Rata Blanca celebra sus bodas de plata

Sergio Villamizar
Colprensa | LA PATRIA

Nacieron en el momento justo del auge mundial del heavy metal, y en 25 años han soportado con valentía y gallardía cómo otras tendencias musicales del rock se han llevado la fama y la popularidad en la industria discográfica.

Sin ceder en su identidad y estilo, Rata Blanca se ha ganado un lugar en la historia del rock en español, por lo que los amantes del género, seguidores o no de esta banda argentina, celebran sus bodas de plata.

Y como 25 años no se celebran todos los días, han planeado una ambiciosa gira de conciertos por buena parte de América Latina, incluyendo a Colombia, donde estarán en un único concierto el próximo jueves 18 de octubre en el Downtown Majestic de Bogotá, prometiendo un completo recorrido por sus más reconocidas canciones.

Considerada la banda más influyente del metal rock en español, sin dejar de incorporar sonidos o elementos de otros subgéneros, se han destacado por el poder de sus pesados riff con estructuras melódicas y armónicas de la música clásica.

De hecho, tres de sus álbumes hacen parte de la lista de los mejores trabajos discográficos del rock iberoamericano, y pese a que buena parte de su producción musical la han desarrollado de manera independiente, han logrado millonarias ventas de álbumes como Magos, Espadas y Rosas, que superó los cinco millones de copias vendidas.

Todo esto dirigido por Walter Giardino, su fundador y que hoy por hoy ya es considerado toda una leyenda de la ejecución de la guitarra rock en el mundo, que sigue en pie de lucha con Rata Blanca.

Walter habló sobre lo que han sido estos 25 años de trabajo, su paso por Colombia, así como lo que viene con la banda para los próximos años.

Bodas de plata y rock

¿Cómo ha sido la reflexión entorno a los 25 años de labores de Rata Blanca?

Aunque no ha sido fácil, son 25 años de un camino muy lindo, intenso y grato. Creo que de eso se trata la vida, dejar una huella y modestia aparte creo que la banda ha dejado algo en la historia del rock mundial, hemos contribuido a la música, dejando algunas canciones en los corazones de la gente que ha escuchado Rata Blanca.
Pero quizás lo más bonito es ver que pasan los años y las nuevas generaciones, ahora hiperconectadas gracias a la tecnología, se emocionan con las cosas que hemos hecho desde los ochenta cuando comenzamos labores, con música grabada cuando ellos no habían nacido.

Una banda real que ha basado su proyecto en ser una agrupación en vivo con identidad…

Es verdad, y hoy en día no todas las bandas logran ese grado de realidad en un concierto, la autenticidad. Ahora las agrupaciones clásicas, que marcaron una época en los sesenta, setenta u ochenta, lograron grandes canciones pero obtienen una permanencia es por lo que son en vivo, en concierto, y creo que nacimos o fuimos enseñados de esa forma.

¿Ha sido difícil cruzar los años ochenta, pasar los noventa y llegar a este nuevo milenio, con tantas nuevas tendencias musicales?

La verdad es que no nos hemos sentido muy apegados o incluidos dentro de la industria discográfica, es más, no compartimos mucho con el mercado, en especial el latinoamericano que no aprecia mucho el rock y más el que nosotros hacemos, a pesar que sí lo hace la gente, porque países como Argentina y Colombia son muy roqueros, pero la industria no se interesa mucho por ello, lo cual no deja de ser curioso.

En el 93 o 94 todo dio un giro, muchas de las bandas de rock se separaron y el panorama no era el mejor, muchos continuamos fieles a nuestro estilo y la apuesta fue la mejor, porque el tiempo siempre pone las cosas en su lugar y más adelante hemos visto el regreso de los clásicos, con o sin industria del disco, por lo que el rock va más allá de los mercados.

¿Fe total en el proyecto?

Es creer en lo que estás apostando, no perder el norte porque has dejado de ser popular o porque el género que interpretas no es el que mueve masas en ese momento. Es el camino de una realidad, que hace parte de nuestra verdad que nos hace sentir orgullosos de haberlo vivido y que nos ponga a prueba y saber que seguimos hoy, 25 años después, con la misma apuesta y con un recorrido que no imaginamos llegar a andar.

Industria y rock

¿Cómo ve la actualidad del rock en América Latina?

Quizás siempre tendré críticas a la industria porque no da las facilidades a los artistas del género, las mismas oportunidades que tienen otras músicas. El rock en español es siempre visto como algo menor como un subgénero y eso solo lo piensa la industria, sobre una música que llena estadios.
Por eso lo mejor que hemos podido hacer es de cierta forma dejar el ejemplo, aunque no dejamos de ser conscientes de que somos un pequeño milagro latinoamericano, donde el destino jugó de nuestro lado. Lo que les puedo decir a los nuevos roqueros de Latinoamérica es que preparen su capacidad de lucha, crean en ellos mismos para hacer lo que quieren hacer en el rock.

¿Cómo ha sido la celebración de 25 años?

Ha sido íntimo y con sorpresas. Apenas empezamos en Buenos Aires, en pequeños locales y sin avisarle a mucha gente, pero ha sido muy intenso porque hemos tocado con la banda actual, pero hemos tenido de invitados a los anteriores integrantes de Rata Blanca, lo que lo ha hecho muy especial.
Luego de esta gira latinoamericana estamos planeando un show grande en Argentina para final de año, como se debe, con una gran fiesta para toda la gente que nos ha acompañado, para nuestras familias que lo han soportado todo en este proyecto y para nosotros mismos.

¿Algún proyecto de nuevo álbum con Rata Blanca?

Por supuesto. Estamos hablando, buscando las mejores opciones para hacerlo, con la idea de destrabar esa mala costumbre de editar un disco en Argentina y que salga un año después en Colombia. Estamos buscando poder sincronizar un poco todo, con el disco y con la gira.
Queremos recuperar espacios para esta música, que no sólo beneficia a Rata Blanca, sino para darle oportunidades para las bandas nuevas, sin dejar atrás las clásicas.