LA PATRIA | MANIZALES
La orilla de la quebrada Llanogrande, límites entre Manizales y Neira, tradicional sitio de integración de familias, amigos y conocidos, se convirtió ayer en lugar de tragedia. Sobre la zona verde que rodea al afluente estaban tendidos los cuerpos de tres hombres y dos mujeres, ultimados con tiros de gracia (en la cabeza). A una la atacaron además a machete.
El múltiple crimen habría ocurrido a las 2:00 de la mañana de ayer. Al lugar llegó la Policía, tras información de vecinos que escucharon disparos. Para arribar al lugar hay que pasar por el puente Llanogrande, camino al corregimiento Kilómetro 41 (Manizales). A un costado de la tienda Los Kioskos hay un portal para ingresar hacia la vereda La Isla. Se recorre en carro durante cinco minutos y se llega a la finca La Vega. Allí, a solo 39 metros de estar en terrenos de Neira quedaron los cuerpos de la estudiante de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad de Caldas Laura Vanessa Ramírez Léon; Dídier Vargas, propietario del club nocturno Joy; y su hermano Óscar; Eliécer Bravo, portero del establecimiento y conocido como Bola Ocho; y Juliana Arias Trejos, de quien aún se desconoce a qué se dedicaba.
Otro hombre resultó lesionado de un balazo en la cabeza, y está con protección policial; al igual que tres mujeres que escaparon.
Dídier Vargas, propietario del club nocturno de nombre Joy.
Eliécer Bravo, Bola Ocho, portero del establecimiento.
Laura Vanessa Ramírez estaba trabajando para conseguir dinero para ir a un campeonato de ultimate. Estudió en la IE Malabar. En el 2014 participó en la 3ª. versión del concurso Mejores Crónicas Prensa Escuela 2014 y fue premiada entre las cuatro mejores. Viajó a Bogotá.
Óscar Zuluaga Vargas (negociaba carros en la Panamericana).
Juliana Arias Trejos, de 20 años.
"Esto por acá ha sido muy sano. Llevo en el sector 30 años y nunca había visto algo así", expresó ayer un vecino sorprendido con el hecho. Otro agregó: "Por acá entra mucha gente los fines de semana a acampar y tirar baño. A estas personas no las vimos llegar. Dicen que arribaron ayer (martes) en un carro y una moto. Los ríos y las quebradas son de todos. Y tal parece que las vidas también, porque cualquiera nos la quita".
La escena era trágica a las 6:00 de la mañana. La temperatura de 22 grados Celsius. Los cadáveres estaban en diferentes puntos de la orilla, al lado de cinco carpas blancas y rojas establecidas por los nueve visitantes.
En un costado, las víctimas edificaron una improvisada cocina y a un lado había bolsas de colores con alimentos y sillas de plástico. Lo que este medio pudo conocer es que a los fallecidos los abordaron de madrugada cinco hombres con armas de fuego y machetes, los sacaron de sus carpas, los obligaron a arrodillarse, no sin antes corroborar que eran a quienes buscaban. Les dispararon en la cabeza y a Laura Vanessa le pegaron siete machetazos. Un sexto hombre también fue herido en el cráneo, los sicarios creyeron que había fallecido, sobrevivió y hasta el cierre de esta edición permanecía en un centro asistencial de Manizales.
Es testigo clave en esta investigación, lo mismo que tres mujeres que huyeron, al parecer, las dejaron ir porque no tenían nada que ver en la situación.
"La zona es segura para acampar. Aunque para entrar se requiere abrir un portal que tiene llave, mucha gente ingresa a pie, por los huecos de la entrada. Hace año y medio encontraron a una persona muerta en la quebrada", anotó un curioso.
En este lugar quedaron los cuerpos de las víctimas. Manizales llegó a 36 homicidios este año, 13 menos que en el mismo lapso del 2018.
En un año y cinco meses, Manizales ha sido escenario de dos masacres con nueve muertos. A la de ayer se suma la del 5 de abril del año pasado, cuando en una finca de la vereda La Garrucha hallaron amarrados y con tiros de gracia los cuerpos de Yony Esteban Echeverry Salazar, de Palestina; Édgar Ocampo Alarcón, de El Cairo (Valle); Diego Quintana González, de Manizales y Nilson de Jesús Guevara, de Bonafont (Riosucio).
Se dio, según las investigaciones, ante una disputa por la venta de droga en la zona. "Apunta a que el narcotráfico, en su microdistribución, es el ambiente en el que ocurrió el hecho. Tenemos un joven asesinado, con vínculos con la distribución de drogas; un señor mayor, que tenía tradición en la zona en la venta de estupefacientes, y dos campesinos que ayudaban en la venta. La banda que cometió esta masacre quería quedarse con las rentas ilícitas de este microterritorio", explicó el entonces ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, en Manizales.
El corredor entre Quiebra de Vélez-Lisboa-Kilómetro 41 fue, en el 2017, escenario de varios homicidios, al parecer relacionados con venta de estupefacientes, según las autoridades en su momento.
En enero de ese año ultimaron de un tiro en la cabeza a Jhon Alejandro Ramírez Rodríguez, apodado Papeleto, de 18 años.
En febrero encontraron al reciclador José Heriberto Henao Moreno, de 71 años, muerto en un zaguán, sobre un billar ubicado a un costado de la carretera Panamericana. Tenía un disparo en la cabeza.
En marzo, de un tiro con escopeta, asesinaron a Pedro Pablo Romero Serna, de 25 años, conocido como Pepe. Ocurrió en la finca Las Américas, vereda El Retiro.
En septiembre, en la finca Lagunilla, hallaron el cuerpo de Jorge Eliécer Marín Sánchez, de 44 años, natural de Filadelfia. Lo mataron con arma blanca.
Las autoridades indicaron que se descarta que la masacre la hayan ejecutado grupos organizados o bandas criminales. Hernán Olano, director del departamento de Historia de la Universidad de la Sabana, manifestó que esa forma de ejecución es típica de bandas criminales, conformadas por exparamilitares. "Podría ser un resurgimiento de tipos de ajusticiamiento o limpieza social que se dan a través de esos grupos organizados".
En el 2013, en Lisboa, detuvieron a 14 integrantes de los gaitanistas. Una fuente consultada por este medio señaló en esa ocasión que al parecer tenían como propósito consolidar una ruta de tráfico de droga a lo largo del país, que comprendía el corredor por Caldas.
Y en enero del 2014 la Policía encontró allí y en La Isla unas caletas con cinco fusiles, 12 proveedores y 3 mil 72 cartuchos. El mes siguiente aprehendieron a otros siete delincuentes en el Kilómetro 41 y en zona rural de Neira.
La coronela Sandra Patricia Hernández, comandante de la Policía de Manizales, indicó ayer en rueda de prensa que tienen varias hipótesis sobre la masacre de La Isla. "Creeríamos que se trata de algún tipo de retaliación de estructuras de criminales dedicadas al microtráfico".
Al final de un consejo de seguridad se determinó ofrecer hasta $50 millones por información que permita aclarar este hecho, aunque las autoridades manifestaron que ya lo tienen adelantado y que en menos de una semana habrían resultados. Se reunirán de nuevo mañana para analizar avances.
En noviembre pasado, la Policía de Manizales adelantó un operativo contra la venta de drogas sintéticas en los clubes nocturnos del sector de la Plaza de Toros. Los vendedores hacían amistad con las trabajadoras sexuales. Si el cliente necesitaba droga, ellas la recogían y la entregaban a los clientes. Hubo siete capturas.
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