
MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
"Aunque neguemos la enjalma, en el ancestro camionero llevamos dentro un arriero". Este mensaje dio pistas sobre el menú de la muestra gastronómica que se realizó ayer en la vereda Kilómetro 41, organizada por el Instituto de Cultura y Turismo de Manizales (ICTM) y la fundación Gestar.
Para José Fernando Hurtado las raíces antioqueñas están presentes en sus comidas por los fundadores de la población. "En 1936, la carrilera venía de Cartago, pasada por el corregimiento de Colombia y seguía para la Felisa, traía mucha gente del Valle y de Antioquia. Mucha personas se asentaron acá", relató.
Fríjoles con chicharrón, chorizos y arepas fueron los platos fuertes de la muestra. También hubo chuzos de cerdo adobados con salsa de panela, sancocho trifásico y, de postre, cocadas de panela.
Los cocineros, oriundos del Kilómetro 41, preparan estas comidas a diario, pero un instructor del Sena les enseñó nuevas técnicas y un mejor uso de los alimentos cultivados en esta zona. Lo aprendido lo compartieron con sus paisanos en la muestra gastronómica.
Recetas
"Los participantes del curso nos contaron que hay mucha leche, panela y frutas como la guayaba, el maracuyá, la naranja y los limones. Estos productos están arraigados a nuestras papilas gustativas y se pueden usar para salsas y postres", señaló Jaime Alberto Franco Osorio, instructor de gastronomía del Sena Caldas.
Las cocadas de panela y el blanqueado surgieron del trapiche de Don Efraín, comentó Claudia Sánchez. "De los colados de la caña de azúcar se saca un melado en el momento que la panela está a punto, que se llama el blanqueado", explicó mientras picaba el chicharrón para los fríjoles.
"Esta es una actividad para rescatar la gastronomía local asociada a la caña de azúcar y la fruta", precisó Juan José Silva, gerente del ICTM.
Las frutas cítricas, que se cultivan en los campos del Kilómetro 41, refrescaron a los asistentes que desafiaron el sol del mediodía para conocer más sobre sus comidas típicas. Granizados de maracuyá y guayaba se vendieron al instante, aunque la atracción fue la limonada de limonillo.
"Agua, panela, jugo de limón y raíz de limonillo. Así de simple. El limonillo es una hierba silvestre que nace en estas tierras", contó Gustavo GallegoValencia, expositor de la carpa A la Chabola, o choza.
Para algunos habitantes el sancocho no podía faltar. Luz Helena Sánchez y Jessica Osorio armaron un fogón de leña al lado de la cancha del pueblo para calmarles el antojo con su sancocho garrotazo.
"Se llama así en honor a la zona donde vivimos, porque en una cantina mataron a un señor de un garrotazo", relató Luz Helena entre risas mientras revolvía en la olla las verduras, papa, plátano y yuca, y agregaba las carnes de pollo, res y cerdo.
Según el gerente del ICTM, la muestra en el Kilómetro 41 fue un abrebocas para la Ruta gastronómica de Manizales que se presentará este año y que incluirá la zona rural. "Hemos iniciado un rescate de las cocinas tradicionales, para que sean apropiadas y compartidas", manifestó Silva.
Lo típico
Habitantes del Kilómetro 41 opinaron sobre cuáles son las comidas y bebidas típicas de su vereda.
Andrés León, campesino
Sancocho y caldo de pescado.
Brayan de la Pava, estudiante
Fríjoles y arepas.
Brayan Rentería, estudiante
Desde pequeño como queso y sancocho.
Edilma Zapata, ama de casa
Sancocho y fríjoles, tienen los ingredientes que más se dan por acá.
Jairo Quintero, jubilado
Jugos de guayaba y agua de panela, por los trapiches.
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