"¿Qué te estás leyendo?", se le preguntó a Melissa Mejía Cortés. "¿Por gusto o por obligación?", revierte la interrogación. "Por ambos", continua la periodista. No tiene mucho para pensar, por eso responde con velocidad: "En el colegio Edipo rey, de Sófocles, y por gusto Luna nueva de la saga del Crepúsculo, de Stephenie Meyer".
A ella le gusta leer. Al menos eso advierte por la fluidez con la que habla y la seguridad con la que entabla una conversación. Promete terminar rápido con su libro de más de 500 páginas para seguir con Amanecer, el que le falta de aquella saga romántica.
Dice ser amante de la literatura que revela finales felices y de las historias de amor. Por eso está entre sus planes más próximos devorarse La María, de Jorge Isaacs.
Melissa está en once, es uno de los mejores promedios en el Lans femenino y dice que en su círculo social se ve mucho el trueque de títulos. Incluso Luna Nueva es prestado. Recomienda a Crimen y Castigo de Dostoievski por su realismo: "en un principio pensé que la literatura rusa no era buena, pero me di cuenta de que en ella hay espacio para lo social, el amor, la política...", relató la chica.
La psicóloga Andrea Armel explica que el hábito de la lectura estimula las funciones ejecutivas superiores, es decir, el desarrollo de la atención, memoria y comprensión. "Además le ayuda al adolescente a motivar un proyecto, darle sentido a la vida y a ocupar el tiempo", dijo la profesional.
Al parecer, la adolescente aprovecha a la perfección esas ventajas, pues asegura que su memoria, imaginación y capacidad de compresión son "muy buenas".
Melissa compra pocos libros, la mayoría se los consigue con conocidos. Adquiere en librerías, sin embargo, los que le piden en el colegio para cumplir con el Plan Lector.
"Paradójicamente, los jóvenes no son el público más interesado en leer, pero sí son los mayores compradores por obligación. Acá vienen mucho a pedir resúmenes de literatura universal y por esta época se ha vendido mucho El caballero de la armadura oxidada, de Robert Fisher ", contó Hoober Zuluaga, administrador de El Olimpo.
Asímismo, Cristian Orozco de Leo Libros, afirmó que los planes de lectura de las instituciones educativas son los que salvan el negocio. "Tenemos un público adulto definido, aquellos que desde pequeños les inculcaron el hábito de la lectura, pero los colegios son los mayores compradores", afirmó.
Puntualizó que sale mucho Satanás, de Mario Mendoza; Rayuela, de Cortázar y Aleph, de Jorge Luis Borges.
"¿Qué hábitos de lectura tienes?", sigue la conversación con Melissa. La muchacha indica que debe cumplir con muchas labores académicas que le impiden ser constante. Habla y habla sin parar.
"Tenemos que estudiar para el Icfes, hacer tareas, trabajos, ahora prepararse para el examen de la universidad", manifestó. Pese a ello saca como sea el tiempito para ojear al menos una o dos páginas. Por obligación o por gusto procura cumplir con una meta.
Últimos puestos
A mediados de abril pasado, en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Bogotá se revelaron los resultados de un estudio comparativo de lecturabilidad realizado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe. Este mostró que un 67% de los colombianos no leen "sencillamente porque no les gusta". En cambio los brasileros son los que más lo hacen por motivos de actualización.
Melissa de 16 años hace parte del 33% que sí le motiva superar el promedio de libros al año: al menos 10, y no hacer parte del panorama desolador que nos tiene en el penúltimo escalón del ranking cuando de leer periódicos se trata. El último puesto lo ocupa México.
"A los muchachos no les gusta leer, hay desinterés, hay que empujarlos. Darles estrategias, hablarles sobre el contenido, enamorarlos, crearles expectativas, contarles para qué les sirve en la vida, involucrarlos con los personajes. Eso es posible. Hay que tener en cuenta que a los hombres les gusta más la aventura y a las mujeres lo romántico", concluyó Martha Veloza, docente de castellano desde hace 20 años.
Fomentar la lectura en los chicos
Los adolescentes de hoy día han adquirido una serie de hábitos, a los cuales dedican mucha parte de su tiempo libre como la televisión, los juegos de video y el contacto con las redes sociales. Estos reducen su entusiasmo hacia la lectura, como el medio para desarrollar la inteligencia, fomentar la creatividad, descubrir nuevos mundos, culturas, e idiomas, sin desconocer la importancia de mejorar el lenguaje, la ortografía y la redacción.
¿Cuáles son las estrategias para impulsar el hábito de la lectura?
En principio se parte de dar buen ejemplo. "Padres que no leen, hijos que no leen".
Fomentar la lectura hacia temas de interés para el adolescente que deben estar acordes con el momento cultural. Este proceso se debe iniciar desde la niñez, regalándoles libros de aventura y cuentos infantiles.
Acudir a las formas modernas de lectura que tanto entusiasman a los jóvenes como los libros electrónicos.
Con información de la psicóloga Aleida Mejía.
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Con información de Iris Yadhira Ortiz, pedagoga mexicana.
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