LA PATRIA| MANIZALES
La pesadilla arrancó el 22 de abril de 2009 y terminó la semana pasada. Fueron 11 años de incertidumbre para la familia de Luis Eduardo Pabón Ospina, de 32 años, natural de La Unión (Valle). Salió de su hogar en busca de trabajo como recolector de café en Filandia y Quimbaya (Quindío).
Hasta ahí supieron de él. Su esposa, Yolanda Ramírez, le marcaba al celular y sonaba apagado. Fue el comienzo de algo más de una década de sufrimiento.
Hoy hay sentimientos encontrados. Por un lado, tristeza, pues perdieron a su ser querido. Por el otro, tranquilidad, por poder darle cristiana sepultura.
“Muy agradecidos con la Unidad Básica de Medicina Legal de Supía, que no desfalleció en ayudarnos a calmar este dolor”, contó Yolanda, que a mitad de semana recogió los restos en el cementerio de Marmato, para llevarlos para La Unión.
El 29 de abril de 2009, en el sector de La Garrucha, vía La Felisa-La Pintada, las autoridades de Caldas hallaron un cuerpo en alto grado de descomposición en el río Cauca. Quedaban pocas huellas que permitieran determinar de quién se trataba. Sin embargo, con los rastros se buscó identificarlo. Mientras tanto, fue sepultado como Cadáver No Identificado.
Un informe publicado por este diario dio cuenta de que en Caldas, hasta el año pasado, había 643 personas enterradas como no identificadas, pues nunca se pudieron saber sus nombres y mucho menos quiénes eran sus familiares, si es que tenían.
Las huellas de la violencia con la que murieron o el estado en que los devolvió la naturaleza no permitió identificarlos. Permanecen bajo tierra, en bolsas negras, marcadas con unos códigos.
Medicina Legal de Supía trabajó en su identificación, hasta que logró hacerlo y determinó que fue asesinado. Luego llegó otra tarea difícil: hallar a la familia y comunicarle la mala noticia.
Perserveraron y encontraron a Yolanda y a María, hermana del fallecido. “Gracias a Dios pudimos saber de él. Lo enterramos con el papá y la mamá en un osario. Muy tristes, teníamos la esperanza de que estuviera vivo, de que había decidido irse del país o desaparecer por un tiempo, pero la realidad era otra. En 2014 denunciamos su pérdida. Su sueño era darle una casa a la familia”, concluyó la esposa.
1. Instaure la denuncia por desaparición para que las autoridades inicien con el proceso de búsqueda y cruce de información interinstitucional para establecer presuntos candidatos.
2. Si es necesario, done una muestra de sangre para realizar los perfiles genéticos y posteriormente cruzarlos con los de las cadáveres que se encuentran en condición de no identificados (CNI).
3. Con el banco de perfiles genéticos que se está implementado, los familiares que tengan algún pariente desaparecido pueden acercarse a cualquiera de las sedes del ML para que se le realice la toma de la muestra de sangre, el posterior cruce y se almacene en el banco de datos genéticos.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015