LA PATRIA | MANIZALES
Brayan vio el 20 de agosto en fotos, por redes sociales, que su expareja, Eliana, acampaba con cuatro hombres y cuatro mujeres a orillas de la quebrada Llanogrande, límites entre Manizales y Neira, a un costado de la carretera Panamericana (Kilómetro 41).
Hasta ese momento desconocía que ella, quien espera un hijo suyo (12 semanas de embarazo), estaba en ese lugar. Habló con un amigo, se consiguió un revólver calibre 38, machete y cuchillo, y planeó la llegada hasta el lugar, al día siguiente, en moto. La idea era arribar en la madrugada para aprovechar que todos dormían en cinco carpas. Se cubrieron el rostro con pañoletas blancas y usaron boinas. Aparecieron en el lugar y hicieron arrodillar a las víctimas con las manos en la cabeza.
Este ataque de celos desencadenó en cinco muertes violentas. Sobre el área verde contigua a la quebrada quedaron los cuerpos de Dídier Vargas, propietario del club nocturno Joy; y su hermano Óscar; Eliécer Bravo, portero del establecimiento y conocido como Bola Ocho; y Juliana Arias Trejos, de 20 años, quien se preparaba para validar el bachillerato. Les dieron tiro de gracia.
A 100 metros de allí, sobre la carretera destapada del sector Portachuelo, finca La Vega, asesinaron con machete a la estudiante de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad de Caldas Laura Vanessa Ramírez León, quien intentó huir.
Del hecho se salvó otro empleado del club nocturno, quien se hizo el muerto. La bala con la que lo atacaron se abrió como un trébol de cuatro hojas, la pólvora estaba mojada y el impacto no fue tan fuerte como debería serlo: solo le rozó el cuero cabelludo.
Todo esto hace parte del relato dado ayer por la Fiscalía Octava de Vida durante la audiencia de control de garantías, tras la captura de Brayan como supuesto coautor de esta masacre.
En su intervención, la fiscal anotó que los dos sujetos llegaron preguntando por una Liliana (Eliana), pero el sobreviviente, bajo efectos del alcohol y quien estaba afuera de las carpas, dijo no conocerla. Ahí le ordenaron acostarse y le dispararon, no sin antes obligarlo a despertar a Óscar, Eliécer, Laura Vanessa y Juliana, quienes también estaban tomados.
Luego los asesinaron uno a uno. Por última mataron con machete a la universitaria. El asesino y su cómplice llevaban seis balas: cuatro con las que terminaron con igual número de vidas, una con la que hirieron y otra más que se les perdió y que los investigadores de Sijín y CIT hallaron en el lugar. Se cree que por eso mataron a la universitaria con arma blanca. Tenía nueve lesiones.
Tres mujeres más, de 17, 23 y 21 años, que estaban en el grupo del paseo, en una carpa aparte, se salvaron. Según la Fiscalía, uno de los armados separó a Eliana y a sus dos amigas y a la primera le pegó en la cabeza con la cacha del revólver.
Esta mujer, después de los hechos, tuvo que ser recluida en un centro psiquiátrico, con acompañamiento policial. Según el ente acusador, se cree que tenía una nueva relación con uno de los hombres ultimados y eso desencadenó la furia del hoy detenido.
Las autoridades ofrecieron hasta $50 millones de recompensa para dar con el paradero de los homicidas. Brayan fue capturado en la noche del lunes, en el barrio Palonegro de esta ciudad. Ya lo habían esperado durante ocho días, pero ni entró, ni salió. También lo buscaron en Bajo Andes, donde posiblemente se quedaba, pero sin resultados. En el allanamiento del lunes hallaron un revólver 38 hechizo, perteneciente a otra persona, que fue judicializada.
Ante la situación, y al enterarse por un informante de que la familia trataría de sacarlo por la frontera con Ecuador, la Fiscalía tramitó una orden de captura y allanamiento. Ayer, cuando se narró eso en audiencia, sus familiares se echaron la bendición. La fiscal anotó que Brayan y su acompañante quedaron grabados en una cámara, a su paso en moto por el sector de Llanogrande. Además, que un testigo manifestó que lo reconocía por "su contextura y caminado brincadito".
Un informante, a quien le pagarían por el aporte, dio datos precisos de su ubicación e indicó que ese día estaría en casa de la mamá. Le cayeron a la vivienda en la noche del lunes, lo aprehendieron y encontraron unos tenis, celulares y ropa mojada, elementos que serán analizados a través de unas luces especiales que pueden descubrir huellas. Se espera dar con su compinche.Un hecho curioso es que cuando lo detuvieron, Eliana, su ex, estaba con él en la casa.
Ayer lo llevaron a audiencias de control de garantías por homicidio agravado, homicidio tentado y porte ilegal de armas. La sala 2 del edificio del Consejo Superior de la Judicatura estaba repleta. Brayan llegó vestido con buzo azul y permaneció con la cabeza gacha todo el tiempo, incluso cuando le narraron los hechos.
Tras casi dos horas de audiencia, su abogado pidió un receso para analizar si su defendido quería aceptar cargos. A las 7:05 de la noche tomó aire, suspiró y le dio un No al juez. Se iría a juicio, donde le esperaría una pena de unos 45 a 50 años en caso de ser condenado. Al final de la jornada lo mandaron para la cárcel de manera preventiva. Se despidió de su familia en medio del dolor de los allegados de algunas de las víctimas.
"Es un peligro para la sociedad porque se comportó como un sicario y de los buenos. Supo cómo actuar y cómo cometer esos crímenes a sangre fría", Fiscalía.
El psicólogo José Fernando Vélez manifestó que los celos son desgraciadamente muy comunes en la vida en pareja y terminan en un trastorno denominado celotipia.
"Los celos, desde el enfoque psicológico, obedecen a un momento que se adquiere en una relación cuando se ve atropellada la confianza y la credibilidad en el otro. Se termina generando una mentira lo más común, alrededor de una relación paralela. De esa manera este personaje termina sintiendo que se violó su lealtad. Considera que se le mintió y cree que fue burlado, que se le menospreció. Se ha oído culturalmente que el celoso (a) es alguien que desconfía, pero esto se da más en la persona que duda de sí misma".
Añadió que si alguien es leal y sincero, pero el otro no, lo mejor es hacerse a un lado. "El celoso se convierte en un policía o una sombra para el otro cuando empieza a dudar de sus capacidades de confíar en el otro, hasta llegar a la agresión e, incluso, terminar con la vida de la pareja o del o de la amante".
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