LA PATRIA | MANIZALES

“Madrugué, me trabé para ir a trabajar a Marmato. Como ellos tienen su cambuche observé que Bedoya asomó la cabeza, me vio y se entró de una con malicia. Pensé que él me iba a volver a atacar con el arma que me hizo lo tiros la otra vez.

“Me le arrimé, salió a desafiarme, me estrujó con el hombro y le dije que le iba a demostrar de lo que era capaz. Caminé hacia el río y le disparé por la espalda. Tenía mucha rabia con ese man y pensé en desquitarme de todas las humillaciones por las que me había hecho pasar”.

Este es el relato de Harold González Giraldo, de 20 años, quien el 16 de febrero asesinó a orillas del río Supía a Alejandro García Bedoya. Se acercó a ese sitio, utilizado por algunos para el consumo de estupefacientes, sacó un revólver calibre 38, buscó a su víctima y le pegó tres tiros en cabeza y abdomen.

Alejandro falleció minutos después, cuando era trasladado de urgencia a un hospital de Manizales. Harold se fugó, pero antes arrojó el arma al cauce del río. Horas más tarde llamó a la Estación de Policía para contar lo sucedido, se entregó e inició su proceso judicial.

Por este hecho, el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio condenó a este minero a 9 años y 6 meses de prisión, tras recibir el beneficio por aceptación de cargos mediante preacuerdo. Pasó de autor a cómplice. Se pactó pena de 16 años, pero el juzgado, tras un análisis, lo improbó, por considerar vulnerados los derechos de legalidad y estricta tipicidad.

El 29 de ese mes la fiscal anunció otro convenio, dejando el delito en homicidio simple y porte ilegal de armas. La pena era de 232 meses y con el descuento del 50% quedó en 9 años y seis meses.

Dos relatos

• *Un testigo indicó que prendió un cigarrillo, pasaron unos minutos escuchó un tiro en la entrada del rancho, a orillas del río. “Cuando veo que nos abrieron la cortina, era alguien con la cara tapada. El hombre llegó, nos apuntó y nos amenazó. Dijo que nos saliéramos todos. Yo expresé: Bedoya, salga pues, corra, corra. El pelado se tiró por la orilla del río a salir al camino y vi cuando el sujeto hizo un disparo y se lo pegó en la espalda a Bedoya”.
• *Una mujer narró que Bedoya pasó por su rancho y ella le ofreció un plon (fumar). A los 20 minutos fue el ataque. “Escuché dos disparos y luego oí a Bedoya decir ´no, no´. Apagué la vela y me tapé con la cobija. A los minutos escuché al herido en el piso pujando”.