquiere más connotaciones con el auxilio de las llamadas ayudas sexuales.
Las conocidas experiencias de Harlow y de Spitz demostraron que la carencia de estimulación táctil era capaz de enfermar tanto al mono como al hombre. En muchas culturas el niño es educado en la prohibición de tocar y de ser tocado. Los adultos con esa crianza no se permiten acariciar ni ser acariciados (en el varón el miedo a ser tocado se relaciona con la homosexualidad). Para decirlo de forma algo simplificada, la terapia sexual consiste en enseñar a dar y recibir caricias. Es frecuente que la ausencia de caricias, o la insuficiencia en calidad y cantidad, sea el origen de muchas insatisfacciones, o aun de enfermedades sexuales.
Ø Comunicación visual:
Las señales de amor provienen de las expresiones de la cara, las manos y el cuerpo: Expresiones de la cara: el rostro es uno de los aparatos más flexibles y versátiles de nuestra anatomía. Algunos estiman que es capaz de expresar hasta doscientos cincuenta mil tipos de expresiones. El 75 % de las señales no verbales se transmiten mediante la mirada. Cada gesto significativo se denomina kinema. Las señales del rostro se expresan mediante los movimientos de las cejas, los párpados, los ojos, la nariz, la boca, la mejilla y la barbilla. Los gestos de cuello añaden más significados a la cara. La sonrisa es el signo más universal de interés, de aceptación y de invitación al galanteo. Observe que en los diálogos de las películas de amor, el foco de la cámara se centra en las expresiones del rostro de los personajes. Expresiones de las manos: el lenguaje de las manos puede expresar: saludo, llamado, solicitud, coquetería, erotismo, ternura y rechazo. Expresiones del cuerpo: los gestos del cuerpo sirven para la seducción, el galanteo y para expresar la medida del placer. La danza representa una de las comunicaciones eróticas más impactantes y sofisticadas.
Ø Comunicación sexual:
Watzlawick ha descrito cinco axiomas de la comunicación humana. (1) Es imposible no comunicarse, pues aún el silencio y la inmovilidad están llenos de significado. (2) Toda comunicación tiene dos aspectos: de contenido y racional. (3) La naturaleza de la relación depende de la puntuación de la secuencia de frases entre los comunicantes. (4) Las personas se comunican por procesos digitales (verbales) y analógicos (no verbales). El mensaje digital es más abstracto, versátil, complejo e inequívoco. Por otra parte las señales analógicas (la voz, la mímica, el gesto y la postura) suelen ser menos precisas y más ambiguas (es trabajo del ser humano traducir continuamente los mensajes analógicos a palabras). (5) Los intercambios comunicacionales, según se basan en la igualdad o la diferencia, pueden ser simétricos o complementarios. La relación entre los iguales es simétrica: los/as dos son fuertes, los/as dos son maduros/as, y los/las dos se aman. Pero en los sujetos diferentes, una conducta puede favorecer la otra de modo complementario: él paternal y ella añoñada, ella sádica y él masoquista, él dominante y ella sumisa, o él proveedor y ella consumidora.
La comunicación alcanzará niveles más profundos y cauces más fluidos cuando esté sustentada en la autenticidad, condición necesaria en la que el individuo transita de un simple reactor a un verdadero actor del diálogo. Las palabras de orden deben ser “sé tu mismo” y “conócete” como base primera de la sabiduría humana y del progreso social.
En otro sentido la facilitación sirve de complemento al logro de este propósito; consiste en transmitir lo que se entendió hablando del sentimiento presente en la comunicación. Facilitar es escuchar activamente con empatía, autenticidad y aceptación.
Las respuestas facilitadoras ayudan al que tiene el problema, a entenderse, a conocer sus sentimientos, sus necesidades. Promueven la autoexploración y la responsabilidad, evitan la dependencia.
Las respuestas facilitadoras contienen mensajes como: tú tienes el problema. Yo te acepto. Yo te escucho. Yo quiero comprender lo que te pasa.
Se facilita cuando ayudamos a resolver el problema no sacándole información porque esto constituye una barrera.
Las respuestas facilitadoras pueden ser diferentes, lo importante es que con nuestras palabras seamos capaces, de transmitir la realidad de la otra persona.
La clave para captar el sentimiento del mensaje, suele estar en la parte no verbal de la comunicación, es decir: en el tono de la voz, postura del cuerpo, ademanes, tipo de palabras, ritmo al hablar, movimientos del cuerpo, etc.
Una excelente facilitación conlleva tres actitudes por parte del maestro-orientador. (Roger 1975)
Ø Comprensión empática: Poder ver el mundo del otro desde sus “zapatos”.
Ø Autenticidad: Comunica lo que honestamente se siente, entiende y comprende el que escucha en una comunicación abierta y directa.
Ø Aceptación del otro y de su realidad: Viéndolo como alguien diferente a uno. Separado y, con el derecho de ser distinto de hacer su vida.
Las categorías de la comunicación son el diálogo, la palabra, la escucha, el silencio y las voces, y la gesticulación.
El diálogo es un intercambio de palabras entre dos protagonistas.
La escucha es la disposición del oyente a descifrar o acoger lo dicho.
El silencio es el espacio que da cabida a la voz del otro.
La gesticulación es la expresión mediante la postura o la acción. En el sexo y en el amor todo es comunicación. Cada amante emite y recibe señales visuales, auditivas, táctiles y olfativas. Se dice que el hombre se enamora “por lo que ve”, y la mujer es seducida “por lo que oye” (las palabras de amor).
La comunicación es una categoría esencial para el estudio de las principales situaciones en las que se implica el hombre. La actividad de la personalidad ocurre de forma general por medio de un sistema de relaciones sociales. Es, precisamente, en al marco de la realización de sus principales actividades y sus relaciones interpersonales más significativas que la personalidad se desarrolla; el estudio del proceso de comunicación tiene importancia no sólo para comprender el comportamiento de los grupos sociales, sino también de la personalidad individual. 5
El mecanismo fundamental para la formación de la psicología social de las personas es el contacto con los demás, el trato, la comunicación, la cual no es sólo una necesidad, sino también uno de los aspectos más importantes de cualquier actividad entre las personas. 5
La comunicación juega un papel esencial en el desarrollo del individuo y por medio de ella se realiza el perfeccionamiento psíquico del hombre, su enriquecimiento espiritual, así como la formación de su personalidad; con su ayuda tiene lugar la organización de la interacción adecuada entre las personas en el curso de la actividad conjunta, la transmisión de la experiencia, los hábitos laborales, etc.5
No tenemos más recursos para llegar a comprendernos que la comunicación, y si no somos hábiles para manejarla, las cosas se nos escaparán de las manos. Discutir, criticar, atacar... es inevitable en una relación de pareja, pero si existe voluntad de mantener una relación positiva y se mantiene un elevado grado de comunicación no sólo con palabras, sino también mediante gestos y actitudes cariñosas, habremos avanzado mucho por la difícil senda de la convivencia.6
Si bien una preocupación del maestro/a debe ser la de desarrollar su propia competencia comunicativa y ser capaz de lograr un nivel óptimo en las relaciones interpersonales con sus alumnos, no es menos importante la tarea de trabajar por el desarrollo de las posibilidades comunicativas de aquellos a quienes está educando, como parte esencial de su labor docente.
La necesidad de comunicación con sus semejantes, que aparece tan tempranamente en el ser humano y lo caracteriza como tal, hace que el niño y la niña, desde su incorporación al grupo familiar, vaya desarrollando sus potencialidades expresivas y comunicativas en general (de expresar y de recibir e interpretar mensajes).7
La estimulación que puede propiciar la familia en este sentido es muy importante para el desarrollo de la personalidad. Dentro de ella se van consolidando patrones de comunicación interpersonal a partir del propio estilo de relaciones que exista dentro de la dinámica familiar, que se van trasladando a otros contextos en que posteriormente se incorpora el niño o la niña. Cómo es tratado este niño/a, cómo se comunican los estudios entre sí, cómo participa cada cual, qué valores se estimulan, qué cualidades y comportamientos se reprueban y muchos otros aspectos propios de la vida familiar tienen gran valor en la formación de estos primeros patrones. 7
Educación y comunicación son procesos inseparables. El concebir el proceso docente como proceso interactivo y comunicativo permite trabajar sobre las posibilidades comunicativas de los y las estudiantes. La utilización de técnicas participativas y de trabajo grupal hacen que el aprendizaje no se asocie a un ambiente tedioso, aburrido, sino estimulante y creativo, donde cada cual asume responsabilidades y construye su conocimiento.7
La educación sexual forma parte orgánica e inalienable de la preparación del ser humano para la vida, del proceso permanente de aprender a ser, mediante el cual cada individuo tiene que aprender a ser sexuado, a construir de forma personalizada su masculinidad o femineidad, a apropiarse creadoramente de valores, actitudes, conocimientos, habilidades y destrezas, así como de recursos personológicos eficientes, con vistas a vivir su sexualidad de modo autodeterminado y enriquecedor.8
En el proceso de preparación para la vida sexual, las personas hacen suyos aquellos aprendizajes básicos que las arman para el encuentro con el otro sexo y con la propia sexualidad, satisfaciendo sus necesidades en esta esfera y se forman en el conocimiento, ejercicio y defensa de sus derechos sexuales:
Ø El derecho de una sexualidad plena y responsable.
Ø El derecho de la equidad de género.
Ø El derecho a una familia.
Ø El derecho a la salud sexual.
Ø El derecho a la planificación familiar.
Para lograr que cada sujeto crezca, se realice y autodetermine con relación a su sexualidad, la educación debe contemplar que esta esfera, como manifestación vital de la personalidad, constituye un fenómeno de gran riqueza, plasticidad, complejidad y variabilidad, cuyos caminos son diversos según las individualidades, y ajenos destinos fatalmente preestablecidos.1
Por tanto, si educamos personalidades, tenemos que hacerlo de forma personalizada, respetando la individual, confiando en las potencialidades de cada ser humano utilizando como vía esencial una adecuada comunicación, avalada por un conocimiento científico capaz de preparar al individuo para una vida más sana y de mejor calidad.
Todo lo anteriormente expuesto nos hace reflexionar sobre la necesidad imperiosa que tenemos los y las docentes de los diferentes niveles de enseñanza, de ser capacitados en este terreno tan importante como es la sexualidad y la comunicación, para de esta manera llevarle a nuestros estudiantes los conocimientos necesarios y suficientes acerca de esta temática que aún en la actualidad está limitada por los estereotipos y tabúes impuestos por la sociedad. Luchemos entonces por alcanzar la meta de romper las ataduras.
CONCLUSIONES
Ø Teniendo en cuenta todo lo abordado, las autoras consideramos a modo de conclusión que la comunicación es la base fundamental para el desarrollo de una sexualidad sana y responsable a la vez que, constituye una herramienta necesaria para lograr una adecuada educación sexual en cualquier nivel y a lo largo de toda la vida.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS:
1. VII Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación Sexual. I Congreso Cubano de Educación Sexual, Orientación y Terapia Sexual. Memorias, p. 30. Ed. Científico-Técnica, La Habana, 1996.
2. Rigol R. Y Cols: Medicina General Integral. Tomo 1. Ed. Ciencias Médicas, Ciudad de la Habana, 1985.
3. Martínez C: Salud Familiar, p. 170, Ed. Científico-Técnica, La Habana, 2001.
4. Orlandini A: Diccionario del Amor, p. 51-53, Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1996.
5. Barcaz E.: “Sexualidad y Comunicación”. Revista Cubana de Sexología y Sociedad. 2: 31-32, 1995.
6. Enciclopedia de la Sexualidad, p. 243, Tomo 2, Grupo Ed. Océano, Barcelona España, 2000
7. Bevan J: El Sexo y la Salud, p. 229, Ed. Planeta, S.A, Barcelona España, 1990.
8. Sorín M: Siglo XX Crisis en el Amor, p. 24, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1987.
BIBLIOGRAFÍAS CONSULTADAS:
Ø Enciclopedia de la Sexualidad, p. 62, Tomo 1, Grupo Ed. Océano, Barcelona España, 2000
Ø Enciclopedia de la Sexualidad, p. 397, Tomo 3, Grupo Ed. Océano, Barcelona España, 2000
Ø Enciclopedia de la Sexualidad, p. 608, Tomo 4, Grupo Ed. Océano, Barcelona España, 2000
Ø Leontiev, A.A. Psicología de la Comunicación, En: Psicología Social, de G.P. Prevedhni. Editora Política, La Habana, 1986.
Ø Leontiev. A.N. Actividad, conciencia, personalidad. Edit. Pueblo y Educación, 1981.
Ø Ojalvo, V. La Comunicación en la Psicología Social Marxista. CEPES, 1987.
Facultad de Ciencias Médicas Dr.” Salvador Allende”
Dra. Liliam Barrios Herrero
Especialista de Primer Grado en Histología.
Dra. Diana Castillo Abreus2
Especialista de Primer Grado en Embriología.
Dra. Náyadet Mederos Ramos3
Especialista de Primer Grado en Anatomía Humana.
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1 Profesora Asistente en Histología. Jefa de la Cátedra de Educación Sexual. Departamento de Ciencias Morfológicas. F.C.M. Dr. Salvador Allende.
2 Profesora Asistente en Embriología. Miembro de la Cátedra de Educación Sexual. Departamento de Ciencias Morfológicas. F.C.M. Dr. Salvador Allende.
3 Profesora Asistente en Anatomía Humana. Miembro de la Cátedra de Educación Sexual. Departamento de Ciencias Morfológicas. F.C.M. Dr. Salvador Allende.
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