Noticias de Manizales y Caldas,
Marzo 03 2025
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LA PATRIA | MANIZALES
En el segundo día de juicio por el secuestro y asesinato del que fue víctima Jairo Arley Carvajal Sánchez compareció como testigo un experto en pistolas taser (descarga eléctrica). Revisó el arma no letal usada para inmovilizar y llevarse a la víctima en un vehículo Aveo negro, asignado al Gaula Risaralda.
El caso corresponde al secuestro ocurrido el 8 de enero del 2011, en una cevichería del barrio Palermo de Manizales, y posterior hallazgo del cuerpo incinerado, en el baúl de un carro, en la vereda Las Palomas de Palestina.
También declaró la esposa de la víctima, desde una ciudad de Estados Unidos, que no fue revelada en audiencia, por seguridad.
Por estos hechos están procesadas una coronel de la Policía, un capitán y dos patrulleros.
El experto en pistolas taser anotó que este tipo de arma no letal guarda la información de los eventos relacionados con su uso y que es inmodificable. Detalló que el día del secuestro de Carvajal Sánchez se usó inicialmente a las 12:09 p.m.
Aclaró que cada descarga de cinco segundos produce una reacción en el cuerpo que se asemeja a dos horas de ejercicio físico.
Agregó que entre las 2:30 p.m. y las 4:02 p.m. del día mencionado se hicieron 26 descargas, de entre cinco y 20 segundos cada una, equivalentes a dos minutos y 58 segundos continuos.
Teoría de la Fiscalía
La Fiscalía busca probar, según su teoría, que a Carvajal le hicieron cobros relacionados con deudas por narcotráfico. Señala que durante las horas de secuestro lo obligaron a firmar documentos de traspaso de bienes, pues se había negado a hacer más pagos.
La esposa de la víctima declaró que solo conoció de la existencia de la mayoría de bienes luego del homicidio. Recordó que posteriormente murieron asesinados Marino Carvajal, hermano de Arley, y el abogado Eisenover Gómez, quien la asesoraba en una demanda contra el Estado.
Para el ente acusador en este caso no solo están implicados agentes del Gaula Risaralda, algunos ya condenados, sino que también hubo participación de la coronel, para entonces comandante del Gaula Caldas, y varios de sus dirigidos.
De igual manera señala que hubo agentes que encubrieron a sus superiores y compañeros, pues se prestaron para desviar las investigaciones.
Entre las maniobras sospechosas protagonizadas por los efectivos del Gaula está el intercambio de placas entre los vehículos asignados a la entidad de Pereira y de Caldas, que eran idénticos en modelo y características. Solo cambiaba el último número de la placa.
Teoría de la defensa
La defensa de la oficial planteó en su teoría que el comandante del Gaula Risaralda le ocultó a su defendida, en las dos ocasiones que se reunieron ese día, la verdadera razón del secuestro, cuando indicó que habían realizado una captura.
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