Sicarios asesinaron a hombre en Villamaría

Freddy Antonio Carmona Galeano, de 32 años.

La noche del jueves los vecinos del barrio La Pradera de Villamaría escucharon los disparos que acabaron con la vida de Fredy Antonio Carmona Galeano, de 32 años. Lo mataron en el andén de su casa.

Uno, dos, tres disparos... alguien corre... y luego un silencio total. Pareció incluso que la lluvia se detuvo. Eran las 11:40 p.m de la noche del jueves. Un minuto después se escuchó gritar a una mujer, en la calle 6 con carrera 15 del barrio La Pradera, en Villamaría.

"¡Freddy! ¡Freddy!, ¡amor!". Era Paula, esposa de Fredy. Al asomarse a la ventana lo vio extendido sobre la rampa por la cual subía la moto hasta la vivienda, todos los días. Esa noche iba a hacer lo mismo cuando le dispararon.

La esposa abrió la puerta, salió, le quitó el casco y empezó a pedir auxilio. Una ambulancia, la policía, los bomberos... alguien que la ayudara. Fredy no se movía.

Todos pedían auxilio

A pocas casas vive Clara, la mamá de Fredy. Al escuchar los gritos de Paula llegó a pedir el mismo auxilio. Otros familiares que viven con ella también salieron sin poder creer lo que veían.

La Policía llegó a los pocos minutos, buscaron un taxi para trasladar al herido al Hospital San Antonio de Villamaría, pero los esfuerzos fueron en vano. Aunque alcanzó a ser remitido al Hospital Santa Sofía de Manizales, Fredy murió.

Conocido en el barrio

La víctima al parecer había salido esa noche de su casa a comprar unos chorizos. En el camino se encontró con una de sus vecinas con quien conversó un rato antes de entrar la moto.

Ante los hechos los vecinos estaban muy conmocionados. Aseguran que nunca habían visto un hecho de estos en esta cuadra.

Fredy Carmona Galeano era reconocido en La Pradera porque él y su familia siempre han vivió allí. Era el hijo mayor de Clara Galeano.

La Sijín fue la encargada de realizar la inspección al cadáver de Fredy Antonio Carmona en el hospital Santa Sofía.

No fue robo

Se descarta que el móvil del homicidio fuese un intento de hurto, pues la moto no se la robaron y pudieron hacerlo.