LA PATRIA | MANIZALES
Un escalofrío por todo el cuerpo le bajo a Anderson Ceballos cuando, en casa de una amiga, le dijeron que su moto ya no estaba en el andén. Creyó que era un broma, pues antes había caído, pero esta vez sí fue real. La DT 100 modelo 1992, que tras dos años de ahorró compró para trabajar como domicilio y sostener a su mamá, se esfumó.
Eso le ocurrió a las 9:40 de la noche del lunes de la semana pasada, en el barrio El Caribe, a este habitante del barrio San Sebastián, de Manizales. Se asomaba constantemente para vigilarla y cuando decidió entrar el baño, los ladrones actuaron.
"Cuando me dijeron que no estaba, respondí que con eso no se jugaba. Pero miré y era verdad", recordó. De nada valió ponerle seguro a la dirección. Los dueños de lo ajeno lo reventaron y se la llevaron rodada.
"Hace como un minuto un señor se fue en ella. No portaba chaleco, pero sí casco", le manifestaron unos vecinos a Anderson, minutos después del hurto. Bajó hasta la Avenida Kevin Ángel, pero no la encontró.
A Anderson, luego de interponer la denuncia, le tocó renunciar a su empleo, pues ya no contaba con la herramienta vital para desempeñar su trabajo. Un amago de alegría le llegó el jueves en la noche, cuando la Sijín de la Policía le reportó que estaban cerca de ubicar la moto, gracias a la información de un ciudadano.
Antes de la medianoche le manifestaron que había aparecido, pero desarmada, en La Unión, entre Solferino y Comuneros, en una casa abandonado. No sabían qué le faltaba. Estaba desguazada.
"Le faltaba el tacómetro, el filtro de aire, los soportes de la suspensión, las luces, entre otros. Eso alcancé a ver el viernes. El domingo en la mañana, que tuve más tiempo, fui a la Sijín por lo que quedó para ver si la podía volver a parar. Pero había media moto. Le quité los tornillos de la tapa del motor y estaba vacío. Me dejaron solo una carcasa".
La moto era su enganche para el trabajo. La trajo desde Medellín, tenía todos los papeles al día, le hizo arreglos: de $2 millones que le costó, ya la tenía avaluada en $4 millones.
"No sé qué hacer. Voy a ver qué puedo vender de lo que me dejaron, comprarme una mechita y volver a arrancar", concluyó.
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