LA PATRIA | MANIZALES
En junio del 2017, la mujer, de 29 años, se cansó de las agresiones físicas y morales. Decidió cortar de raíz su relación con Jhon Jairo Becerra David, de 27, pese a que tenían dos hijos, menores de edad. Eso no fue suficiente. El hombre la seguía y la intimidaba. Jhon Jairo buscaba que regresaran. Ella no denunció.
El 23 de ese mismo mes, Becerra David la abordó, la amenazó con arma blanca y la violó. Tras su captura, se acogió a sentencia anticipada por los delitos de acceso carnal violento y porte ilegal de armas de fuego. El Juzgado Penal del Circuito de Riosucio lo condenó a siete años de cárcel, tras la rebaja que recibió por aceptar cargos.
El día de los hechos, la mujer salió de su trabajo en un restaurante de Supía, la expareja la abordó, como siempre, y le exhibió un arma de fuego que tenía en la cintura.
"La obligó a permanecer a su lado varias horas, amenazando con matarla si no accedía a sus pretensiones. La llevó a una zona boscosa, adyacente al cementerio, y la intimidó con el revólver para que sostuvieran relaciones sexuales. Luego se vistieron y salieron de la maraña en medio de un fuerte aguacero. Cuando abordaron la carretera, se encontraron con el hermano de la agredida, quien ya la buscaba por la alerta que le produjo su no regreso habitual a casa. Le contó lo sucedido y decidieron denunciar", relató la Fiscalía.
La afectada explicó que ese día trató de huir con una compañera, pero Jhon Jairo la alcanzó, la insultó y no la dejó ir. "Se mandaba la mano atrás cogiendo el arma y con eso me amenazaba. Llegamos al cementerio. Me dijo que estuviera con él, que me dejaba ir, pero no quería. Cogió una piedra para pegarme. Seguía intimidando con el arma. Como le tengo mucho miedo a él, accedí y me quité toda la ropa".
Según la compañera de trabajo de la víctima, Jhon Jairo le indicó a su amiga que no la mataba por los hijos.
Para el Juzgado, el sujeto logró su propósito por la perfecta maquinación del plan delictivo, aprovechándose de la constante zozobra en que permanecía la víctima. Añadió que la narrativa de la quejosa es equilibrada y acorde con el resultado de los análisis de Medicina Legal.
Se impuso lo mínimo para el delito más grave, es decir, 12 años. Por el porte ilegal de armas, dos años.
A esos 14 se les descontó la mitad por la aceptación temprana de cargos. Quedó en siete, que los pagará en centro de reclusión.
Pautas que la Policía les entrega a las mujeres.
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