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Desde una oficina de cobro en Bogotá, Carlos Antonio Angulo Salazar, alias Pollo, asesinado el lunes en la calle 26 con avenida Ciudad de Cali, era el responsable de ajustar cuentas pendientes del narcotráfico no solo para el extraditado Daniel Loco Barrera sino de sus socios cercanos.
En la línea de mando de la estructura criminal no había otro por encima de el Pollo más que el extraditado capo y compartía el mismo nivel con otro jefe de sicarios, alias Mojarro, asesinado en Argentina. Los dos fueron amigos, pero según Barrera, luego tuvieron serias diferencias y se convirtieron en enemigos a muerte.
De acuerdo con investigadores de la Policía que seguían el accionar de Angulo Salazar, oriundo de Manzanares, este era el encargado de administrar los cobros de las extorsiones en Corabastos y San Andresito de la calle 38 y del sector de San José.
Para este trabajo contaba con el apoyo de cinco hombres que hacen parte de la estructura sicarial y son considerados trabajadores leales. “Ellos saben del manejo de fusiles R-15 y M-60, así como de pistolas nueve milímetros y revólver calibre 38, estos dos últimos amparados, al parecer, con permisos legales”, reveló a este diario un investigador.
La misma fuente contó que en el mundo de los narcos estos sicarios son conocidos bajo los apodos de Ricardo o Patacón; William o Willi; Pablito o Carracas; Márquez o Tocayo y ‘Daza o Camilo.
Se cree que entre sus lugartenientes comenzaría la disputa por tomar el control de los negocios que tenía Angulo.
Estos hombres, según los expedientes, se mueven en la Capital de la República con un perfil bajo y son orientados en sus acciones criminales por socios del Loco Barrera.
Canoso y Viejo serían los hombres que desde su centro de operación en los Llanos estarían dando las órdenes. Desde allí funciona la más antigua red sicarial del narcotraficante extraditado.
El grupo sicarial que manejaba el Pollo se hace llamar Mensajeros de la muerte o Llanerazos. Se les señala de varias masacres en Villavicencio, Granada y Acacías (Meta).
A la mayoría de sus víctimas los mataron por traiciones, órdenes mal ejecutadas, apropiación de bienes como testaferros, dineros perdidos o, simplemente, por sacar del camino a quienes no aceptan las reglas de juego de su organización y se negaban a pagar las vacunas.
Esos eran los alcances de Angulo. Hay registros criminales en países del continente por delitos relacionados con tráfico de drogas e incluso homicidios que le fueron encargados.
Las autoridades denuncian que alias el Pollo evadió la justicia, debido a que aparentemente filtró y permeó de corrupción algunas autoridades judiciales. Con su asesinato, muchos secretos quedaron enterrados para siempre.
Antonio nació y se crió en Manzanares (Caldas), pero aseguran que llevaba años radicado en Bogotá. Dicen los del pueblo que la mayoría de sus familiares murieron de la misma manera que él.
La última vez que lo vieron en su tierra natal fue hace dos meses. Estuvo en la vereda Montealegre, donde vivió. Allí hizo una fiesta en la que repartió comida y trago a todo el mundo, comentó alguien del pueblo.
Casi siempre que viajaba a Manzanares hacía lo mismo. La comunidad veía cómo llegaba rodeado de escoltas y armado hasta los dientes.
Foto | Imagen tomada de semana.com | LA PATRIA
El Pollo al parecer era jefe de una escuela de sicarios en Villavicencio
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