ISABEL VALLEJO

LA PATRIA | MANIZALES

Los agüeros suelen leerse como señales de cosas o acciones futuras. A estos muchas personas les atribuyen pronósticos favorables o adversos de situaciones cotidianas.

Jeimi Franco, de 18 años, por ejemplo, cree en supersticiones, sobre todo, en uno relacionado con las rosas: "Siempre he sabido que si a uno le dan rosas, a los días siguientes se darán rupturas amorosas. Y así me pasó, mi novio me mandó un ramo divino y a los dos días terminamos, según él por un mal comentario que hice al respecto. No volvimos", contó la estudiante de la Institución Educativa Santa Luisa de Marillac, quien pese a intentar no dejarse llevar por esas creencias, siempre le sale el augurio de las flores.

"En otra ocasión me regalaron una rosa y tuve problemas familiares. A la gente que conozco le sucede igual", agregó la chica de 18 años. Jeimi añade a su lista de presagios el de jamás pasar por debajo de una escalera o derramar la sal. Ambos, para ella, atraen la mala suerte.

Para la psicóloga Noelba Calle los agüeros son tradicionales en nuestra sociedad. "Pasan de generación en generación. Lo importante en el tema es entender que la palabra atrae, tiene mucho poder y depende de uno atraer lo positivo o negativo de la vida. Si yo creo, seguro eso se cumple. No se puede negar que hay casualidades, pero uno no puede explicar la vida a través de las supersticiones, eso es de personas débiles, con vacíos afectivos y que necesitan conocerse más", indicó la profesional.

De la casa

Jimena Robledo, de 14 años, por su parte, no tiene espejos en su habitación, pues está segura que en las noches estos cristales le absorben su fuerza. No puede comprobarlo, pero en su casa todos cumplen con esta costumbre. "También se dice que dormir con peluches no es bueno, pues estos son poseídos mientras uno duerme", añadió.

Jorge Hernán López, psicólogo, advierte que las supersticiones les han abierto muchas puertas a las técnicas de adivinación como las cartas, el huevo, el chocolate, entre otros. Asímismo, a la práctica de ritos y otros encuentros que promueven la búsqueda espiritual. "Hay influencia de muchas cosas, incluso de música como la celta, hay pitonizos, se leen los cigarrillos y, más que una superstición, entran en un mundo que les explica lo que les sucede en la vida. Generalmente, este tipo de personas tienen una estructura de personalidad muy débil. El consejo, entonces, es a que busquen otras salidas, otras respuestas y tengan más contacto consigo mismos", concluyó.

Supersticiones

1. El color amarillo: La tradición cristiana asoció a este color con el del azufre y le dio una significación peyorativa convirtiéndolo en imagen del orgullo, falsedad y traición. En la Edad Media, los herejes vestían de amarillo. También es el color de Apolo, dios de la luz, y el emblema del poder de emperadores, reyes y príncipes. Pálido u ocre dan mala suerte, ya sean en los vestidos o en la decoración de la casa.

2. Pasar por debajo de una escalera da mala suerte: Hay numerosos recursos para conjurar la mala suerte de esta acción, como cruzar los dedos hasta ver un perro o escupir en el zapato.

Esta superstición se debe a que la escalera forma un triángulo cuando se apoya contra la pared y la tradición popular identificó este símbolo con el de la Santísima Trinidad. Antiguamente el pueblo llano pensaba que estaba prohibido pasar por debajo de este arco sagrado.

3. Romper un espejo da mala suerte: Se sitúa entre las supersticiones más citadas y proviene para algunos del uso adivinatorio del espejo. En las sesiones de craptomancia de los antiguos griegos, la rotura del espejo anunciaba la muerte.

4. Gato... ¿negro?: En Egipto, el gato era considerado como la reencarnación de los dioses en el trance de comunicarse con los hombres y manifestarles su voluntad. Los gatos también eran momificados y todo aquel que se atreviera a matar a un gato era acreedor de la pena de muerte.

En Europa y Norteamérica se considera que un gato negro trae buena suerte si camina hacia ti, pero si se aleja se lleva la suerte consigo.

5. Toco Madera: La madera es esa parte sólida de los árboles con múltiples utilidades. Las supersticiones relacionadas con ella suelen tener carácter positivo. Tocar madera tiene su origen en la madera de la Santa Cruz y en la veneración de que han sido objeto las reliquias de trozos de madera.

6. Mal de ojo: Supuestamente algunas personas, brujas y hechiceras tenían el poder de causar enfermedades y desgracias con su mirada, especialmente a los niños. Hay multitud de remedios y amuletos que protegen del mal de ojo, como el ajo, los objetos de oro y plata, los pedazos de cuerno y las herraduras.

7. Regar la sal: Es un elemento de la tierra, un compuesto de sodio que desde la antigüedad se ha considerado protector frente al maleficio. Si en una casa siempre hay sal, habrá dinero. Hay un remedio, incluso, para conjurar la mala suerte: echar una pizca de sal por encima del hombro izquierdo, porque de este modo se ciega al diablo y a los malos espíritus.

Es de mal agüero derramarla de manera involuntaria o que se caiga un salero. Quien pisa la sal derramada tendrá disgustos y si se trata de alguien que va a casarse pronto, no cumplirá este propósito.

¿Tiene supersticiones?

Estudiantes de Santa Luisa de Marillac y Escuela Normal Superior de Caldas nos respondieron:

Daniela Velásquez

La sal, no se puede barrer. Lo hice y me enfermé.

Luisa María Holguín

El martes o viernes que caen un 13 siempre se accidenta un conocido.

Andrea Osorio

Cada vez que dicen que el fin del mundo me muero de susto.

Karen Natalia Varón

Pasar por debajo de una escalera es lo peor, una vez le cayó a mi tía una encima.

Estefanía Díaz

Cuando se cae en la casa una cuchara es porque va a llegar una visita masculina. Si es tenedor, es femenina.

Carolina Ortegón

Poner un espejo al frente de la cama es muy mala energía.

María Isabel Arias

Pisar la grieta de un piso trae mala suerte.

Laura Tabares

Si a uno se le quiebra un espejo seguro tendrá siete años de mala suerte.

Paula Tatiana Restrepo

El gato negro es del mal augurio.

Alejandro Restrepo

Abrir una sombrilla en casa es sinónimo de soltería.

Laura María Urueña

¡Que no me barran los pies!, me quedo soltera.