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La mejor protección es la formación del criterio, pues no hay condón que sea cien por ciento eficaz. “Como papá o mamá usted puede elegir poner la esperanza en el condón o ponerla en la voluntad de su hijo”, les dice a los papás de adolescentes Carlos Cano, terapista familiar y de pareja de Red PaPaz, red social que los orienta en la educación de sus hijos.
“Al darle un condón al hijo o decirle ‘tenga relaciones sexuales en la casa para que no se exponga en otro lado’, lo eximimos de la responsabilidad que tiene respecto a su propia vida. Cuando siente que lo están apoyando en una práctica que puede ser riesgosa, como el sexo o el alcohol, no va a pensar: ‘¿Esto me conviene o no?’. Va a dar por sentado que si en la casa se lo permiten, es porque no hay problema. Eso puede generar una actitud irresponsable y una falsa sensación de seguridad”, explica Cano.
Los científicos Edward Green y Daniel Halperin se refieren a la falsa creencia de seguridad que genera el condón: “Creer que este va a resolver el problema hace que te sientas seguro y te arriesgues más. El riesgo no está en no ponerse el casco sino en acelerar más allá del límite permitido. No hay condón que proteja el corazón, no hay un condón para la autoestima, la dignidad y el bienestar emocional de un niño”, argumenta Cano.
Dice que hay una generación de padres acobardados, que se creen el cuento de que no son idóneos para hablar de sexo con sus hijos porque no se sienten cómodos con su vida, porque han tomado malas decisiones, porque piensan que no tienen mucha información ni claridad o posponen el tema porque tienen mucho que hacer.
“Delegan al médico, al colegio o a los amigos algo tan trascendental en la vida como la sexualidad y la afectividad. Pensemos esto: si solo habláramos con los hijos de lo que hacemos bien, no hablaríamos mucho”, agrega.
El programa ‘Protege tu Corazón’, al cual pertenece Cano, propone educar a los hijos para una sexualidad inteligente. “Que tomen conciencia del valor de la sexualidad, de su valor propio y el del otro. Eso implica que tengan una actitud madura, de dominio de sí mismos, donde se tenga en cuenta la dignidad del otro y la propia”.
Considera el terapeuta que no se trata solo de prevenir embarazos adolescentes o enfermedades de transmisión sexual, “al centrarnos tanto en lo que no queremos que pase, descuidamos lo que deberíamos atender que es hablar con los hijos de respeto, autoestima, autoconcepto, solidaridad, convivencia, amistad, valores, y ver como la sexualidad se involucra en ese proyecto de vida”.
Ayuda para padres
Hay filtros, programas custodios, aplicaciones que se pueden descargar al celular del hijo o al iPad, diciéndole: ‘Es para que te comuniques con tus amigos, para que yo te pueda llamar, no te lo compro para sexting, pornografía o ciberbullying”. No es vigilarlos, es hacerlos sentir acompañados en el mundo virtual.
Red PaPaz tiene un kit para prevenir la intimidación escolar y promover el manejo responsable de los medios de comunicación. www.tus10comportamientosdigitales.com es una página desarrollada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y da elementos a los papás para que no se sientan ajenos a lo digital. En la aplicación ‘Te Protejo’ los papás pueden denunciar prácticas que vayan en contra de sus hijos, al igual que en www.protegetucorazon.com y en Instagram y Twitter ‘protege2corazón’.
‘Protege tu Corazón’ desarrolló unos cuentos sobre sexualidad responsable: ‘¡Sorpresa! Te espera un gran regalo’ y ‘¡Sorpresa! Grandes cambios en tu vida’, dirigidos a niñas y niños, entre los 6 y 11 años. Se consiguen en la librería Procodes: 629 8971. www.procodes.com
Si encuentra a su hijo viendo contenido pornográfico su reacción debe ser tranquila, comprender que está en una etapa de descubrimiento, de deseos e impulsos. Es señal de que es hora de hacerse cargo del tema sexual y afectivo. Dígale: “Es natural que quieras saberlo, pero cualquier duda la puedes resolver conmigo. Lo que muestra la pornografía no es necesariamente cierto, a nadie hace feliz ver la sexualidad como algo físico”. Háblele como adulto, a través de una relación amigable, de cariño, de respeto, sin escandalizarse, escuchándolo. A los 8 años no es necesario hablar del deseo sexual, a esa edad aún no lo tiene. Entre los 11 y 14, con la llegada de la pubertad, es bueno hablar de emociones sexuales; después de los 14, del amor, que vale la pena esperar y cómo diferenciar el sexo del amor o del enamoramiento.
Vacíos que buscan llenarse
La falta de diálogo, de educación y de comprensión, genera como consecuencia que el vacío quiera llenarse. Cuando el adolescente no escucha esos temas en casa, lo hace por fuentes o por las páginas de Internet. Y allí se encuentra con el ‘groomer’, ese adulto al asecho que busca niños desorientados, solos, con dudas y en busca de experiencias. No tiene sentido que la mala influencia le esté hablando a su hijo muchas veces con una tecnología que usted mismo está subsidiando. ¿Qué momento está esperando para hablar con él? La información que se da fuera de casa no siempre está bien orientada ni está basada en el respeto por el niño. Solo los papás sabemos el tesoro que son nuestros niños, es nuestro deber y responsabilidad hacernos cargo de ellos. Es importante darles una información exacta, clara, concreta, pero no como si fuerámos una enciclopedia.
No hay que partir de lo malo para hablar de lo bueno, sino hablar del amor verdadero, la amistad, la sexualidad inteligente y la libertad”, Carlos Santiago Cano Roda, terapista familiar y de pareja.
Muy presionados
El mensaje que se les debe dar a los adolescentes es de autonomía, de libertad, de no dejarse llevar por presiones sociales que los lleven a pensar que “les está cogiendo la tarde para comenzar”. Muchos lo hacen bajo el efecto del alcohol, porque relacionan el sexo como elemento de rumba. Hay estudios de Dina Krauskopf, que aseguran que los adolescentes suelen interpretar el despertar sexual como una muestra de amor. La falta de una autoestima sólida, la sensación de tener que comprar amistad o amor y tener unos padres ajenos a la situación también influyen, así como la influencia de la pornografía. Los niños creen que al iniciar su sexualidad acentúan su masculinidad.
Incluso, ahora se ven niñas cada vez más sexualizadas, que quieren ser sexis, seductoras, eso obedece a una necesidad afectiva. Hay que darles a entender el valor que tiene su cuerpo, su genitalidad, lo que vale una caricia, un beso suyo, la capacidad de entablar una relación de respeto y amistad.
Creer que el sexo les dará amor
Las niñas practican el ‘sexting’ (envío de contenidos eróticos como fotos o videos por redes sociales) no porque tengan aspiraciones a ser actrices porno ni porque sean ‘prepagos’, sino porque buscan satisfacer necesidades de aceptación, de afecto, de valoración, asegura Cano.
El ‘sexting’ y el ‘bullying’ son problemas de falta de amor, de respeto al otro y a sí mismos. Más que educarlos para el goce y el placer, que se dan naturalmente, hay que formar a los hijos en la capacidad de amar, de comprometerse y de respetar al otro.
Un estudio de Telefónica en México, el país de Latinoamérica con más presencia de ‘sexting’, dice que el 38 % de las adolescentes lo practicaron porque creyeron que les daría bases fuertes para tener una relación verdadera. Esas falsas ideas reflejan la ausencia del adulto, que debería estar aterrizando conceptos, acompañando sin juzgar. Decimos “Está muy raro, agresivo”, y es cuando el hijo más necesita ese beso, ese abrazo.
En cifras
40 por ciento de jóvenes entre los 15 y los 19 años ya tuvieron relaciones sexuales.
30 por ciento comienza a los 17 años, según Universidad de los Andes.
38 por ciento de adolescentes practican sexting en México por tener una relación verdadera.
Sentimientos homoeróticos
Según el experto en adolescentes Carlos Cano, si los papás están preocupados porque notan alguna actitud o comportamiento de su hijo/a que parece sugerir una orientación homosexual, es importante orientar al adolescente, no escandalizarse, ni maltratarlo, ni poner en duda el valor del hijo. Dice el experto que con estas reacciones extremas se hace creer equivocadamente a los niños que si tienen un sentimiento homoerótico es porque son homosexuales.
No podría afirmarse con seguridad que un adolescente que está creciendo y que está en plena explosión hormonal y tenga una inclinación homoerótica es homosexual. Hay un bombardeo mediático que dice: ‘Si sientes curiosidad pruébalo, y si te gusta es porque eres homosexual’, incitando a una experimentación sexual prematura para que el niño “salga de dudas”, es vital estar consciente de esto para poder orientar a los hijos.
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