LA PATRIA | MANIZALES
A 25 días de cumplirse dos años de la muerte de Víctor Manuel Arango Galvis, la Fiscalía le imputó cargos a cinco jóvenes, por ser quienes, presuntamente, lo asesinaron de varias puñaladas en el barrio La Enea, de Manizales.
El delito es homicidio simple y a pesar de que el fiscal informó ayer en audiencia de garantías que tenía videos, testimonios y el informe de Policía Judicial donde los comprometía a ellos en el hecho, los jóvenes se declararon inocentes.
La noche del viernes 23 de mayo del 2014, Víctor les pidió la bendición a sus padres y se fue a dormir a su habitación con su compañera sentimental. Por alguna razón, el hombre, de 32 años, salió de su casa en la madrugada sin que ningún familiar se diera cuenta.
Según unas investigaciones, Víctor llegó a una casa en la carrera 33 con calle 101, donde varios jóvenes disfrutaban de una fiesta. Según testigos, al fallecido no lo dejaron entrar y por ello tuvo una disputa con uno de los imputados.
Minutos después Víctor caminaba por la carrera 35 con calle 98 de ese barrio y se topó con la persona que tuvo la discusión y otros adolescentes. Pelearon y la víctima fatal hirió al joven.
Ante la situación, los amigos del herido corrieron tras Víctor en represalia por herir a su parcero. Cuando lo alcanzaron, lo apuñalaron en ocho ocasiones en la cabeza, pecho y abdomen.
La víctima llegó a un centro asistencial y minutos después murió.
Ese día la Policía capturó a algunos de ellos, pero quedaron libres. Ayer, 23 meses después, la Fiscalía los citó a audiencia de imputación de cargos.
Los cincos no aceptaron el delito y aunque el ente acusador no les solicitó medida de aseguramiento intramural, sí les informó que estaban vinculados al caso.
"Nos llamaron a las 5:30 de la mañana a decirnos que él estaba herido y agonizando. Pensamos que era mentira, porque lo hacíamos durmiendo, pero cuando llegamos al cuarto y no lo encontramos nos fuimos para el hospital y ya estaba muerto", dijo Néstor Fabio Arango, padre de la víctima, a quien se le quebró su voz y lloró al explicar que la muerte de un ser querido no se lo desea a nadie y que en su casa el cuarto de Víctor está intacto.
El fallecido era el segundo de tres hijos y laboraba en un establecimiento de comidas rápidas.
Dos de los cinco detenidos tienen 20 años, otros dos 21 y el otro, 19.
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