Mateo Ortiz Giraldo*
LA PATRIA | MANIZALES
Hace 50 años la humanidad, representada por un equipo de tres personas, pisó la superficie de la Luna por primera vez. Pasaron menos de 24 horas sobre ella, tiempo suficiente para que representara una revolución tecnológica de la cual aún hay ecos.
Estos avances se alcanzaron por las dificultades técnicas que atravesaron los expedicionarios y gracias al cheque en blanco que el Congreso de Estados Unidos le entregó a la NASA, con el que pagaron los 150 mil millones de dólares que costó la expedición.
"Todos los conceptos que se manejaron se siguen empleando hoy", resalta Félix Pérez Martínez, director de la Escuela Técnica Superior de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid, quien explica que, por ejemplo, si comparas el Apolo 11 con la actual Estación Espacial Internacional -lo más parecido a un viaje a la Luna- sus sistemas conceptualmente son parecidos.
Se inventaron cosas que siguen siendo casi iguales, como conseguir establecer con precisión dónde estaba situada la nave o asegurar las comunicaciones a larga distancia. La diferencia, apunta Pérez, está en que el desarrollo tecnológico ahora es mucho más poderoso.
Si se mira al pasado, la tecnología empleada en ese momento es obsoleta. Basta con analizar que una memoria USB tiene más potencia que la computadora central del Apolo 11, nombre de la nave que llevó a Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin Jr hasta la Luna. Sin embargo, sin ese inicio, no tendríamos herramientas tan cotidianas como los purificadores de agua, la comida liofilizada y la zapatillas de deporte modernas.
Alimentos liofilizados
Quienes iban a bordo del Apolo 11 debían solucionar un problema básico: la alimentación. Razón por la que debían hallar una alternativa para preservar los alimentos sin refrigeración. La investigación llevó a la liofilización, proceso en el que se deshidratan alimentos recién cocinados a temperaturas bajas. Gracias a este método ahora tomamos café instantáneo, leche chocolatadas, entro otros productos.
Zapatilla de deporte
Trotar y caminar sobre la Luna no son tan distintas, pues el material de las botas lunares desarrollado por la NASA también lo implementaron en zapatillas deportivas. Esto para mejorar la absorción del impacto y resistencia. Según una edición de 1991 de la revista Spinoff de la NASA , Al Gross, un ingeniero del programa Apolo, mejoró el calzado deportivo para eliminar la pérdida de amortiguación causada por el peso corporal.
Purificadores de agua
Otro problema que debían solucionar era la forma de hidratarse. Esto llevó a que los ingenieron de la NASA crearan un dispositivo de 9 onzas, lo suficientemente pequeño como para que cupiese en la palma de la mano. Esta invesión liberaba iones de plata en el agua, sin necesidad de cloro.
Desde entonces, este tecnología se implementa en los purificadores de agua que eliminan microbios en los sistemas comunitarios de suministro de agua.
Herramientas más potentes
Cada vez que encienda su aspiradora está sintiendo el poder el motor que Black & Decker desarrolló para optimizar el taladro con el que los astronáutas del Apolo extrayeron muestras a más de tres metros debajo de la superficie lunar. Con ese motor redujeron el consumo de energía y aumentaron la fuerza del taladro.
El origen del Silicon Valley
La investigación de ese entonces permitió desarrollar computadores con componentes de estado sólido que eran mucho más pequeños que las válvulas, la tecnología electrónica usada hasta ese momento en ordenadores y en los sistemas de comunicación.
Gracias al Apolo se llegó a la "computación de estado sólido"y los transistores que hicieron posible hacer más pequeña la tecnología. La transición fue ampliamente acelerada por la expedición espacial, que impulsó la formación de Silicon Valley.
Mantas Mylar
Las mantas isotérmicas, o Mylar, desplegadas en emergencias, se utilizaron por primera vez para proteger a los astronautas y los instrumentos de sus naves. El material metálico también se utiliza para aislar vehículos y viviendas.
Nuevas expediciones
Estados Unidos planea volver a la Luna en 2024, cuando una mujer pise por primera vez el satélite. Un regreso que no será de ida y vuelta como hace 50 años, porque el objetivo último del programa Artemisa es establecer una presencia permanente en la Luna, puerta hacia el próximo objetivo: Marte.
Unión entre la Tierra y la Luna
En el 2024 la NASA enviará el primer elemento de Gateway, una pequeña estación espacial que orbitará la Luna y funcionará como base entre la Tierra y su satélite natural. La instalación permitirá bajar a la superficie con aterrizadores reutilizables, y en el futuro será punto intermedio para misiones más lejanas.
*Con información de AFP y EFE
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