LA PATRIA | Manizales
Uno de los siete militares implicados en un presunto 'falso positivo' ocurrido en el 2008 en la vereda La Java, de Manizales, asegura que no participó en la operación y que esa noche visitaba a su mamá en Pradera (Valle), de donde es oriundo.
En los hechos murieron Darbey Mosquera Castillo y Alex Hernando Ramírez Hurtado. El Ejército aseguró en esa oportunidad que ambos pretendían cobrar una extorsión y que los dieron de baja en un enfrentamiento con los militares.
El soldado profesional, de 27 años, testificó ayer durante otra de las jornadas del juicio. Aseguró que durante los últimos días de enero y los primeros días de febrero del 2008 gozaba del permiso para salir que le habían otorgado en el Batallón 57 Mártires de Puerres. Según él, argumentó que su madre estaba enferma y que debía conseguir dinero para comprarle medicamentos.
Confesó que conocía a Ramírez Hurtado, una de las dos víctimas, porque este vivía en Palmira y una vez coincidieron en una fiesta. El militar contó que le ofreció un celular en venta a Ramírez Hurtado esperando obtener dinero para la madre enferma. En ese momento -agregó el soldado- la futura víctima aprovechó para ofrecerle dinero con el fin de comprarle unas armas que requería para cobrar una extorsión. El soldado asegura que se negó y denunció el hecho a sus superiores.
En su relato añadió que poco antes de que le dictaran medida de aseguramiento, un funcionario de la Fiscalía lo llamó y le aseguró que el teniente implicado en el proceso lo estaba buscando para matarlo, por lo que le ofreció protección a testigos a cambio de que le diera información sobre lo sucedido en la vereda Java, de Manizales, que fue donde cayeron los dos hombres.
"Recibí fogonazos'
El teniente a cargo de los militares que estuvieron en el lugar de los hechos, que conformaban la compañía Atacador dos, dijo que sus superiores del Batallón Ayacucho le dieron la orden de la operación de registro en la zona. Contó que patrullaban cuando escuchó pasos y susurros, por lo que tomó la delantera con varios hombres para determinar de qué se trataba.
"Quietos, malparidos, somos el Ejército Nacional", recuerda que gritó. Y agregó: "Lo que recibí fue fogonazos, y disparé".
El oficial relató que en ese momento se iniciaron los disparos de sus hombres y que poco después un sargento le comunicó por radio que había encontrado un cadáver, por lo que le ordenó que lo dejara quieto.
El teniente respaldó la versión del soldado que dijo no haber participado de la operación, y aseveró que el joven no formaba parte de sus hombres y que no estuvo en el lugar de los hechos. Insistió en que lo había visto en el batallón, pero que no lo conocía.
La audiencia se reanudará a las 9:15 de la mañana de hoy, cuando las partes del proceso presentarán ante el juez sus alegatos de conclusión.
El hecho
El supuesto combate ocurrió el 8 de febrero del 2008 en la vereda Java, de Manizales.
Un teniente, un cabo primero y cinco soldados profesionales son los implicados. Ellos hacían parte del Batallón de Contraguerrilla 57 del Ejército Mártires de Puerres, que en ese momento operaba en el Eje Cafetero y que luego trasladaron a Popayán (Cauca).
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