"Si uno no bebe para emborracharse entonces para qué toma", le pregunta el actor Carlos Mario Aguirre a Cristina Toro, quien se considera una "piperita". Ellos son los protagonistas de la obra No vuelvo a beber, montaje de El Águila Descalza con la que comienzan temporada de teatro esta noche en Manizales.
En Los Fundadores ofrecerán cuatro funciones, hoy y mañana se presentarán a las 8:00 de la noche, mientras que el próximo sábado lo harán a las 5:00 de la tarde y 8:00 de la noche.
Aguirre, que interpreta a Dukardo Robeiro, esposo de Patricia Genoveva, que personifica Toro, es un bebedor consuetudinario que llega tarde a la casa, le revuelve ron al tinto porque para él vivir sin licor es imposible.
Carlos Mario, que vivió hace dos décadas esa experiencia, pues fue alcohólico y ahora es abstemio, asegura que el licor es la posibilidad de salir del más acá hacia el más allá, un enemigo que ha tenido alejado desde hace 21 años.
La obra no surgió a partir de las "rascas" que se pegaba Aguirre, sino de una anécdota que les contaron en Bogotá.
Inspirados en un magistrado
"Estábamos hospedados en un hotel y siempre acostumbro a dormir antes de las presentaciones, pero no me dejaban las carcajadas de unos vecinos. Al otro día me los encontré en el almuerzo y me pidieron disculpas, además me contaron que se reían de un amigo magistrado al que intentaron sacar de un bar, pero al subirlo al taxi se bajó por la otra puerta", contó Toro, de ahí surgió el personaje de Dukardo, un tipo que ya se ha gastado todas las disculpas para no ir al trabajo; entre ellas, gripas, diarreas, virus y ha ido dos veces al entierro de cada pariente.
Según los actores, las bebidas alcohólicas son una constante universal en la cultura mundial, se consume en matrimonios, primeras comuniones, grados, aniversarios y todo tipo de eventos. "Jesús convirtió el agua en vino, porque quién brinda con agua", argumenta Aguirre.
Así que si usted es de los que después de una borrachera asegura "no vuelvo a beber", con El águila descalza se reirá y reflexionará sobre esa promesa.
La obra narra cómo el licor se convierte en protagonista en la relación de pareja de Dukardo Robeiro y Patricia Genoveva. Explora la tragedia de pasar del límite del consumo de bebidas alcohólicas en el contexto de la celebración y el jolgorio hasta llegar al punto de que se vuelve un problema que les impide a los alcohólicos salir adelante y cumplir sus sueños. Es una reflexión jocosa en la que los asistentes a la obra verán las concesiones que le hace esta sociedad al licor.
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