LA PATRIA | MANIZALES
Todo parecía estar listo para que la búsqueda de Andrés Felipe Mejía, el agente del CTI perdido en el 2014 en la Serranía de Chiribiquete (Guaviare), se iniciara entre la última semana de enero y la primera de febrero, pero aparecen obstáculos que dificultan la labor.
La situación tiene a la familia del investigador al borde del colapso. Álvaro Mejía, su padre, sostiene que con su visita en octubre pasado a Llanos del Yarí, en donde se reunió con Carlos Antonio Lozada, jefe negociador de las Farc, dio un paso, pero retrocedió dos.
El jefe guerrillero le mostró la intención de colaborar y designar una comisión para iniciar la búsqueda, pero los problemas y retrasos para ubicar a los guerrilleros en las zonas de concentración han venido aplazando los planes.
Andrés Felipe cumplirá tres años de desaparecido el próximo 5 de mayo y en todo ese tiempo Álvaro no logró comunicarse con el presidente, Juan Manuel Santos. Espera ver el respaldo que no le ha llegado.
El general Javier Flórez, jefe del comando estratégico de transición de las Fuerzas Militares, explicó en enero pasado que el Ejército dispondría de un equipo especial que acompañaría a los guerrilleros en el operativo.
La semana anterior, frente a la inquietud de Álvaro Mejía, declaró: "Apenas estén concentrados los de las Farc se va a ver qué se hace. Estamos crudos con los campamentos, hay problemas de adecuación y construcción de campamentos. Una vez esté andando se propiciará ese encuentro y empezaría en unos 30 días".
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