Quinto día de espera en minas de Riosucio (Caldas)
LA PATRIA | RIOSUCIO
DIEGO FERNANDO HIDALGO
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La 1:42 de la tarde de ayer, 96 horas y 42 minutos después de la tragedia minera de la vereda El Playón (Riosucio), fue la hora en que las familias de las 10 víctimas que faltan por rescatar de las dos minas se tomaron de la mano para pedir por el mismo objetivo: poder recuperar los cuerpos de sus seres queridos.
A esa hora, en el parqueadero ubicado al frente del lugar de la tragedia, en el tramo Túnel de Irra (Risaralda)-El Palo (Supía), se realizaba una misa. El padre Ramón Elías Escobar, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora del Carmen (Irra), le dio paso al saludo de la paz y los familiares de los desaparecidos no dudaron en tomarse de la mano, mirar al cielo y pedirle al Todopoderoso que no los abandone en este momento.
El párroco les pidió no perder la esperanza y confiar en Dios para poderles dar cristiana sepultura. "Él está con ustedes. Una vez dijo: 'Yo me voy al Padre, pero no me desentiendo de ustedes'. Recuerden que no sabemos ni el día ni la hora de nuestra partida y por eso siempre debemos estar preparados". Luego de estas palabras, un par de mujeres rompieron en llanto y tomaron sus ponchos para cubrirse la cara.
El padre añadió que aunque las posibilidades de que alguno esté vivo son pocas, para Dios no hay nada imposible. La misa terminó y las familias, un poco más calmadas, siguieron con la incertidumbre. Quieren, pronto, saber noticias de Tano, Chan, Botas, Víctor el Blanco, la Abuela, Marcelo y su hermano, José, entre otros.
Dificultades
Se cumplió el quinto día de la tragedia y las labores de rescate siguen con dificultades. El viernes hubo esperanza con el hallazgo de cuatro cuerpos y el de uno más el viernes, pero a partir de ahí el río Cauca ha entorpecido el trabajo de los organismos de socorro y de los mineros de la zona.
Carlos Iván Márquez, director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, explicó ayer que con la ayuda de tres retroexcavadoras se construye una especie de jarillón a la orilla del río, para mitigar y disminuir la entrada de agua a los socavones en los que se adelantan las operaciones.
"Se construyó un pozo que llamamos cero para drenar con mayor agilidad el agua de la mina. Esto es complementario al esquema implementado para bajar los niveles del agua con 22 motobombas y dos plantas generadoras de energía de alta potencia. Una vez concluya la succión del agua se iniciará la segunda fase de intervención, que consiste en el aseguramiento de la zona y la preparación en cuanto a la oxigenación de los socavones, para que el ingreso de los socorristas mineros cumpla con los parámetros de seguridad establecidos".
Las familias de los 10 mineros desaparecidos esperan que esta pesadilla culmine pronto, sobre todo con la ayuda divina, pues hoy habrá una misa concelebrada con 11 sacerdotes.
"Se busca que se sientan en familia"
Ángela Hoyos, psicóloga voluntaria de la Cruz Roja seccional Caldas lidera, con un grupo de 15 personas, la atención psicosocial no solo de las familias de las víctimas, sino además de los socorristas, a quienes orientan antes de ingresar y al salir de las minas.
"Las familias han estado calmadas. Quizá se desestabilizan cuando se sienten solas, cuando ven que no hay trabajo o que hay pocas personas en la zona. Pero cuando notan la presencia de los organismos de socorro se calman".
Añadió que todos los días son intervenidos, de manera grupal e individual, para saber sobre sus emociones, cómo se sienten, qué están pensando. "Se busca que se sientan en familia, que tienen a alguien que los puede ayudar y escuchar. Si entran en crisis se les hace remisión. La idea es acompañarlos todo el tiempo".
Cifras
22 motobombas se utilizan en el rescate.
37 personas, entre socorristas y mineros de la zona, ayudan en las labores.
3 retroexcavadoras sirven para intervenir el río Cauca y evitar las filtraciones.
El peso de los cuerpos, por acción del agua, se multiplica por tres.
30 -60 centímetros, la reducción permanente del agua en las minas.
Los rescatados
Santiago Jagua, de 21 años.
Jhon Fredy Jiménez, de 38 años.
Santiago Aricapa, 19 años.
Alexánder García, 29 años.
Jhon Alejandro Hernández Chiquito, de 21 años.
Los que faltan
José Rubiel Hernández Chiquito, 25 años.
Wilson Enrique Tapasco, de 42 años.
Víctor Alfonso Flórez Soto, de 30 años.
Gilner de Jesús Pérez Clavijo, 26 años.
Oliden de Jesús Hernández Reyes, 50 años.
Rubén Darío Ruiz Arango, 30 años.
Adrián Arley León Uchima, 35 años.
Lisandro Basto Guerra, 32 años.
Libardo Emilio Molina, 44 años.
Luis Alfonso Acevedo Londoño, 45 años.
Ayudas
La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo entregó ayer las primeras ayudas a las víctimas. Fueron 35 kits, compuestos por alimentos, elementos de cocina, de aseo, dos colchonetas, una frazada y juego de cama. Se los dieron a las familias de las 15 víctimas de la tragedia y a los seres queridos de los 20 mineros que apoyan las labores de rescate.
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