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A Jhon Jairo Quintero, una juez Segunda Penal de Riosucio lo condenó a pagar 45 años de prisión por el homicidio de sus dos hijastros, Carlos Andrés y Mateo Agudelo, de 7 y 10 años de edad respectivamente, en hechos ocurridos en el 2012.
María Isabel Sánchez, madre de los menores, llegó tarde a la audiencia que se realizó el pasado jueves, pero luego de escuchar la lectura de sentencia no pudo evitar el llanto al ver al sujeto y recordar el porqué estaba allí. En diciembre del 2012, Quintero arrojó a los dos niños al río Cauca. "Los mató por celos de la persona con la que vivía", aseveró la juez. Para ella esa pena es pequeña para lo que él hizo.
Amenazas
En la audiencia se conoció que Quintero y María Isabel estuvieron juntos tres años, pero a finales del año pasado se habían distanciado. El 29 de noviembre la mamá de Andrés y Mateo viajó a Medellín a visitar a su madre, lo que aprovechó Quintero para ir al barrio San Lorenzo de Supía y visitar la casa de la mujer que cuidaba a los niños.
A las 6:30 de la tarde, mediante engaños, convenció a la mujer para que le entregara los niños para invitarlos a comer.
Un rato después la cuidadora recibió una llamada de María Isabel preguntando por sus hijos. Cuando le informó que se habían ido con Quintero, la madre se alarmó y le contó a su amiga que éste le mandaba mensajes de texto a su celular diciéndole que se encontraba con los niños y que se vengaría.
María Isabel avisó a la Estación de Policía de Supía. Los uniformados comenzaron a buscar a los menores, pero nadie daba razón de ellos.
Durmieron en el montallantas
A las 8:00 de la mañana del día siguiente (30 de noviembre), María Isabel recibió otra llamada de Quintero en la que le indicaba que los niños estaban bien y que seguían con él. Minutos después ella le devolvió la llamada, pero le contestó una mujer.
Ésta le dijo que estaba llamando a un montallantas, ubicado a la entrada de Marmato, donde vendían minutos. Le contó que el hombre al que buscaba y los niños habían pasado la noche afuera, que los vio a las 4:00 de la mañana, cuando se levantó a hacer las arepas, y les ofreció aguapanela.
Agregó que después de que Quintero hizo la llamada, agarró camino con los niños. "Si me hubiera llamado antes, los hubiera detenido", le dijo la señora a María Isabel, cuando llegó en taxi hasta el local.
La búsqueda
El Gaula de la Policía Caldas se sumó a la búsqueda. Siguió el rastro de Quintero por la ruta que de Marmato lleva a Támesis (Antioquia). Allí, en una sector caudaloso del río Cauca, se cree que el hombre arrojó a los niños para que se ahogaran.
Los funcionarios del Gaula llegaron hasta la casa de un hermano de Quintero en Támesis y hablaron con su cuñada. Ésta les dijo que Jhon Jairo había llegado con la ropa mojada y les contó que la Policía lo buscaba porque la había embarrado.
Finalmente rastrearon a Quintero hasta una cueva en el sector de San Antonio, cerca a Támesis, donde lo capturaron.
Durante la audiencia de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento por el delito de secuestro simple, un juez de Manizales dejó libre a Jhon Jairo Quintero. Los hombres del Gaula, sin embargo, le siguieron los pasos y lo recapturaron en el peaje de Tarapacá, vía Manizales-Pereira, cuando viajaba en un bus con destino a Cali.
Flotaron en Antioquia
El 3 de diciembre a María Isabel le llegó la noticia que no quería escuchar. Le informaron que los cadáveres de los niños los habían encontrado en el corregimiento Oro Negro de Sabanalarga (Antioquia), a unas 14 horas de camino por una trocha del casco urbano más cercano.
La Cruz Roja y el Ejército tuvieron que pedir apoyo para desplazarse hasta el lugar en helicóptero y trasladar los cuerpos de los niños, cuyas prendas estaban deshilachadas y dañadas por la fuerza del río.
A los cuerpos, en alto estado de descomposición, los llevaron al Instituto de Medicina Legal de Medellín, en donde el resultado de la necropsia indicó que los hermanos murieron ahogados.
El 6 de diciembre a María Isabel le entregaron los cuerpos de sus hijos para sepultarlos.
Lo querían como a un padre
El fiscal Segundo Especializado, durante la audiencia del jueves, explicó: "Quintero tenía el destino proyectado, no sin antes escoger el sitio más caudaloso en la ruta para lanzar a los niños".
En la diligencia también se conoció que los menores tenían una buena relación con Quintero, ya que lo veían como su padre, le daban ese cariño y además lo acompañaron de manera voluntaria cuando él fue a buscarlos ese 29 de noviembre de 2012.
Durante la audiencia no se presentaron ni la Defensoría de Familia, ni el Ministerio Público, ni la defensa de las víctimas. Además la condena la apeló la defensa.
El fiscal afirmó: "Este hombre no los sacó de la casa de la vecina para secuestrarlos, sino con la intención de matarlos".
Al concluir la audiencia, María Isabel aseguró: "Nada podrá quitarme el dolor que tengo. Nada", concluyó.
Preclusión del secuestro
Entre los delitos que le imputaron a Jhon Jairo Quintero estaba el de secuestro. Durante el proceso se comprobó que los niños se fueron por voluntad propia con Quintero cuando los fue a buscar.
Durante la audiencia, la Fiscalía le solicitó a la juez la preclusión del secuestro simple, ya que Quintero jamás cometió este delito.
El dato
El 26 de abril del 2013, Jhon Jairo Quintero aceptó que mató a los niños.
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