LA PATRIA | MANIZALES
A sus 61 años, Miguel Ángel Giraldo Gil nunca bajó la guardia para trabajar en el campo. Por ello, en la mañana del martes salió de su finca en la vereda Tarro Pintado, de Samaná, a realizar sus labores cotidianas. Sin embargo, horas después un desconocido lo atacó con una escopeta.
Al escuchar las detonaciones y salir a observar qué había sucedido, las personas del sector dieron aviso a las autoridades. El homicidio se registró a las 10:30 de la mañana, a dos kilómetros de la escuela del sector. La víctima era conocida como Cacarruca.
Según comentaron algunas personas de la vereda, Miguel Ángel iba en su caballo cuando le dispararon en el cuello, el pecho y la espalda. Murió al instante.
Cacarruca vivió entre La Dorada y Samaná, pero en los últimos años permanecía más en la vereda donde perdió la vida, dado que una de sus hermanas compró una finca y él se dedicó a trabajar en ella.
Al parecer, la víctima tuvo algunos inconvenientes con sus vecinos, pero los móviles y el agresor están por esclarecer.
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