ALEJANDRO SAMPER
LA PATRIA | MANIZALES
En Antioquia y en el Eje Cafetero a Juan Carlos Duque lo recuerdan por ser el suertudo que hace un par de años presentó el programa El Jalapeño junto a las mamacitas de Eliana Franco y María Patricia Montoya. Pero en otras partes del país, y viéndolo a vuelo de pájaro, la gente lo confunde con el comediante Andrés López, el de La pelota de letras.
“Es cierto, la gente nos confunde porque somos parecidos físicamente”, afirma Duque, de 35 años. Esta comparación tiende a incrementarse por estos días que el paisa presenta su monólogo Arrocito en bajo, que según su representante, fue un éxito total en Medellín.
“Son anécdotas que me han pasado a mí o a mis amigos, y que tocan cosas de la naturaleza de ser hombre, como la infidelidad o su inmadurez. El 70% de lo que digo son experiencias verdaderas, y el resto viene de la imaginación; cosas que parten de la realidad, pero que se exageran un poco para darle ese carácter humorístico”, contó Duque en su visita a LA PATRIA.
Humor sano
-¿Por qué meterse en el cuento del stand-up?
Llevo 17 años en los medios de comunicación trabajando tanto delante de las cámaras como detrás, y sentía que debía hacer algo nuevo. Ya había escrito comedia para teatro, pero eran obras, no monólogos como Arrocito en bajo, que es todo un reto.
Hace un año Isabella Santodomingo estuvo en Medellín con su stand-up Los caballeros las prefieren brutas, y me invitó a presentarme con ella, fue algo pequeño, pero que gustó. Ella que es toda una estrella, me motivó a que siguiera trabajando en esa idea, y así fue surgiendo este show.
-¿Cómo ha sido la recepción del púbico?
Muy buena. En Medellín agotamos boletería en las tres funciones que hicimos y ahora venimos al Eje Cafetero con muchas expectativas. Manizales, que es una plaza conocedora y exigente, no es fácil. El que vengamos con mucho éxito no garantiza que nos vaya a ir bien en otros lados, porque cada público es diferente. Es un cara y sello, pero aquí vamos a traer un espectáculo de mucha calidad y lleno de humor.
-¿Qué van a encontrar los asistentes a Arrocito en bajo?
Es un humor sano, un humor familiar. A ver: no es que uno lleve al niño de seis años a Los Fundadores a ver el show, porque los temas de cachos, relaciones de pareja, rumbas con los amigos, todavía no son para él, pero lo que quiero decir es que no es un humor vulgar, de doble sentido o con groserías.
-¿Hay cabida para la improvisación?
La hay, porque es parte fundamental del show. De lo contrario se pierde la chispa y la oportunidad de interactuar con el público. Además, algunas partes que han sido improvisadas, y han tenido buena recepción de los espectadores, ya hacen parte fija en Arrocito en bajo.
- ¿Y ha tenido un arrocito en bajo?
Pues a ver... algunas veces pasan cacharros. A todos los hombres nos gusta la mirella (escarcha), pero no lo admitimos. Nos gustan esas mujeres voluptuosas, buenonas, de chancla de amarrar hasta la rodilla, pero esas no son las que invitamos a cine. Sin embargo, si un amigo nos dice que vamos con una mujer así a una finca a Santágueda, allá estamos.
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