A dos jóvenes de Riosucio, hinchas del equipo de fútbol América de Cali, los balearon desde una camioneta cuando iban por carreteras del Valle del Cauca. Uno murió y el otro sufrió varias heridas.
Jefferson Andrey García Motato, de 18 años, y Julián Andrés Largo Guevara, de 21, salieron el sábado en la noche de sus casas en el barrio 20 de Julio de Riosucio. Su anhelo era ver el partido América-Llaneros, que se disputó el domingo en la capital del Valle.
Orlando García, padre de Jefferson, cuenta que dos jóvenes, entre ellos Julián Andrés, quien está herido en un hospital de Buga (Valle), fueron por su hijo, la víctima mortal del ataque.
Advierte que no sabía que iban a irse caminando, porque él no lo hubiera permitido. "El niño tenía con que irse en bus", recuerda.
Antes de emprender el viaje Jefferson pasó por la casa de su mamá, Carmenza Motato, para despedirse. Hasta le pidió la bendición, comentó un familiar.
Vestidos de rojo, listos para el partido, iban caminando al amanecer del domingo en la vía Tuluá-Buga, esperando que alguien los llevara otra parte del trayecto, como es la costumbre de muchos hinchas.
Sin embargo, cerca de las 7:00 de la mañana, una camioneta se les acercó, bajó la velocidad y desde adentro abrieron fuego contra los jóvenes.
García Motato quedó tendido muerto en el piso, mientras que su compañero de viaje corrió herido y se ocultó. El vehículo siguió su camino. Orlando cuenta que no sabe qué pasó con el tercer joven, pero está seguro de que con su hijo eran al menos tres los viajeros.
Ayer se conoció que los agresores podrían ser hinchas del Deportivo Cali. Al parecer testigos reconocieron distintivos en la camioneta alusivos al club rival del América.
Un trabajador de la funeraria Los Olivos de Tuluá se comunicó con la Alcaldía del municipio del occidente caldense e informó de la suerte de los jóvenes.
Funcionarios de la administración solicitaron a los locutores de la emisora Ingrumá Estéreo, del resguardo de San Lorenzo, informar del hecho para ubicar a las familias. De esa manera Orlando supo que a 193 kilómetros del hogar, las autoridades practicaban la inspección técnica al cadáver de su hijo.
Todo el día se la pasó adelantando los trámites de traslado del cuerpo. El domingo en la noche llegaron con el féretro para hacer la velación. Ayer la familia estuvo rodeada de hinchas del América que con cantos, música y varias paradas en el trayecto despidieron al hincha, al amigo, al hijo y al hermano.
Orlando, luego de asistir al sepelio, deseó que Julián Andrés se salve para que ayude a las autoridades a esclarecer el crimen. El joven es atendido en el Hospital San José de Buga. Hasta ayer le habían practicado tres cirugías y permanece custodiado por la Sijín.
Orlando García, padre de Jefferson, cuenta que su hijo cumplió 18 años hace 15 días. "Casi que no lo dejan cumplir los 18", comentó. Señaló que el muchacho era el menor de dos hermanos. Aunque no terminó sus estudios formales era talentoso, sabía tocar trompeta y estuvo en una banda marcial.
Orlando contó que le tocó ser padre y madre a la vez. Prácticamente solo crió a sus hijos. Próximamente iba a acompañar a Jefferson a inscribirse en la convocatoria para el servicio militar en la Fuerza Aérea Colombiana. El joven quería ingresar y estaba ilusionado con una carrera en ese estamento.
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