Les roban y les toca pagar, aseguran trabajadoras de Susuerte

LA PATRIA | MANIZALES

Cuentan los vecinos de la carrera 25 con calle 39a, en el barrio Vélez, de Manizales, que al finalizar la tarde del martes pasado, mientras la vendedora de chance de Apuestas Susuerte entró al baño, un sujeto forzó la chapa e ingresó a su puesto. Para fortuna del delincuente, la mujer tuvo tanto trabajo ese día, que no pudo cumplir con los protocolos de seguridad y ocultar el dinero que había recaudado.

El bandido, quien portaba una botella de sacol y un cuchillo, se llevó $375 mil y se ocultó en la cocineta. Cuando la víctima salió del baño notó que la puerta estaba forzada y habían huellas. Al entrar a la cocineta vio al individuo y gritó pidiendo ayuda a los vecinos, mientras este la intimidaba.

Por fortuna, dos patrulleros del CAI Campín que pasaban en una moto llegaron al puesto y hallaron al usurpador con las manos en la masa, dentro del local. Los agentes se llevaron al hombre de 27 años, antes de que fuera molido a palos por los vecinos, que ya venían armados.

Al final, la Policía le recuperó a la vendedora el dinero y desarmó al ladrón, quien no contaba con antecedentes penales, pero fue dejado a disposición de un juez. Según los testigos, esta es la segunda vez que ese puesto es robado.

Como estos, son muchos robos los que han tenido las vendedoras de chance en distintos barrios de Manizales.

LA PATRIA consultó a cuatro de ellas sobre quién debe responder por los dineros cuando las autoridades no logran capturar a los ladrones.

Una de ellas indicó: “si nos roban tenemos que pagar nosotras, es injusto, pero no podemos hacer nada”. Otra dijo: “Deberíamos tener un seguro que responda, uno no tiene la culpa de que lo atraquen, de que le pongan un arma”.

Al parecer, según una tercera vendedora consultada, ese seguro existe: “si uno denuncia, la aseguradora les paga y uno debe responder, o sea que reciben el doble de lo hurtado”.

Ellas fueron víctimas de una modalidad llamada cambiazo, en la que personas muy hábiles, sin utilizar armas, enredan a las víctimas en el cambio de la devuelta, las engañan y cuando la persona va a revisar la caja, nota que se le llevaron el dinero.

Una última vendedora consultada dijo que no estaba de acuerdo en tener que pagar si le roban. Sin embargo, indicó que ellas manejan protocolos de seguridad, como no mantener mucho dinero en las cajas para no darles papaya a los delincuentes.

LA PATRIA intentó comunicarse en variasocasiones con la persona encargada de la gerenciade Apuestas Susuerte, pero no fue posible recibir una respuesta, pese a que quedaron de devolver la llamada.