LA PATRIA| MANIZALES

Hace 40 años, Neira vivió una tarde de luto. Se registró la peor tragedia de la que se haya tenido conocimiento en la Tierra del Corcho.

A las 2:00 de la tarde, como de costumbre, una cuadrilla de obreros se disponía a cumplir con sus labores de la extracción de la caliza, en la mina localizada en La Concha, de donde se sacaba material para la fábrica de Cementos Caldas.

Todo transcurría normal, hasta cuando el rugir de la montaña arrojó cientos de toneladas de roca y tierra. Los gritos de desesperación de los humildes obreros que diariamente llegaban allí, a arañar el terreno con sus máquinas, se silenciaron cuando fueron sepultados. Una nube de polvo cubrió la cantera, muy pocos lograron vencer la tremenda furia de la montaña.

La noticia de auxilio no demoró en salir desde la cementera, siendo recibida por medios de comunicación. La tristeza se regó como por arte de magia. Al hospital local llegaron los familiares y amigos de 12 fallecidos, que escuchaban el extra extra en las emisoras y el ruido de las sirenas que llegaban al centro asistencial.

Los fallecidos

Marco Fidel López, Francisco Javier Gaviria, Gonzalo Marín, Hernando Cardona, Arturo Grajales, Héctor Jaime Flórez, Alberto de Jesús Jaramillo, Diego Castañeda, Gerardo Castaño, Hernán Tobón, Aristides Ocampo y José Alberto López, a quien nunca encontraron.