LA PATRIA | MANIZALES
Sebastián González Ortega, un reconocido sicario, a quien en el bajo mundo de Manizales conocieron como Cepillo, cuenta con un prontuario criminal que bordea los 33 homicidios, cuyas sentencias superan los 200 años. Él cumplía órdenes de los grupos de limpieza social de las Auc.
Aunque lleva más de cinco años encarcelado en La Picota, de Bogotá, tiempo que le ha servido para dedicarse de lleno al gimnasio, sigue con procesos judiciales vigentes porque, al parecer, no sabía hacer algo distinto a matar.
La Fiscalía le sigue destapando nuevos crímenes en los que, presuntamente, participó. Ante el Juzgado Sexto Penal de Manizales le imputó cargos por otros dos asesinatos y por porte ilegal de armas de fuego.
Mataba por deporte
Un caso ocurrió el 17 de julio del 2009, cuando el hoy condenado llegó en su moto a la carrera 29 con calle 13, del barrio El Carmen, de Manizales, y le disparó en múltiples ocasiones a Claudia Marcela Gutiérrez, alias Lala, a quien habría matado porque sus jefes la acusaban de ser expendedora de drogas en esa zona.
Otra vida que segó fue la de Zoila Arredondo Díaz. Este crimen sucedió el 1 de octubre del 2009, cuando el sicario llegó en su moto a la calle 21 con carrera 17, de La Galería. Allí disparó en tres oportunidades contra ella, cuando estaba en una chaza de dulces en la que los paramilitares presumían que vendía sustancias ilícitas.
En ambos hechos aceptó los cargos y espera la lectura de sentencia cuya pena, adicional a las que tiene, le puede sumar 32 años de presidio.
La frase
“Él acepta los cargos porque está arrepentido de sus acciones y no quiere desgastar a la justicia. También espera los beneficios que la ley le otorga por su confesión”, aseguró el abogado defensor.
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