LA PATRIA| MANIZALES
A un ahogamiento se atribuyó inicialmente la muerte de Róbinson Peláez Rodríguez, de 32 años, hallado el 28 de enero de este año en el Lago Balsora, de Chinchiná. Sin embargo, eran extraños los golpes que presentaba en el cuerpo, especialmente en la cabeza.
Las investigaciones de la Fiscalía arrancaron y se logró identificar que al ciudadano lo asesinaron y lo arrojaron a ese afluente. Además, que en ese hecho estarían involucradas tres personas: dos caldenses (hombre y mujer) y un extranjero.
Los capturaron el miércoles y ayer los llevaron audiencia ante el Juzgado Cuarto Promiscuo Municipal de Chinchiná. “La causa de muerte, según necropsia, fue trauma contundente en cráneo”, contó la fiscal del caso.
Róbinson habría sido asesinado entre la noche del 23 de enero y la madrugada del día siguiente. No fue a trabajar el 25 y el 26 su familia denunció su extraña desaparición. El 28 hallaron el cuerpo flotando en el lago.
“La perito forense añadió que la piel y la ropa del fallecido tenían tierra adherida, por lo que el lago sería una escena secundaria del hecho”, añadió el ente acusador. La captura de los señalados, solicitada el 28 de octubre, estaría basada en entrevistas, reconocimientos fotográficos e interceptación de llamadas de los tres aprehendidos.
La fiscal enumeró dos de las entrevistas recogidas. Destacó que los hombres detenidos eran compañeros de trabajo del muerto. Uno, su jefe en una obra. Un hermano del fallecido manifestó que Róbinson andaba con esas dos personas el día de su desaparición.
“Le pagué la semana y por la noche nos vimos en un bar. Llegó borracho con el extranjero. Nos llevamos la moto de Róbinson para guardarla porque estaba muy ebrio. Luego indicó que iba a verse con una muchacha (trabajadora sexual) que le dicen la Mona Culona, en La Frontera”, relató el patrón del fallecido en una entrevista posterior al deceso.
La Mona (la otra capturada) negó conocer a Róbinson y dijo que no había tomado con él. Sin embargo, testigos dijeron los vieron juntos esa tarde. Un testigo afirmó que vio a los dos detenidos y al occiso juntos, por los lados del Lago Balsora, y que el extranjero cargaba una maceta.
Al parecer, habrían asesinado a Róbinson para no pagarle $3 millones que le debían por su trabajo. Lo ultimaron con el mazo (dos golpes en la cabeza), lo enterraron, pero por miedo a que encontraran el cuerpo lo desenterraron y lo lanzaron al Lago Balsora. El juez expresó que se pudo llegar a hablar de una desaparición forzada, al tratar de ocultar el cuerpo. "La participación de ellos se infiere en los materiales de prueba, sin necesidad de demostrar cuál fue la participación de cada uno en los hechos".
Llamó la atención de situaciones como que el extranjero haya ido por el casco del fallecido y que la mujer, en una primera entrevista, expresara que se decía que Róbinson estaba enterrado en La Frontera y posteriormente, por análisis especializados, se estableció que la víctima estuvo bajo tierra.
El ente acusador los señaló como coautores de homicidio agravado y ocultamiento. No aceptaron cargos. En la tarde de ayer les dieron medida de aseguramiento intramural.
“Busquen a Róbinson en el Lago Balsora (risas)”, dijo el extranjero cuando le preguntaron por el desaparecido. Al parecer, ese domingo le ofrecieron la moto a una persona de Santa Rosa.
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