
LA PATRIA | MANIZALES
A los Polanía, banda compuesta por 11 personas dedicadas a la distribución de estupefacientes en La Dorada, se les acabó el negocio gracias a que la Policía los capturó, luego de seis meses de investigaciones.
Ahora los vecinos del barrio Korea, donde tenían sus centro operaciones, podrán descansar tranquilos de los habitantes de calle, de los recicladores y de desconocidos que frecuentaban el sector para comprar, consumir droga y alterar la paz.
Según el informe policial, estos individuos amenazaban a los vecinos para que no los delataran con las autoridades. Sin embargo, la gente estaba tan cansada con los perjuicios que causaban, que no se dejaron arrinconar de los presuntos delincuentes y los denunciaron, lo que facilitó las detenciones.
Inicialmente vendían droga en todo el municipio. Pero la presión de las autoridades los llevó a centrar sus operaciones delictivas en el barrio Korea de esa localidad, donde estaba alias Ofelia, de 55 años, y quien era la cabeza de grupo. Ella tenía antecedentes por delitos como concierto para delinquir, tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, también por destinación ilícita de inmuebles.
Sus piezas claves en el negocio ilícito eran tres mujeres y ocho hombres. A la mujer le llegaba el cargamento de drogas y por medio de cinco personas de confianza, lo llevaban a cinco casas que estaban a lo largo de la calle quinta y la carrera novena del barrio Korea. Alias La Gorda, Pedazo, Memín, La Paisa y La Abuela eran los encargados de eso. En la dosificación y venta al menudeo participaban los alias de Andrés, Llorón y La Mona.
Los Polanía tenían campaneros que se ubicaban cerca a cada una de las viviendas donde se vendía la droga y utilizaban señales en clave para avisar que venía la Policía, lo que les facilitaba escapar.
Las cinco viviendas contaban con doble reja y chapas finas, lo que retrasaba el ingreso de los uniformados. La dosis de cocaína y marihuana también las escondían en alcantarillas, arboles frondosos, que les garantizaban la clandestinidad de sus fechorías.
Para detener a estas 11 personas fueron necesarios cinco allanamientos, en los que se incautaron tres armas de fuego, 1.052 dosis de basuco, 26 de base de coca, 4.600 de marihuana y $ 679 mil 500 en efectivo.
Con esa fachada alias La Chacera buscaba a los estudiantes de los colegios de la comuna San José de Manizales y a quienes transitaban por sus vías de acceso, no para endulzarles el paladar, sino su adicción a la marihuana.
Los investigadores recibieron pistas del paradero la jíbara, sabían que en las tarde iba hasta su casa, en la calle 22 con carrera 12a del barrio Colón, para surtir la chaza con las dosis de marihuana y de cocaína. Luego salia a comercializarlas.
Con la orden judicial, los policías allanaron la casa de alias La Chacera, de 50 años. Le hallaron 35 dosis de marihuana clase cripa, 150 de marihuana tradicional y un kilo y medio de la misma sustancia prensada, con la que se dosificaban unas 600 dosis. A $2.000 vendía la porción de marihuana normal, la de cripa era a $5000 pesos.
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