DIEGO FERNANDO HIDALGO

LA PATRIA | MANIZALES

Cuando doña Estela se comunica con su hijo Ricardo Alberto Restrepo Londoño lo encomienda a todos los santos. Ella sabe que la profesión en la que él empezó hace unos 36 años no es la más segura.

"Mi mamá les reza y pide por mí. A todo el que ve por ahí y le puede solicitar ayuda divina, lo hace", aseguró Ricardo, manizaleño de nacimiento, que escaló en su carrera y ahora es mayor general. El pasado 20 de febrero, el presidente Juan Manuel Santos lo nombró subdirector general de la Policía Nacional, un cargo que recibió con alegría, pues cuando ingresó a la escuela de cadetes General Santander, el 12 de enero de 1981, tenía muchas expectativas, entre ellas ser general y, por qué no, director.

"Ahora soy mayor general y subdirector. Este es un camino muy largo. Desde muy joven supe que sería policía. Cuando terminé el bachillerato tenía en la cabeza esa idea. Afortunadamente superé los procesos, me vine para Bogotá y acá estamos".

Alegrías y tristezas

En la familia Restrepo Londoño no había uniformados, por eso Ricardo no habla de mentores y cree que su aspiración se forjó a través de la lectura de documentos sobre la institución.

"Es una carrera de tristezas y alegrías. Acá puedo uno sentirse muy mal por la muerte de compañeros, pero luego tener la satisfacción de capturar a los responsables. Me enorgullece ayudar a los ciudadanos, pero me afecta mucho ver cuando una persona es víctima de un delito", indicó.

Con la muerte

Mientras doña Estela lo sigue encomendando a cuanto santo escucha nombrar, Ricardo Alberto se refuerza bajo la protección del Señor de los Milagros. Por eso cada que viaja al Valle del Cauca se pega la pasadita por Buga para agradecerle por tenerlo con vida.

"He tenido la muerte cerca. Siendo subintendente, a los tres años de salir de la escuela, me tocó un ataque guerrillero en Albania (Santander). En 1997 caí con un grupo de policías en un retén de la guerrilla, pero afortunadamente nada nos pasó. También corrí peligro en algunas actividades de persecución de criminales, delincuentes y narcos".

El mayor general extraña muchas cosas de Manizales, pero lo que más añora es caminar por el barrio Chipre, por la Carrera 23 e, incluso, acudir solo al colegio y montar sin acompañante en un bus, pese a ser un niño.

"Cómo no hablar de la calidez de la gente. Tengo la inmensa fortuna de decir de dónde soy y a quienes se los hago saber también hablan bien de mi ciudad. Es un orgullo. No he podido volver muy seguido por mis labores, pero cuando lo hago lo primero que hago es buscar la casa".

Restrepo Londoño recuerda las canchas de fútbol, sobre todo una cerca al Parque Los Fundadores, por donde vivió. También un parque infantil, al que acudía con sus amigos. "Ahí permanecía un policía que nos cuidaba".

Si volviese a nacer no dudaría un segundo en ser policía, pues es una vocación que la lleva en su cabeza, es su esencia.

"Sueño con un país más seguro, donde la gente sonría. No es un sueño frustrado, tampoco un imposible. Para eso trabajamos y sé que lo lograremos".

Anécdota

El mayor general manizaleño recuerda de su paso por Caldas, donde fue jefe de la Sijín en 1995, un caso que le tocó vivir en junio de ese año en el oriente del departamento, donde intentaron secuestrar al gobernador de ese entonces, Ricardo Zapata Arias.

"Algo de mucho riesgo, incluso un oficial, que apoyó el operativo, perdió un brazo. Eso me impactó", dijo.

En esa época, un helicóptero del Ejército rescató en Pueblo Nuevo al gobernador, su esposa e integrantes de su comitiva, emboscados por las Farc.

En el ataque murieron Mario Jaramillo, funcionario de la secretaría de Educación, y los escoltas del mandatario, Samuel Fernando Urueña Lozano y Harold Escobar Cortés. El carro de Zapata Arias recibió varios disparos.

Un día de trabajo

• Para el mayor general Ricardo Alberto Restrepo Londoño el día arranca a las 5:00 de la mañana, cuando recibe las primeras llamadas en las que le reportan las novedades del país y de la Policía.
• Luego se levanta, se organiza y sale para el trabajo entre las 6:15 y las 6:30 de la mañana. Llega a la oficina a revisar documentos y comenzar reuniones, además de ejecutar las órdenes impartidas por sus superiores.
• Después se comunica con los comandantes de los diferentes departamentos.
• Como subdirector, su misión es llevar a cabo las órdenes del Director Nacional y tener comunicación directa y permanente con los comandantes del país. Así pasa el día, hasta que llega a su casa entre las 9:00 y 10:00 de la noche.
• El fin de semana lo aprovecha para viajar a otros departamentos. El domingo saca un rato para compartir en familia, salir a ejercitarse y a almorzar. "Mis familiares son muy conscientes y pacientes".

Hoja de vida

• Salió de la escuela de Cadetes General Santander. Siendo subteniente hizo curso de carabinero.
• Pasó al Departamento de Policía Santander, donde estuvo en una compañía de contraguerrilla. Fue comandante de una estación de Policía.
• Como teniente ejerció de oficial de planta de la escuela de forma de Policía de Medellín Carlos Holguín.
• Oficial de planta de la escuela de Cadetes General Santander.
• Trabajó como director de Investigación Criminal e Inteligencia.
• Director de la Escuela de Investigación criminal de la Policía.
• Comandante de la Policía del Valle y de la Metropolitana de Cartagena. Director de la Regional 8 de Policía (Costa Caribe).
• Jefe de inteligencia y antisecuestro durante cuatro años, director de Antinarcóticos, director de Seguridad Ciudadana y ahora subdirector nacional de la Policía.

Frases de batalla

El mayor general expresó que tiene dos frases de combate.

1. El orgullo de una dama colombiana es tener un hijo en la Policía.
2. Imposibles no existen.

El dato

Tiene un hermano que es coronel de la institución.

FRASES

• "La indiferencia me saca el mal genio. También la apatía de la gente frente a las aspiraciones de tener un sueño, levantarse y trabajar por él".
• "Comparo la muerte de un uniformado con la de esos próceres que tuvimos y que se inmolaron para darnos la libertad".
• "A los uniformados, en especial de Caldas, les agradezco por haberse incorporado y tener a la Policía en su proyecto de vida. Les recuerdo que con nuestro director trabajamos para tener una institución más humana, íntegra, disciplinada, innovadora y efectiva".